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Cómo elegir una buena crema solar para protegerse en verano
Existen diferentes claves para elegir la mejor loción fotoprotectora para cada usuario y evitar así problemas en la piel
Nunca antes la sociedad había estado tan concienciada sobre los riesgos potenciales que conlleva una exposición solar prolongada sin tomar las medidas de protección necesarias. Sin embargo, entran en juego tantas variantes --tipo de piel, índice de radiación, factor de protección, etiquetados muy específicos y modo de empleo-- que puede resultar difícil elegir la mejor opción para la piel.
Con la llegada del calor y el verano, las visitas a la playa, los baños y el tiempo al aire libre se multiplican, por lo que cuidarse de los rayos solares es de vital importancia. En ese sentido, los expertos aconsejan conocer algunas claves para elegir una buena loción que cumpla con los requisitos de seguridad y eficacia.
Un factor de protección adecuado
Según expone Rita Rodrigues, dermatóloga de los centros médicos Quirónsalud Valle del Henares y Quirónsalud Tres Cantos, lo primero que hay que hacer es elegir un protector con un FPS (factor de protección solar) que se adecúe a cada tipo de piel y sensibilidad, al índice de radiación, que varía en cada estación del año, y al tiempo de exposición al sol. “En general recomiendo un FPS mínimo de 30 o 50, para mayor protección y porque el consumidor suele aplicar menor cantidad de la recomendada por el fabricante”, asegura. Un factor de protección 30 absorbe el 97 % de la radiación UVB --la mayor responsable de las quemaduras solares y del cáncer de piel, aunque no la única-- y un FPS50+ entre el 98 y el 99 % de este tipo de radiación. “Así garantizamos que nuestra piel va a estar bastante protegida, aunque nunca se alcanza un 100 %”, añade la experta.
También es importante elegir un protector “de amplio espectro”, recuerda Rodrigues, pues hay otros tipos de radiación de los que conviene protegerse además del UVB. Así, al comprar una crema solar se debe seleccionar una que proteja contra los rayos UVA --aparece indicado en el envase dentro de un círculo--, que son los que provocan el envejecimiento de la piel, la aparición de arrugas, además de disminuir los mecanismos de reparación de ADN celular, lo que puede conllevar la aparición de cáncer de piel. “UVB y UVA son los más importantes, pero existen otros factores a la hora de elegir un protector”, matiza Rodrigues.
Otros símbolos a tener en cuenta
Ante la gran oferta de cremas solares que se pueden encontrar en los lineales de farmacias, supermercados y tiendas varias, esta dermatóloga aconseja elegir un protector en cuyo envase se indique que protege contra la luz visible de alta energía (HELV) y la luz infrarroja A (IR-A).
También es aconsejable decantarse por una crema que sea resistente al agua, fotoestable --que soporta la exposición al sol sin experimentar efectos adversos--, que favorezca la transpiración y que sea hipoalergénica, o, lo que es lo mismo, fabricada con compuestos químicos con una reducida capacidad alergénica y con una baja capacidad de provocar irritaciones. Al mismo tiempo, siempre es una buena opción que contengan “antioxidantes, como la vitamina E y carotenos porque aumentan la eficacia del producto”, apunta Rodrigues.
¿Cómo y cuándo se debe aplicar un protector solar?
Aunque parezca obvio, la efectividad de las cremas solares sólo se consigue si el producto se aplica en una cantidad suficiente --que cubra toda la zona que va a estar expuesta-- y de forma homogénea en todo el cuerpo.
“Hay que aplicar el protector 30 minutos antes de la exposición con la piel limpia y seca”, aconseja Rodrigues. Después, se deberá reaplicar cada dos horas y después de cada baño o de sudar. “Pero eso no quiere decir que vuelvas a empezar de cero y puedas estar más horas al sol”, advierte esta profesional. De hecho, los dermatólogos aconsejan salir siempre de casa con la crema puesta, incluso los días nublados.
Espray vs. crema
Por lo general, los protectores de espray son más indicados para pieles más grasas o tendencia acnéica, mientras que las cremas o lociones se aconsejan para pieles secas.
Sin embargo, al aplicar el aerosol debe tenerse especial cuidado, pues se corre el riesgo de que el producto quede difuminado en el aire. Así pues, se tiene que acercar el pulverizador hasta el punto de que se pueda garantizar que alcanza toda la zona que va a estar expuesta al sol.
La protección de los más pequeños
“Los niños de menos de seis meses no deben estar expuestos al sol ni usar fotoprotectores”, advierte Rodrigues. Por ello, es recomendable protegerlos con todo tipo de barreras físicas como sombreros, gafas y prendas de ropa.
A la hora de escoger una crema para un niño mayor de seis meses, lo aconsejable es elegir “filtros 100 % físicos o minerales que sean aptos para pieles sensibles y que hagan función pantalla y reflecten toda la radiación solar”, detalla la experta. Y tocará reaplicar la loción con mayor frecuencia.
Las cremas sí caducan
Es muy importante desechar protectores solares que llevan abiertos desde el año anterior porque se degradan y pierden eficacia. Todos tienen una fecha que indica el tiempo que se pueden mantener una vez abiertos.
“Un protector solar no se puede dejar al sol ni expuesto a altas temperaturas”, sentencia Rodrigues, quien explica que la crema solar siempre debe ser el último producto en aplicarse, sobre todo si la persona se hace un tratamiento de cuidado facial.
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