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Los nuevos tapones 'sostenibles' de Coca-Cola son una lata: "Se me cayó toda encima de mi hija"
La multinacional norteamericana presume de innovación con sus tapas adheridas a la botella mientras los consumidores critican el engorro que supone este cambio en el envase
Los anuncios de Coca-Cola ya no volverán a ser lo que eran. En 30 segundos no hay tiempo. Es imposible. No alcanza ni para abrir la nueva botella. La escena del descorche, con el tapón volando, escuchar cómo el gas sale disparado, dar un sorbo y esbozar una sonrisa de felicidad, pasará a formar parte del pasado. Con los nuevos tapones sostenibles de Coca-Cola, el abrir y cerrar una botella deja de ser un acto reflejo para convertirse en un engorro.
“Estoy unido para reciclarme mejor”, se puede leer en el tapón de una las 75 millones de botellas de plástico de las marcas Coca-Cola, Fanta, Sprite y Nordic Mist que la compañía norteamericana ha empezado a comercializar en España. Y, mientras en la página web de Coca-Cola presumen de “una innovación que entraña una notable complejidad técnica” --son dos trozos de plástico que unen el anillo que rodea el cuello de la botella con el tapón--, los expertos aseguran que este cambio “no tiene efectos sobre el reciclaje” y los consumidores pasan apuros a la hora de acometer una acción tan simple como la de beber de una botella.
Cuando beber deja de ser una acción mecánica
Abrirla es más o menos fácil, aunque para desenroscar el tapón has de darle hasta seis vueltas. El problema empieza al ir a dar el primer sorbo. “El tapón se queda enganchado y beber resulta muy incómodo”, comenta un joven a la salida de un supermercado. “No se abre del todo y te estorba”, apunta un consumidor de avanzada edad, quien, sin pelos en la lengua, opina que los nuevos tapones unidos a la botella “son una mierda”.
Si colocas el tapón hacia arriba, te manchas la nariz con el azúcar de la Coca-Cola. “No me gustan porque cuando bebes a morro el tapón te toca la cara y te pringa”, explica una consumidora. “Un poco más y me sacó un ojo con el taponcito… Al final, lo rompí para poder beber tranquila”, se sincera una joven. Si optas por colocar el tapón hacia abajo, choca con el mentón y corres el riesgo de tirártela por encima.
“Se me cayó toda la Coca-Cola encima de mi hija”
Pero lo peor llega al intentar cerrar la botella: una misión sólo al alcance de pulgares e índices superdotados, virtuosos de la peonza y personas que sacaban excelentes en dibujo técnico. “La vas a cerrar y no encuentras la manera de enroscar el tapón”, critica un cliente. “Volver a cerrarla es muy difícil. Yo he arrancado una parte para que tenga un poco más de juego, pero, mientras lo hacía, se me ha caído media Coca-Cola al suelo”, lamenta un joven sobre una dificultad incomprensible --hablamos de una botella-- que desquiciaría hasta al mismísimo Rafa Nadal, famoso por ser el tenista con más títulos de Gran Slam de la historia y por sus manías a la hora de cerrar y depositar las botellas, perfectamente alineadas, sobre la arcilla.
“Yo la lié un montón”, relata una consumidora. “Pensaba que la había cerrado bien, la dejé en el carrito y se me cayó toda la Coca-Cola encima de la ropa y de mi hija. Y, claro, tuvimos bronca con mi pareja: ‘Es que no sabes ni cerrar una Coca-Cola…’, me dijo. Luego lo intentó él y tampoco pudo”, añade esta mujer.
La compañía más contaminante
Los tapones adheridos a la botella llegan a España “para facilitar a los consumidores el proceso de recolección y recogida, ya que este nuevo sistema permite reciclar la botella junto al tapón, evitando así su pérdida", señalaba hace unas semanas la directora de la estrategia de sostenibilidad de envases para Europa en The Coca-Cola Company, Ana Gascón. Una estrategia que cambiará la realidad entre poco y nada.
Y es que, por quinto año consecutivo, The Coca-Cola Company figura en lo más alto del ranking, elaborado por Break Free From Plastic, sobre las corporaciones que más contaminación generan con sus envases de plástico --le siguen PepsiCo, Nestlé, Unilever y Mondelez Internacional--.
‘Greenwashing’ del bueno
Lo de los tapones adheridos a la botella de Coca-Cola “es greenwashing en toda regla”, expone a Consumidor Global el experto en consumo y director del Máster en Comercio y Finanzas Internacionales la Universidad de Barcelona (UB), Emili Vizuete. De hecho, la modificación que ha llevado a cabo la multinacional norteamericana en sus envases será de obligado cumplimiento en julio de 2024, según la normativa europea sobre plásticos de un sólo uso.
Coca-Cola “es la primera que lo hace y lo vende como un hito, aunque vaya a ser obligatorio el día de mañana. ‘Pepsi no piensa como Coca-Cola’, le está diciendo The Coca-Cola Company a los consumidores. Pero, si esta primera versión de tapón adherido a la botella no es práctico y genera resistencia al cambio en el consumidor, la estrategia de adelantarse a la competencia se le puede girar en contra”, explica Vizuete, quien vaticina que la multinacional norteamericana modificará y mejorará el cierre de sus botellas.
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