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La colección de cromos sigue de moda en los patios y crece un 161% en el último año

Desde su gran apogeo en los años 70, los más pequeños continúan, pese a la digitalización, intercambiando estampitas con los compañeros de clase, con el fútbol y Pokémon como temáticas estrella

Ana Carrasco González

Una colección de cromos / UNSPLASH

El rogatorio rutinario a la salida del colegio al pasar por el quiosco de la esquina no se interrumpe. Otro sobre con ocho cromos más continúa iluminando caras, pese a la cada vez más avanzada era digital con la inteligencia artificial colándose por la puerta. Desde el gran apogeo del coleccionismo de estas estampitas en los años 70, las generaciones han mantenido la tradición en los patios y los compañeros de clase siguen realizando sus trueques convenientes. 

La compañía de compra y venta de objetos de primera o segunda mano Milanuncios ratifica en su último estudio que la recopilación de cromos ha registrado un crecimiento del 161 % en el último año. Además, se observa un auge significativo del coleccionismo en general, con un aumento del 108 % en la demanda de este tipo de prácticas. 

El 75 % los colecciona

En una escuela sevillana, la profesora de una clase de alumnos de cuarto de primaria Carmen López resalta a Consumidor Global que el 75 % de sus alumnos colecciona cromos y juega habitualmente durante el recreo. “Me sorprende la cantidad de estudiantes que aún siguen con este hobby, sobre todo, cuando son niños que han nacido y crecido con todo digital”, expone la educadora. 

Dos niños juegan en en el recreo Marta Fernández (EP)

En otro colegio, esta vez en la isla de Gran Canaria, la profesora Irene González reconoce a este medio que en su clase de 16 alumnos, nueve de ellos son coleccionistas. Entre los cromos más buscados, destacan los de fútbol, situándose en el primer puesto de la lista de forma indiscutible, según Milanuncios. En segundo lugar, se posicionan las cartas Pokémon, que siguen siendo una de las temáticas favoritas. 

Los foros improvisados

En las grandes ciudades persisten los puntos de encuentro para intercambiar cromos y conseguir los que más se resisten a entrar en el álbum. De hecho, el mercado del Rastro, en Madrid, o el de Sant Antoni, en Barcelona, llevan décadas haciendo las veces de foro improvisado para este público. No sólo eso, las plataformas de compra y venta de segunda mano también son un tráfico inagotable para conseguir cromos. 

“Ante un contexto como el que estamos viviendo, el mercado de segunda mano es en una alternativa para que los vendedores recuperen parte de la inversión que hicieron en su día y que los compradores puedan encontrar ese producto de coleccionismo que tanto deseaban y que no podían tener hasta ahora”, apunta Íñigo Vallejo, portavoz de Milanuncios. “Estamos viendo cómo los coleccionistas han encontrado en aplicaciones móviles como Milanuncios la posibilidad de contactar con vendedores en la otra punta del país, ampliar y facilitar su búsqueda y conseguir ese artículo que tanto deseaban”, subraya. 

A lo largo de la historia

Aunque el coleccionismo de cromos se remonta a las estampitas del siglo XIX, no fue hasta los pasados años 70 cuando el sector vivió su gran apogeo. Las temáticas variaban según los intereses comerciales porque se trataba de material promocional, especialmente de marcas de productos infantiles, como yogures, chocolate o bollería. Se consideraba un obsequio enfocado a la fidelización, es decir, se tenía que comprar dichos productos para conseguir los sobres de cromos. 

Un quiosco con cromos Unsplash

Los sobres se imprimían entonces con el logotipo de la marca comercial bien visible, lo mismo que el álbum que a menudo se regalaba con la compra de varios productos a la vez. No obstante, la estrella indiscutible en cuanto a temas de cromos seguramente fue el fútbol, arrancando entre los 70 y 80, y aprovechando la popularidad de los mundiales y de la liga. Entonces la distribución de los cromos ya se hacía en quioscos y habían dejado de regalarse con la compra de productos de alimentación.