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La decadencia del CD facilita la resurrección del vinilo: el plástico ya lidera las ventas físicas
El mercado de los discos tradicionales sube más de un 25% gracias al público y a las bandas jóvenes, mientras el compacto sigue en caída
El ritual de sentarse a escuchar un disco completo de principio a fin parece lejano en unos tiempos en los que la fugacidad, las escuchas rápidas, el streaming y lo digital imperan la cultura popular. Sin embargo, y tal y como auguraban los gurús de la música, el vinilo se ha convertido en el primer formato físico de ventas en España de música grabada y ya se compra más que el CD.
Así lo refleja el último informe de la Asociación de Productores de Música de España, Promusicae. Y es que las ventas de este formato durante el primer semestre de 2022 aumentaron un 25,6 %, hasta los 13,6 millones de euros y representaron así más de la mitad del total del mercado físico con un 54 %, frente al CD que experimenta una caída en picado año tras año, en concreto un 20,8% en la primera mitad de este 2022. Ahora, todos los artistas quieren lanzar sus trabajos en vinilo, los hay incluso que reniegan del CD y su disco físico sólo está disponible en plato grande. Este escenario, sin embargo, choca con una saturación y falta de fabricantes que, por supuesto, incrementa los precios.
Ya es real: el vinilo supera al CD
Que el vinilo supere en ventas al CD y se coloque como la primera opción física de escucha de música grabada es una circunstancia que no se producía en España desde 1991. “Ya había pasado en países como Estados Unidos y aquí tenía que ocurrir más pronto que tarde. España es un lugar de mucho consumo musical”, expone a Consumidor Global Antoni Roig, experto en cultura audiovisual y profesor de Ciencias de la Información en la UOC.
Como explica Roig, son varios los factores que justifican ese resurgir del vinilo y el tocadiscos. “Por un lado la materialidad, es un hecho que el vinilo gana a cualquier otro formato por la fisicidad que lo caracteriza”. A ese tacto se une el icónico ritual de escuchar música desde un giradiscos. “Hay mucha fascinación con eso, lo de sacar el disco, colocarlo y ver bajar la aguja, es como ver lo que está pasando, frente a la fugacidad y lo inmaterial del play”, añade el profesor.
Un formato lleno de posibilidades
“No creemos en el CD por su sonido, ya que es igual al que podemos escuchar en cualquier plataforma digital”, cuenta Daniel Forés, propietario de Marilians, una tienda de discos del barrio madrileño de Malasaña. Forés, que atiende a este medio momentos antes de tener una firma de discos de la cantante Alba Reche en su tienda, opina que el CD estaba muy ligado al consumo de música en el coche “y claro, ahora todo se oye con Spotify”.
Forés asegura que el CD se puede seguir vendiendo, pero no tiene las mismas posibilidades que puede ofrecer un vinilo, tanto a nivel de diseño y edición como, por supuesto, calidad sonora. Marilians abrió hace 3 años y la tienda se dedica en exclusiva a la venta de vinilos, no tienen ningún CD. “También hacemos pequeños showcases en los que los artistas presentan sus discos y hacen firmas”, añade el propietario.
Los jóvenes abrazan el vinilo
Si hay una generación responsable del crecimiento imparable que vive el vinilo, esos son los jóvenes. Atrás quedó la idea de que el plato grande era un fetiche romántico sólo para recordar tiempos pasados. Y es que los jóvenes también han encontrado en el vinilo la forma ideal de escuchar música y poder tocar con sus manos tantas emociones y recuerdos de sonidos y canciones de conciertos. “Más del 80% de nuestro público son jóvenes, y los discos que solemos vender pertenecen a bandas emergentes que empiezan, además de a artistas consagrados, por supuesto”, resalta Forés.
Lo físico se ve obligado a compartir con lo digital, el formato que marca la dirección de esta industria. “Lo digital, Spotify y los auriculares son perfectamente compatibles con sentarse en casa a escuchar un vinilo”, cuenta el propietario de Marilians. Por su parte, el profesor Roig opina que mucha gente compra un vinilo probablemente para tenerlo en su habitación, como recuerdo o póster y no lo reproduzca, seguramente porque no tenga ni tocadiscos. En el caso de Antonio Martín, un melómano de 25 años, prefiere comprar vinilos a CD por ser una opción más completa y cuidada. “Es cierto que, aunque sí que tengo tocadiscos, luego no los escucho tanto. Para mí es un formato más chulo, es como comparar un e-book con un libro de papel”.
Faltan fábricas
En cuanto al futuro del plato, el profesor Roig asegura que hay una saturación importante por la poca oferta que existe. “Las plantas que producen vinilo son las mismas que había hace 30 o 40 años y eso genera un colapso que retrasa mucho las producciones”. Roig explica cómo muchos artistas de la escena independiente tienen que lanzar sus vinilos como una edición especial varios meses después de haber publicado el disco en CD. “Eso sí, si eres Adele, paran la fábrica para sacar vinilos fuera”.
En cuanto a precios, los discos de artistas más comerciales como Rosalía o Harry Styles se diseñan para grandes tiradas y sus costes son más reducidos que el resto de artistas. “En la escena independiente, al haber menos oferta estos ascienden cerca de los 30 euros”, señala Roig. Daniel Forés de Marilians explica que los discos han subido mucho de precio y espera que ese crecimiento pare. “Los materiales han subido mucho y eso se nota. La música es un bien cultural como cualquier otro y debería tener el IVA al 4%, al igual que los libros”, reivindica Forés. En la actualidad, el impuesto por comprar discos, tanto en formato CD como vinilo es del 21%.
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