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Lo sentimos: con el método Silva no te vas a poner tan cachas como el actor Álex González
Expertos en psicología critican la técnica que ya ha seducido a diferentes famosos, pero no sirve para todos los públicos
La semana pasada, el actor Álex González, conocido por series como Vivir sin permiso o El Príncipe, se declaró fan en El Hormiguero, del Método Silva. En la era de la salud mental, donde el consumidor está expuesto a multitud de promociones sobre cursos de coaching y de mindfulness, terapias milagro y nuevos métodos que prometen hacerle más feliz, ¿el método Silva tiene un efecto beneficioso en la salud y el cuerpo?
Estela Calderón Gómez, directora e instructora cualificada de El Método Silva, considera que provoca un cambio muy positivo en la vida de quien lo practica. Según ella, estas técnicas son el resultado de 22 años de investigación científica del doctor José Silva. El método, dice, consiste en un entrenamiento cerebral para, mediante la relajación, la visualización y otros ejercicios, producir ondas alfa, reducir la ansiedad y sentirse mejor. Pero ¿qué dicen otros expertos?
¿Meditas? Pablo Motos y @alexgonzalezact contestan #ÁlexEH pic.twitter.com/z1Bo4F6Kxs
— El Hormiguero (@El_Hormiguero) February 16, 2022
Qué es el método Silva
Calderón asegura que estos ejercicios, además de para relajarse, sirven para “resolver los problemas sin que nos sobrepasen, tener autocontrol de nuestras emociones”, lo que nos hace estar más seguros de nosotros mismos.
Según la instructora, este método está avalado por una base científica de 22 años y por la continua investigación que se hace sobre él. “No es cualquier cosa que ahora esté de moda, tiene un prestigio a nivel internacional”, garantiza Calderón, quien presume de que la organización que dirige es pionera en el mundo de la inteligencia emocional. A su juicio, el problema son las imitaciones del método. “Todo el mundo tiene derecho a ganarse la vida, pero nuestras técnicas están demostradas”, defiende.
Ponerse tan cachas como Álex González
Desde el Colegio Oficial de la Psicología de Madrid no están de acuerdo con estas afirmaciones. “Comprobación científica como tal no hay”, declara Elena Daprá, vocal de sección en la institución. Si bien la psicóloga sanitaria y experta en bienestar psicológico reconoce que las técnicas del método Silva pueden ser efectivas, alerta de que “no son la panacea”. El éxito, afirma, depende del compromiso del usuario con sus objetivos.
Para la experta, estas técnicas no son exclusivas de este método ni funcionan para todo tipo de personas. Su principal peligro es que los ejercicios no estén impartidos por psicólogos. “Los pacientes con ansiedad o depresión sufren malestar, pero aquellos que tienen trastornos de personalidad no son conscientes, con lo cual es imposible que alguien que no es psicólogo los detecte”, anuncia. Por ello, insiste, un método que utiliza autoconocimiento y reprogramación mental puede ser peligroso.
Ningún método es infalible
De hecho, Daprá destaca que “ni siquiera todos los psicólogos pueden ejercer todo tipo de terapias”. En su opinión, la aparición de este tipo de técnicas responde a la moda en la que se ha convertido la salud mental, por la que “todo el mundo se sube al carro”.
Daprá sostiene que José Silva no ha inventado nada, pues la meditación y la relajación se utilizaban hace siglos. Lo que ha hecho, describe, es “un pack comercial bueno”. Más allá de la multitud de métodos, la psicóloga avisa: “no hay ninguno infalible”.
“Un técnico en electrónica metido a parapsicólogo”
Carlos Sanz Andrea, de Psicología en Zaragoza, se muestra aún más crítico. Según dice, “el único beneficio del método Silva sería la relajación”, aunque, recuerda, ésta se puede alcanzar con otras técnicas. Como Daprá, Sanz manifiesta que la organización que imparte estos cursos ha logrado un marketing muy atractivo. Sin embargo, su “concepción es tremendamente errónea sobre el funcionamiento de la mente”.
Para Andrea, el método de José Silva, a quien tilda de “técnico en electrónica metido a parapsicólogo”, está asentado sobre unos pilares “cuanto menos preocupantes”, como la idea de que todas las respuestas se encuentran en el interior de una persona. Sanz también censura la publicidad que se hace de esta técnica, que puede repercutir en usuarios que pasan por un mal momento. Estos consumidores “creen encontrar una esperanza en estos métodos al ver a personas famosas o exitosas recomendarlos y no es así”, concluye.
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