El 28 de octubre de 2022 Elon Musk compró Twitter por 44.000 millones de dólares. Hoy, apenas nueve meses después, Twitter ha muerto. Es historia. Ha dejado de existir. Ya no es. El icónico pájaro del logo ha volado -en su lugar se ha instalado una X-, y el azul ha dejado paso al negro. El negro de X (X.com), el nuevo nombre de una aplicación en la que reinan la confusión y las críticas a su mandamás.
¿A qué se debe este drástico cambio de imagen? ¿Qué estrategia hay detrás? ¿Por qué X? ¿Han cambiado las reglas de la popular red social? ¿Es una aplicación segura? ¿Qué será X en el futuro? Hablamos con varios expertos en diseño estratégico y marketing para intentar entender la última y sonada ocurrencia de Elon Musk.
Adiós, Twitter
Musk aseguró hace unos meses que comprar Twitter sería “un acelerador” para crear una súper aplicación que denominaría X. Mientras tanto, el valor de la empresa se desplomaba hasta los 20.000 millones de dólares (menos de la mitad de lo que pagó el magnate). En la madrugada de este domingo, el también dueño de Tesla tuiteó que “pronto” diríamos “adiós a la marca Twitter”.
Y ahora, el verbo tuitear, que, según la Real Academia Española (RAE), es la acción de “comunicarse por medio de tuits”, ya no tiene razón de ser. Tan rápida ha sido la transformación que los usuarios de la antigua aplicación han mostrado su malestar en X a base de críticas, memes e incluso amenazas de boicot a otras marcas del polémico empresario. Por su parte, los expertos califican el cambio de imagen y de nombre de la popular red social de “caótico” y hasta de “suicidio” empresarial.
El suicidio de X
Si se analiza desde el punto de vista del marketing, “cargarte una marca como Twitter, que vale tantos billones de dólares, de la noche a la mañana, parece un suicidio”, expone a Consumidor Global el director creativo ejecutivo de Design Bridge and Partners, agencia de diseño estratégico de WPP, Chema León.
El cambio de nombre de Twitter por X “sigue la tendencia de simplificar los nombres y los logos de empresas de todo tipo de sectores, pero los cambios pueden generar caos y desconfianza, y si son tan radicales como el de Elon Musk, más todavía”, explica la profesora de creatividad publicitaria de la Universidad CEU San Pablo, Lorena Martí.
Diario de una obsesión
¿Por qué X? “Se trata de una obsesión que tiene Elon Musk”, apunta Martí. Y lo cierto es que la X acompaña al magnate desde hace más de 20 años.
En 1999, Musk fundó el banco online X.com. Tan sólo tres años después, el empresario sudafricano creó SpaceX, una compañía de fabricación aeroespacial y de servicios de transporte espacial. También es uno de los fiduciarios de la Fundación X Prize, y en abril de este año registró dos nuevas compañías: X Holdings Corp. y X Corp.
El Twitter del futuro
A diferencia de Musk, aficionado al misterio, la nueva jefa ejecutiva de X, Linda Yaccarino, sí ha explicado algunos detalles sobre el cambio de nombre y de imagen: “X es el estado futuro de la interactividad ilimitada, centrada en audio, vídeo, mensajería, pagos/banca, creando un mercado global para ideas, bienes, servicios y oportunidades. Impulsado por IA (inteligencia artificial), X nos conectará a todos de maneras que apenas comenzamos a imaginar”.
Para Elon Musk lo que prevalece “no es el hoy, sino el mañana. Esta nueva marca puede dar cabida a un público más amplio dentro de una herramienta mucho más compleja, pero su gran error ha sido la forma de llevar a cabo el lanzamiento, pues ha generado confusión y rechazo por parte los usuarios”, expone León.
El enfado de los usuarios
Además de la imagen, “con el cambio de nombre se han cargado todo un lenguaje que se había creado alrededor de Twitter”, recuerda Martí. Y estos cambios han enfadado a miles de usuarios. Las críticas y los memes contra Elon Musk son incontables. Sin embargo, algunos internautas se lo han tomado con mucho humor.
“¿Sabe Elon Musk que la gente se ha pasado 20 años llamando ‘Comtessa’ a la Vienetta y que al final han tenido que volver al nombre original?”, comenta un usuario. "Los Danonino siguen siendo Petit Suisse", zanja otro internauta. Y es que la realidad es que “el consumidor manda, y más en una herramienta como Twitter, cuya base del éxito es la gente y su libertad”, sentencia León.