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Hacer la compra en otro país es posible, aunque mucho más caro

Si estás dispuesto a pagar un sobreprecio, algunos supermercados online permiten llenar la nevera en España como si se viviera en Alemania o Rumanía

Alfonso Álvarez-Dardet

La página web de productos de Alemania / Willkommen

Vivir en el extranjero es adaptarse a una nueva cultura. Generalmente, la mayoría de los productos del país de origen tienen un equivalente en el país de destino. Pero hay veces que se echan en falta determinadas marcas o artículos que solo se encuentran en casa. Antes de la llegada de internet la única forma de obtenerlos era llevándolos uno mismo. Entonces, había que aprovechar algún viaje para ver a la familia o durante las vacaciones y hacer el regreso cargado de productos nacionales. Ahora, todo ha cambiado. Gracias a la tecnología, quien quiera puede hacer la compra en Alemania o Rumanía desde España y que la traigan directamente.

Eso sí, el precio será mayor. Esta diferencia se debe a que hay que pagar el transporte. “Algunos artículos son hasta un 120 % más caros que si los compras en una tienda en Alemania”, explica Oliver Martín. Este empresario hispano-alemán es dueño de Willkommen, un pequeño establecimiento en Barcelona especializado en productos germánicos. Hace dos años decidió enviar sus artículos a cualquier punto de España. Y, de la misma manera, Carmen Díaz, empleada del departamento de ventas de la empresa Loechoenfalta.com admite que sus productos son “hasta un 50 % más caros”.

Los productos más solicitados

Los extranjeros son los que más compran en estos supermercados. “Nuestros clientes son alemanes, pero también hay algún español que ha vivido allí o clientes de Europa del Este, porque nuestras comidas son muy parecidas”, explica Martín. Los productos más solicitados en su supermercado son los embutidos y la cerveza. Sólo tiene en el catálogo marcas de esta bebida que son difíciles de encontrar en España, como Augustiner, Rothaus o Flensburger Wizen. En cuanto a los embutidos, el más demandado es el lachsschinken, un tipo de carne parecida a la caña de lomo que tiene un corte similar al del salmón ahumado.

También, los expatriados de países del Este suelen comprar en Balcánica. Este supermercado online importa productos de Bulgaria, Rumanía, Polonia, Turquía, Grecia, Serbia y Lituania. “Vendemos muchos lácteos, carnes, diferentes tipos de queso o cerveza. Y trabajamos con marcas como Bella, de Bulgaria o Crifpim, de Rumanía --ambas de carne--”, explica un empleado. Los embutidos, aunque son muy parecidos a los de España, son muy demandados porque se preparan con especias propias del lugar. Por su parte, los españoles que viven en Inglaterra tampoco son una excepción a la hora de reclamar productos nostálgicos. “El jamón serrano, la caña de lomo, quesos y aceite de oliva son los más demandados”, afirma Díaz.

Precios más altos

El precio es el principal inconveniente de este tipo de comercios. Una botella de aceite Virgen Extra Hojiblanca de cinco litros cuesta 35,55 euros. En la página web de Coosur --empresa que produce este aceite-- el precio es de 19,95 euros. Hasta 16 euros de diferencia (un 78 %). Sin embargo, esta desigualdad no se aprecia tanto en los artículos más baratos. El fuet de categoría extra Casa Tarradellas de 180 gramos, por ejemplo, tiene un precio de 2,54 euros para un cliente que vive en Inglaterra. En Alcampo, sin embargo, este mismo producto sale por 1,97 euros. Apenas cincuenta céntimos más caro (un 29 %).

Las galletas de chocolate ABC Russisch Brot de 100 gramos son unas delicias de cacao que no se comercializan en España. Su precio es de 1,50 euros, 50 céntimos más elevado que en Alemania. También la cerveza Agustine tiene un precio muy superior al de su país de origen, de 2,25 euros si la compras de España frente a 1,10 euros en cualquier tienda de Berlín o Múnich. Algo similar ocurre con los productos de Europa del Este, las salchichas de pollo de la marca Choki, de Bulgaria, cuestan 3,50 euros el paquete de ocho unidades. Pero en una tienda de Sofía, la capital, se encuentran por 1,45 euros, es decir, hasta dos euros más barato.

Captura de pantalla de la web de productos de Europa del Este / BALKANICA

Productos en mal estado

Además, en este tipo de compras es más probable encontrarse con productos defectuosos por alguna incidencia en el transporte. Cuando esto sucede, el cliente puede reclamar a la empresa. Sólo necesita una fotografía del artículo y la compañía desembolsa el importe o, si lo prefiere el cliente, se le envía otro producto igual. “No he tenido casos en los que el artículo haya llegado en mal estado. Pero, si ocurre, se le devuelve el dinero”, afirma Díaz.

Los productos suelen enviarse a los clientes en un plazo que oscila entre las  24 horas y una semana. Por ejemplo, Loechoenfalta.com asegura que cada envío se suministra en cinco días laborables, mientras que en Willkommen mandan los pedidos en 24 o 48 horas. Esto, a veces, puede traer problemas con la caducidad del artículo. “Con los productos frescos, desde que me llegan, tengo  10 días para venderlos. Raramente he enviado alguno pasado de fecha. Normalmente como mínimo tienen tres o cuatro días para caducar en el momento de que le llegan al cliente”, explica el dueño de Willkommen.