Desde la calle es difícil saber si se trata de una tienda de muñequitos de Warhammer, de una cerería o de un bazar de souvenirs religiosos. Santería milagrosa, se puede leer en el rótulo. Dentro huele bien. Es un aroma penetrante con un toque cítrico. ¿Será palo santo? “Quiero que sufras”, “Atrae clientes”, “Quita maldición” o “Éxito” son algunos de los nombres de los cientos de velas que tienen expuestas. Las hay que se venden con un aceite y unos polvos. Al fondo se pueden encontrar barajas de naipes del tarot que van desde los 7 euros la más barata hasta los 750 euros la más cara, y un sinfín de figuras y objetos que uno no sabe bien qué función cumplen ni para qué sirven, si es que sirven para algo...
“Vivimos en un mundo donde la incertidumbre y la necesidad de aprender a convivir con ella se habían olvidado. Hemos construido una imagen del mundo como un bufé libre donde lo elegimos todo”, expone a Consumidor Global el filósofo y profesor de Humanidades de la UOC Miquel Seguró, quien explica que ahora “hemos descubierto que la realidad está ahí y hay dimensiones que no dependen de nosotros. Habrá gente que pensará que el esoterismo es la vía o el camino para incidir en el macrocosmos”. De hecho, desde los establecimientos que venden este tipo de productos aseguran que tienen un nuevo tipo de clientela y que las prioridades de los devotos han cambiado con la pandemia.
El objeto esotérico más vendido
Desde la tienda Regali Sort explican que, cuando terminó el confinamiento, la gente acudió en masa en busca de velas esotéricas y velones de petición, cuyos precios oscilan entre 0,60 y 12 euros. “Antes, la que más salía era la roja, que es la del amor, pero desde que llegó el Covid las más vendidas son las amarillas y las verdes, que son las del dinero y el trabajo. Las de la salud también han ganado adeptos”, asegura Marta, dependienta, masajista y educadora corporal de este establecimiento del ensanche barcelonés, quien explica que, aunque la gente va peor de dinero, las ventas se han mantenido. “Cuando se acaben los ERTE será hardcore. Seguro que arrasan con las de trabajo y dinero”, vaticina Marta.
En la misma línea, el gerente de la tienda esotérica Nostradamus Carlos Patricio apunta que “si antes se vendían 10 de amor y 5 de abre caminos, ahora se ha invertido la balanza”. La tienda Santería Milagrosa, por ejemplo, que tiene sede en Madrid y Barcelona, ofrece más de 300 referencias de velas en su página web.
Nueva clientela
Algunos de estos comercios indican que con la llegada de la pandemia una nueva clientela se acercó al esoterismo. Tras el confinamiento “ha venido gente que no solía venir. Mucha gente joven”, apunta Marta, que sin embargo asegura que la mayoría de sus clientes son fieles que tienen una fe ciega y vienen cada semana o cada quince días.
Para intentar explicar este acercamiento, Seguró reflexiona que “la gente joven se ha encontrado con varios escenarios que no dependen de ellos”, en referencia a la mayor complejidad que supone entrar en el mundo laboral y a una pandemia que “genera una incertidumbre muy difícil de sobrellevar cuando no ha habido un entrenamiento a nivel social sobre cómo afrontar la incertidumbre, que también parte de la realidad”. Sin embargo, el filósofo se muestra escéptico respecto a cómo puede ayudar una vela y un ritual a encontrar trabajo y ganar dinero.
Los riesgos del esoterismo
Uno de los problemas que puede presentar el esoterismo, tal y como apuntan los expertos, es que la persona pase a convertirse en observadora pasiva de su propio destino. “A veces viene gente, te dice que quiere recuperar a su pareja con una vela y los derivo al psicólogo”, indica Marta, quien explica que las velas son una pequeña ayuda en la que cada uno pone la intención en un ámbito concreto de su vida para que esté más presente y abra nuevos caminos neuronales, pero “nunca hay que tener prisa” porque es un camino de autodescubrimiento en el que todo es energía.
“Es un poco ir al otro extremo del ‘si quieres, puedes’, que es el mantra más extendido, aunque tampoco es del todo real”, apunta Seguró. Con el esoterismo se reduce la incertidumbre a través de otros canales. “Hago este ritual para conectar con el microcosmos y el macrocosmos y me aseguro de que me vaya mejor. Pero son dos esferas totalmente diferentes. Hay una serie de variables que no dependen de nosotros. Aunque salga bien tu petición, siempre te quedará la duda de si ha salido bien por casualidad o porque has hecho un determinado ritual. Nadie lo va a poder responder nunca”, sentencia.
Otros productos
Además de los velones Don Juan del dinero y el Abre caminos, en la tienda Nostradamus sus otros productos estrella son el incienso Atrae clientes, el palo santo y el Atrae dinero. “Como somos Museo del Tarot, lo que más se vende son artículos de tarot y velas esotéricas”, manifiestan desde Santería milagrosa, donde cuentan con más de 2.000 referencias de barajas de naipes de este tipo.
En el tarot, por ejemplo, “las consultas ahora van más encaminadas al ámbito laboral”, matizan desde Regali Sort, donde aseguran que también salen mucho los talismanes y las manos de Fátima, famosas entre los supersticiosos por su poder para atraer la buena suerte. “Todos somos supersticiosos a nuestra manera, pero quizá en un momento como el presente se visibiliza más”, concluye Seguró.