La Unión de Llauradors de Valencia ha vuelto a detectar fitosanitarios prohibidos en la Unión Europea. Como cada año esta organización hace analíticas en un laboratorio homologado con cítricos de los supermercados e hipermercados. Según apuntan desde la Unión:"las pruebas son contundentes y concluyentes, y otro año más, se han vuelto a detectar materias activas cuyo empleo está prohibido en el viejo continente”.
El supermercado en concreto aún es un secreto bajo llave, pero desde la Unión de Llauradors avisan de que "si no hacen nada se publicará el nombre de las empresas". Aun así, la cadena de distribución afectada es una de las que tiene una “mayor implantación en la Comunidad Valenciana”, tal y como ha avanzado la institución de agricultores. Además, los productos infectados en los lineales del supermercado son naranjas y limones procedentes de Sur África.
¿Qué sustancias son?
Entre las sustancias encontradas en las muestras está la carbendazima, prohibida desde junio de 2016, y el propiconazol, cuyo periodo expiró también el marzo del pasado año. Además, tal y como han explicado desde la Unión a Consumidor Global, las muestras "tenían una gran cantidad de materia activa, es decir, de producto químico".
Las cantidades halladas en los cítricos "no son ilegales, porque no superan la cantidad máxima prohibida en la Unión Europea", pero desde la Unión defienden que este tipo de prácticas son un engaño para el consumidor: "porque puede pensar que está comprando productos libres de fitosanitarios, y realmente no es así", incide Josep Sanchíz, portavoz de la Unión de Llauradors. Asimismo, esta entidad reitera la necesidad de exigir el tratamiento de frío para los cítricos importados "pero no quieren usarlo, ya que eso les supone un sobrecoste y para mantener la fruta en buen estado durante el transporte emplean más fungicidas que además no garantizan que no entren las plagas".
"Necesitamos reciprocidad"
"Los agricultores estamos a favor de reducir la cantidad de químicos empleados en la agricultura, no obstante, si aquí se prohíben algunos fitosanitarios, no es justo que se comercialicen alimentos que si los contienen", denuncia Sanchíz.
De hecho, los agricultores se sienten desamparados, ya que "Europa no deja de prohibir, pero no da herramientas nuevas con las que trabajar". El hecho de no utilizar químicos en la agricultura "encarece mucho más los costes de producción y dificulta sacar la cosecha adelante", por lo que desde esta entidad piden que "haya una mayor reciprocidad, porque el sistema actual no es justo".