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Despedir a una mascota sale más caro si llamas a un veterinario: así son los crematorios de animales
Las empresas que ofrecen servicios de incineración tienen precios que van desde los 55 hasta los 450 euros según tamaño y peso
La muerte de las mascotas y animales de compañía es un duelo al que muchos propietarios tienen que hacer frente por culpa de enfermedades o la vejez que de manera irremediable llega a estos pequeños amigos. Cuando una mascota muere, los veterinarios se suelen encargar a través de otras empresas de la incineración de los cadáveres y añaden, eso sí, un importante plus a las facturas. Y es que, muchas personas desconocen la existencia de crematorios especializados con los que pueden contactar de forma directa si quieren pagar menos por el último adiós de sus mascotas.
Según la ley de sanidad animal, enterrar a una mascota en terreno privado o público sin autorización previa está prohibido, como también lo es arrojar restos a contenedores. Se trata de una infracción grave con multas que van desde los 3.000 hasta los 60.000 euros. Es por ello que la incineración suele ser el último adiós más recurrente para despedir a perros y gatos.
Tanatorios y crematorios para animales
Jorge Andrés Areiza es director del crematorio para mascotas Bosque del Silencio, en Getafe, Madrid. Según explica a Consumidor Global, muchos propietarios desconocen la existencia de estos servicios y quedan desorientados ante la pérdida de un animal. “Cuando fallece una mascota, se acostumbra a llamar a un veterinario para que se ocupe y se suele cobrar por encima de los costes reales”, asegura Areiza.
Además, los veterinarios limitan “la capacidad de elegir” de los clientes, ya que “les definen los pasos a seguir sin posibilidad de escoger la mejor opción”. En opinión del gerente del Bosque del Silencio, los centros veterinarios son profesionales del cuidado de los animales y “nosotros de darles una despedida”.
El sobrecoste de algunos veterinarios
Estos servicios de cremación suelen ofrecerse de dos maneras: por incineración individual y con recuperación de las cenizas; o colectiva, en la que se queman los varios cadáveres a la vez. La primera opción suele ser la más recurrente y su precio en El Bosque del Silencio para un animal que pese menos de 10 kilogramos es de 175 euros. Según cuenta Jorge Andrés Areiza, los veterinarios que trabajan con él pueden incrementar esta misma tarifa a sus clientes hasta los 250 euros, aunque depende de cada caso. “En una ocasión, una veterinaria llegó a cobrar con mi servicio 450 euros, eso es muy excesivo”, relata.
En el caso de este crematorio, el precio más caro es de 260 euros por la incineración individual de una mascota grande, con un peso superior a los 40 kilogramos. La tarifa más barata, la de incineración colectiva de un animal de menos de 10 kilos, es de 55 euros. Mientras, Adiós Mascota, otro crematorio que ofrece servicios por toda España incluida la recogida a domicilio de los cuerpos, tiene un precio mínimo de 60 euros en incineraciones colectivas. Para cremaciones individuales la tarifa más baja es de 150 euros, en función del peso y tamaño del animal y la ubicación para su recogida.
Con posibilidad de velatorio
Esta empresa ofrece además otros servicios como la eutanasia que suelen desarrollar los veterinarios; o incluso velatorios en sus instalaciones con salas diseñadas para tal efecto. Para un perro grande de más de 40 kilogramos fallecido en Madrid, el precio por un servicio de eutanasia con incineración individual y velatorio asciende a los 440 euros.
Daniel Díaz, gestor de cuentas de Adiós Mascota, asegura que “muchas veces los veterinarios incrementan el precio bastante más de lo que se debería”. Juan Domínguez, trabajador de la clínica Celavet de Ourense, cuenta que en su caso, al hacer de intermediarios con el crematorio de Vigo, “cobramos un 10% o un 15% por la gestión”, ya que, explica, “dejamos los cuerpos en unos congeladores y unas instalaciones que hay que mantener”.
Una concienciación cada vez mayor
Según cuentan estos profesionales, cada vez se observa más concienciación entre los propietarios de mascotas con respecto a su última despedida y cómo incinerar los cadáveres. “Siempre va haber gente que quiera correr el riesgo y entierre sus mascotas dentro de su propiedad privada, pero sí que se percibe más concienciación porque cada vez nos llama más gente que sabe perfectamente que no puede enterrar a los animales”, cuenta Daniel Díaz de Adiós Mascota.
Para Jorge Andrés Areiza de El Bosque del Silencio, la obligatoriedad del chip en las mascotas ha aumentado mucho la concienciación. “Desde los crematorios también se están haciendo muchas campañas para que la gente sepa que existimos y tenemos la posibilidad de hacer una despedida digna a las mascotas”, concluye Areiza.
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