Nuestro hogar es nuestro cobijo, nuestro pequeño lugar en este mundo. Por eso, muchos quieren protegerlo de cualquier daño. La oferta de seguros de hogar que existe en España es amplia y muy variada. Sin embargo, hacer un análisis de las mejores y peores tarifas de estos seguros es una misión bastante complicada debido a un factor: su precio depende de muchas variables que hacen que cada persona pague una cantidad determinada por la protección de su vivienda.
Fuentes de Mapfre declaran a Consumidor Global que, a la hora de establecer el importe de la prima del seguro de hogar, manejan “más de una veintena de factores”. Entre ellos, se encuentran el tipo de vivienda, el número de metros cuadrados o el año de construcción del inmueble, pero también la fecha de nacimiento del usuario: cuanto más mayor es el usuario, más barato saldrá el seguro.
Lo que hace un seguro más caro (o barato)
Según la compañía, el precio a pagar por proteger una vivienda unifamiliar es mayor que en el caso de un piso. Además, cuantos más metros cuadrados posea el inmueble que se trata de asegurar, más caro será el precio a pagar. Lo mismo ocurre con la antigüedad del inmueble: un edificio construido en 2020 resulta más barato de asegurar que uno levantado 10 años antes. También hay que tener en cuenta si la comunidad está asegurada.
Esto, según Mapfre, abarata el precio del seguro del hogar, igual que si la vivienda tiene protecciones contra robos, lo que reduce la prima de dicha cobertura. Otra variable que condiciona el precio del seguro del hogar es el propio territorio en el que se encuentra la vivienda: el valor de la protección no es el mismo en toda España.
Extras como tener piscina, garaje o trastero
Desde Catalana Occidente explican que, al ofrecer pólizas personalizables a medida de las necesidades de los clientes, el precio de su seguro de hogar está calculado a medida y varía mucho en función del cliente en cuestión: cuantas más coberturas se incluyen en el seguro, más caro es.
Más allá de esto, especifican que las variables más usuales a tener en cuenta son el tipo de vivienda y las características de la misma. La planta en la que se ubica o si el inmueble cuenta con piscina pueden aumentar el precio final, así como tener garaje o trastero. También si la vivienda es de propiedad o está alquilada, si es la residencia habitual o vacacional o si está deshabitada. “Todo depende del nivel de riesgo, de la probabilidad de que ocurra un siniestro, de la zona en la que se encuentre la vivienda”, concretan.
Los consumidores españoles buscan el precio más bajo
Rut Orviz, profesional del mundo asegurador desde hace décadas, manifiesta que los precios dependen de qué se quiere asegurar. “A la gente que quiera lo más básico siempre le va a parecer todo caro”, señala. Orviz considera que, mientras en España el usuario es “un poco rácano”, en Europa existe una mentalidad “mucho más aseguradora”. “Sobre todo en Alemania, donde algunos piden seguros de hogar estando de alquiler”, dice.
La profesional del grupo de Seguros Caspe alerta de que las aseguradoras sacan garantías que no deberían tener cabida en un seguro de hogar que hacen que el precio suba. Desde su experiencia, el consumidor se fija más en los precios bajos que en la protección. Juan García, cofundador de Tuio, apunta a la dudosa eficacia de las aseguradoras como razón. “Todos piensan que su compañía no va a cumplir y se van a lo más barato”, asegura. Desde su punto de vista, la falta de incentivos y la presión hace que el servicio no se corresponda con lo prometido. “Hay mucha capacidad de mejora”, concluye.