Llega junio. Termina el colegio y empieza el verano. Con el arranque de las vacaciones vienen, también, los campamentos de verano. Desde que comenzó la pandemia ha sido muy difícil vivir con normalidad, y los niños y adolescentes lo han sufrido de lleno al no poder socializar, un acto de vital importancia en sus vidas. Pero ahora el furor por los campamentos de verano se nota con la alta demanda pese a que salen más caros. Y es que la inflación también llega a estas actividades.
De hecho, algunos campamentos han agotado en 3 días las plazas y cuentan con más niños que antes del Covid. Los padres priorizan este tipo de entretenimiento en la época estival, a pesar del aumento de los carburantes debido a la guerra entre Rusia y Ucrania que se nota, sobre todo, en el transporte.
Campamentos de verano que cuelgan el cartel de ‘sold out’
El subidón de los campamentos de verano de 2022 se ha notado bastante. Así lo confirma Jose Antonio Carrasco, que lleva 26 años como organizador del Campamento Claret, que comprende muchos colegios de Andalucía, Extremadura y Canarias. En 2020 y 2021 cancelaron el campamento, y este año vuelven a celebrarlo, por primera vez en Canarias. “Pensábamos que al estar lejos y al sumarle el precio de los vuelos no iba a apuntarse mucha gente. Pero lo tenemos todo lleno y ya no hay ni una plaza libre”, subraya.
Carrasco cuenta que se ha formado una “lista de espera brutal” porque este año hay más padres nuevos y, por lo tanto, muchos más niños. “Desde febrero de este año hemos vuelto a la normalidad y la gente se apunta a lo loco”, añade. Lo mismo les ha ocurrido a la Asociación Anímate, que gestiona los campamentos públicos de Castilla La Mancha. “La administración está haciendo un esfuerzo en becar a los niños y que todos puedan participar, pero aun así, muchos niños se han quedado fuera porque no hay suficientes plazas”, comentan a Consumidor Global.
Suben los precios, sobre todo por culpa del transporte
Durante la pandemia cerraron casi un 40 % de las empresas de ocio y tiempo libre en España, según datos de la Asociación Nacional de Empresas de Actividades y Campamentos (ANEA), que se creó en 2020 para representar a este sector en una situación tan complicada.
“Los campamentos han aumentado sus tarifas por mil factores como la inflación o los carburantes, con una subida en el transporte de un 25 % de media” afirma Rubén Martínez, el director de ANEA. “Tenemos empresas que sacaron los precios de los campamentos al comenzar 2022, con lo cual han tenido que asumir los sobrecostes. Pero en otras, el transporte es un extra, y los han subido después y aparte”, explica. Desde la Asociación Anímate también indican que, en los campamentos privados, un autobús les costaba antes unos 1.100 euros y ahora es más del doble, es decir, 2.300 euros.
Muchos padres nuevos y más facilidades para el pago
“¡Este año hemos vuelto al 110%!” exclama Miguel Ventas, de la Asociación Anímate. “Las familias han estado dos años sin actividad y han visto que los niños tienen un ocio muy reducido en casa: televisión, pantallas, juegos de mesa… y necesitan convivencia con otros niños. Es súper necesario que jueguen con otros al menos 10 días en verano”, afirma.
Por ello, desde el ámbito privado y el público se procura que este año los padres lo tengan un poco más fácil apuntar a sus hijos. ANEA transmite que han trabajado con las Direcciones Generales de Juventud de las Comunidades Autónomas para crear bonos de ayuda directa para las familias que no pueden asumir el coste de un campamento. Y organizaciones privadas, como Claret o Natuaventura, cuentan a este medio que ofrecen facilidades como becas o el pago a plazos. Mientras, la Asociación Anímate recuerda que en los campamentos públicos el precio es más económico y por ello hay tanta demanda.