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El ’glamping’ arrasa en España: conectar con la naturaleza y vaciar la cartera
Este tipo de turismo experimenta un crecimiento sin precedentes, porque permite a los viajeros disfrutar del medio ambiente con todas las comodidades de un hotel de lujo
Cuando el presidente Teddy Roosevelt y otras élites se embarcaron en históricos viajes a la naturaleza africana a principios del siglo XX, poco sabían que aparte de descubrir nuevos lugares, también estaban creando un estilo de turismo que ahora causa furor: el glamping.
Acuñado en el año 2007 como la fusión perfecta entre glamour y camping, estos recintos al aire libre se han convertido en la sensación de quienes quieren acampar, sin renunciar a las comodidades de un hotel. “La definición de glamping está ligada al cuidado del medio ambiente y a un concepto exclusivo de camping, lujo y viajes sostenibles. Aúna el ecoturismo de naturaleza o playa, con el cuidado de los detalles en alojamientos con encanto y hoteles diferentes”, explican desde GlampingHub, una plataforma de alquiler vacacional con encanto.
El norte, la zona más concurrida
Esta tendencia que empezó en el continente americano ya está dando que hablar en España. Y es que, si de algo puede presumir este país, es de tener un clima idóneo para este tipo de turismo. Hoy en día, hay glampings en todas las comunidades autónomas, no obstante, donde más se acentúa este modelo es en el norte de la península.
Un ejemplo de ello es el Camping Isla de Ons, ubicado en el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia. “Queríamos ser un ejemplo de desarrollo turístico sostenible, un lugar para poder alojarse en medio de la naturaleza, pero con todas las comodidades de un hotel”, explica a Consumidor Global Remedios Pérez, una de los portavoces de la empresa. Muy cerca de este, en San Vicente do Mar, se encuentra el Camping Muiñeira, un establecimiento familiar que decidió apostar por este modelo cuando aún nadie lo conocía. Pablo y Martín Rivera, los dos hermanos que lo dirigen, decidieron incorporar este tipo de tiendas a modo de prueba, y ahora ya ocupan el 50 % de la oferta de alojamiento.
¿Cuánto cuesta dormir una noche?
El precio varía según el glamping, pero se puede disfrutar de estos espacios a partir de 90 euros la noche, y algunas ofertas superan los 150 euros. “La tarifa más económica siempre es llevar tu propia tienda, y la más cara es alquilar una in situ, que es el tipo de alojamiento más demandado por la comodidad que ofrecen”, explica Pérez de Camping Isla de Ons. “La tienda glamping para 5 personas es nuestra cabaña más cara”, añaden desde el establecimiento. “Son tiendas tipo safari que cuentan con dormitorios separados, terraza con sillas y mesa y baño privado con cabina de ducha, inodoro y lavabo. Su precio por una noche para 5 personas con los billetes de barco incluidos es de 250 euros”.
Uno de los más caros a nivel nacional es el Dreamseasurf un glamping que tiene complejos en Portugal, Bali, Nicaragua, Sri Lanka y Cantabria. Su precio es similar al de un vuelo Madrid-Nueva York --7 noches por 604 euros-- y se debe a que el alojamiento también incluye clases de yoga y surf en un entorno idílico al más puro estilo Midsommar.
Un fenómeno sin precedentes
La pandemia ha cambiado muchas costumbres de nuestra cotidianidad, incluidas las vacaciones. “Los campings remotos han sido los más concurridos este verano. Allí la gente sentía que tenía más protección frente al Covid”, explican desde la Asociación de Campings de Barcelona. El público ha sido principalmente nacional, “con bastante peso del turismo holandés”, comentan desde la entidad. Los franceses y alemanes que inundaban este tipo de establecimientos no han hecho acto de presencia como en otras temporadas. “Sus gobiernos han hecho mucha propaganda de que España no era un destino seguro”, lamentan en la asociación.
A pesar de ello, los campings han mantenido su demanda y los glampings han arrasado.“Es una tendencia global, este tipo de alojamientos está creciendo un 11 % cada año”, confirma Christophe de Bruyn, CEO de la empresa Tourism Industry Advisors. Según Bruyn esta tendencia llevaba unos años gestándose, pero con el Covid-19 se ha consolidado. “La gente se cansa de los alojamientos masificados, buscan experiencias que les brinden privacidad, desconexión y contacto con la naturaleza”, incide el experto. Para él, los glampings “están bien integrados en la naturaleza y tienen las comodidades de un hotel hasta de cinco estrellas”.
Cabañas, burbujas y vagones de tren
Existen glampings de todo tipo, no todos son tiendas de acampada blancas con parquet. “Hay casas en árboles, bungalows, cápsulas como burbujas, yurtas…”, enumera Bruyn. Eso sí, todos ellos hechos con materiales sostenibles, estructuras ligeras y flexibles, toda una ventaja porque “eso permite ir cambiando y adaptarse a los gustos de los consumidores, cada vez más volátiles”.
El público que comprenden también es muy variado, desde familias, grupos de amigos y viajeros hasta parejas. Según Bruyn, “empezaron con un público joven que comprendía las edades de 18 a 30 años y luego se animaron los que estaban entre 30 y 50 años”. Eso sí, como remarca este experto, “los de más 50 ya no se atreven con este tipo de alternativas”.
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