Renfe ha prohibido, desde este martes, acceder con patinetes eléctricos a todos sus trenes de viajeros tanto de Cercanías y Regionales como de Alta Velocidad y Larga Distancia (AVE, Avlo, Alvia, Avant, Euromed e Intercity). Por su parte, Ouigo ha hecho lo propio e Iryo lo hará pronto.
Los operadores se suman así a las medidas tomadas anteriormente por los consorcios de transporte público de Catalunya y de la Comunidad de Madrid, después de que se dieran casos de incendios de baterías en algunos transportes públicos. En cambio, esta decisión no ha gustado nada a los usuarios de este tipo de vehículos, que ya no podrán moverse entre ciudades con su patinete.
Fin al patinete eléctrico en el tren
“Es una medida discriminatoria e injustificada que se ha tomado sin ningún consenso con las asociaciones de usuarios y que va a cortar por lo sano la movilidad de millones de personas en España”, denuncia Gorka Pradas, vicepresidente de la Federación Española de Vehículos de Movilidad Personal (Fevemp).
Uno de esos usuarios es Rafa Berenguer, un joven estudiante de Novelda, Alicante, que suele ir en cercanías con su patinete eléctrico a Elda, otro municipio alicantino. “Yo me muevo mucho en cercanías de Renfe con el patinete porque las estaciones están muy lejos. No es como el metro que te deja dentro de la ciudad. Sin el patinete tardaré el doble de tiempo. No tengo alternativa”, relata Berenguer a Consumidor Global.
Sí se puede acceder con bicicletas eléctricas
“Creo que se debe de poder gestionar de otra manera. Dicen que es por seguridad, pero las bicicletas eléctricas no están prohibidas, así que no entiendo nada”, añade el joven. Como él, son hasta 10 millones los usuarios en España que según la Fevemp verán cercenada su libertad de movimiento desde este 12 de diciembre.
El vicepresidente de la federación señala la “discriminación” de la medida, ya que solo se ha prohibido el acceso a un tipo de vehículo con batería. "Se han prohibido los patinetes, que han dado algún problema, pero también los monociclos, con los que no ha habido ningún incidente", justifica. Otros vehículos como la bicicleta eléctrica sí seguirán teniendo permitido el acceso a los vagones.
Sin alternativas
Pradas critica que se ha dejado sin alternativa a los usuarios de patinetes. “La prohibición corta las alas a toda una movilidad interurbana sin dar ninguna alternativa como por ejemplo permitir circular por vías interurbanas, ya que hay muchos municipios que no tienen transporte público cómodo o accesible”, explica el vicepresidente de Fevemp.
“Se podrían haber potenciado los carriles bici interurbanos y haber mejorado la calidad de movimiento y libertad de los vehículos teniendo en cuenta que ahora no podemos usar los patinetes en el transporte público. Esa era una de las medidas estrella que se debería haber dado desde bastante antes. Ahora no tenemos ni una ni otra alternativa. Estamos abocados a la vuelta al coche”, denuncia Pradas.
Comprar un patinete “para nada”
Otro de los aspectos que señalan desde la Fevemp es la inversión hecha por muchos ciudadanos que han comprado un patinete “para nada”.
“El consumidor, al final, es el gran perjudicado que se ve abandonado al haberse gastado un dinero y luego no poder usar su patinete. Incluso comunidades autónomas que daban subvenciones para ello ahora se contradicen con estas medidas”, critica el portavoz.
La seguridad
Para Cristian Castillo, profesor de Economía en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en logística, esta medida es “acertada, sensata y oportuna” ya que acceder con estos vehículos a los vagones “pone en riesgo la seguridad y la integridad de las personas”.
“Es una medida preventiva que viene motivada por los casos de incendios y situaciones incontrolables muy serias”, justifica el profesor.
Adaptar las ciudades para garantizar la convivencia del patinete
En opinión de Castillo, esta prohibición ayudará a “estabilizar” el uso de un medio de transporte que ha crecido mucho en los últimos años sin contar con una regulación clara que ha puesto en peligro a muchos ciudadanos. “Se cometen verdaderas imprudencias y es necesario una regulación para controlar estas situaciones”, defiende Castillo.
El profesor reivindica la necesidad de contar con un espacio urbano adaptado “a la nueva realidad del modo de transporte”. “Igual que hay ciudades que han conseguido tener carriles bici, habría que pensar en diseñar infraestructuras que faciliten la convivencia del patinete en el espacio público”, concluye.