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La otra lotería: conseguir 20.000 euros con un collar olvidado en objetos perdidos
Uno de cada tres artículos extraviados vuelve a manos de su propietario, un tercio se recicla, y algunos terminan en poder de las personas que los encontraron
Sesenta y cinco minutos a la semana, más de dos días al año, y seis meses y medio a lo largo de toda la vida es el tiempo que pasa de media cada persona buscando objetos perdidos en casa, según el estudio Orden y tiempo de Ikea y Sigma Dos. Al final, casi siempre aparecen, pero, ¿qué pasa con los objetos perdidos en la vía pública?
Encontrar un billete de 5 o 10 euros tirado en la calle, mirar a lado y lado, y guardárselo con discreción en el bolsillo, esbozando una sonrisa, es un golpe de suerte de una picaresca aceptada socialmente. Sin embargo, si uno se encuentra una cartera o un collar, el artículo 615 del Código Civil establece que debe devolverse a su propietario o entregarse a la correspondiente oficina para que esté “en poder del alcalde” o de la Policía Local. Dos años después, si nadie ha reclamado dicho objeto, el depositante puede adquirirlo en propiedad: ya sea un pin de un equipo de fútbol o una preciada joya.
Desde una dentadura a las cenizas de un muerto
Particulares, cuerpos de policía, Correos y entidades de transporte depositan cada año una media de 20.000 artículos en la Oficina de Objetos Perdidos del Ayuntamiento de Barcelona, mientras que en la ciudad de Santander la cifra es significativamente inferior: 2.000.
“Hoy me han traído una diadema y un guante roto”, expone a Consumidor Global el policía cántabro encargado de recoger, registrar y custodiar los artículos extraviados en la vía pública. “Tengo desde dentaduras y tablas de surf hasta las cenizas de un muerto, que llevan meses aquí y nadie viene a por ellas”, añade el funcionario, quien asegura que no pierde la esperanza de que las recojan porque no saben qué hacer con ellas. En el polo opuesto de la península, el portavoz de la Policía Local de Granada asegura que todavía se sorprende cuando aparecen particulares con bicicletas, guitarras y trompetas extraviadas en el metro. “¿Cómo pierdes eso?”, se pregunta. Pero todavía hay pérdidas más surrealistas y, sobre todo, más valiosas.
La otra lotería: un collar de 20.000 euros
“El caso que más me ha impactado -empieza su relato el agente del cuartel de Santander- tuvo lugar una mañana del pasado octubre, cuando vino una chica y me dijo que dos años atrás había entregado a objetos perdidos una pieza de bisutería que ahora le gustaría recoger. Como faltaba un día para que se cumpliera el plazo de reclamo por parte del dueño, la invité a volver al día siguiente o al otro, y, por si acaso, saqué la baratija del almacén y la dejé preparada sin entender muy bien qué podía motivar a aquella joven a regresar a por ella. ¿Por qué tanto interés?”, prosigue el policía, que desempeña esta función desde 2018.
Al día siguiente, a las 7 de la mañana o así, que es la hora a la que abre el cuartel, “al ver a la chica plantada en la puerta no me lo podía creer. Hago el papeleo y cuando se lo entrego, me explica que en 2019 encontró el collar en la calle Burgos y que lo llevó a una joyería donde le dijeron que tenía un brillante de 30.000 euros, pero ella, aun así, decidió entregarlo. Sin terminar de creerme su historia, le recomendé que visitase a un joyero conocido que está cerca del cuartel. Unos días más tarde mi amigo me dijo que la supuesta pieza de bisutería que le había llevado la chica tenía un valor de 20.000 euros”.
¿Qué se hace con los objetos perdidos si nadie reclama?
Alrededor de un tercio de los objetos perdidos son retornados a sus propietarios. También hay depositarios con suerte, aunque apenas representan un 1 %. Por otro lado, entre un 30 % y un 35 % de los artículos extraviados son destinados a reciclaje; alguna documentación se envía a otros consistorios y embajadas; “y lo que nadie reclama y todavía es servible se dona a beneficencia”, apunta el portavoz de la Policía Local de Granada.
Pasados los dos años que establece el Código Civil, “nosotros destruimos la documentación y donamos la cartera, si está en buen estado, a las monjas”, explican desde el cuartel de Santander. Han entregado bolsos, ropa y otros artículos bien cuidados. En Barcelona, en cambio, el propietario sólo dispone de seis meses para recuperar su artículo (de nueve si lo entrega un depositario), según aseguran desde la Oficina de Troballes. Además, se debe solicitar una cita previa que puede resultar caótica e imposible de tramitar, tal y como le ha sucedido a este servidor.
Los más extraviados
Tanto desde la oficina de objetos perdidos de Barcelona como sus homólogas de Santander y Granada coinciden a la hora de establecer el podio de los artículos que más extravía la gente: carteras con documentación, móviles y llaves de vehículos y de sus casas.
“Hoy me han traído seis carteras, dos móviles (uno ya lo han recogido) y seis DNI”, explica el portavoz de la Policía Local de Granada, quien apunta que hay ciudadanos que entregan hasta pines. “Antes nos traían mucha ropa, pero ahora, con el Covid, ha bajado mucho”, añade. Al mismo tiempo, las épocas de más pérdidas son Navidad, Semana Santa, verano, los puentes, las fiestas locales y los grandes eventos como el Mobile World Congress.
¿Cómo recuperar un producto sin identificación?
Como en el guardarropa de una discoteca cuando has perdido el papelito o justificante, “si no están identificados, les pedimos que describan el objeto”, coinciden los expertos sobre la devolución de artículos sin identificar como maletas, gafas, cascos y un etcétera casi infinito.
Con las cosas de mucho valor como un portátil o un móvil, “como no le vas a pedir la factura, le pides que te describa algún detalle personal de la interfaz, le dices que lo desbloquee y siempre les tomas la identificación personal”, añaden. “Estas Navidades trajeron un Mac y aquí sigue”, sentencia el policía cántabro.
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