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La carne roja no es un riesgo para la salud: un estudio critica años de investigaciones erróneas
Científicos de la Universidad de Washington concluyen que los informes publicados hasta la fecha sobre los riesgos del consumo de carne son observacionales y poco fiables
“Los expertos alertan de que la carne roja aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer y diabetes”; “10 datos preocupantes sobre los efectos del actual nivel de consumo de carne en nuestra salud”; “Limitar el consumo de carne roja reduce la aparición de enfermedades”; son sólo algunos de los cientos de titulares, basados en la “evidencia científica”, que han contribuido a demonizar el consumo de carne durante los últimos años.
Sin embargo, ahora, tras analizar las investigaciones realizadas durante las últimas décadas sobre el consumo de carne roja y sus vínculos con problemas de salud como enfermedades cardíacas, derrames cerebrales y cáncer, científicos de la Universidad de Washington (UW) concluyen que dichas investigaciones son “erróneas” porque adolecen de limitaciones metodológicas y que “la carne roja no es un riesgo para la salud”.
Evidencia débil por falta de causalidad
“Sólo encontraron evidencia débil de que el consumo de carne roja sin procesar está relacionado con el cáncer colorrectal, el cáncer de mama, la diabetes tipo 2 y la cardiopatía isquémica, y ningún vínculo entre comer carne roja y un accidente cerebrovascular”, destaca el nuevo estudio de la UW.
Según los científicos norteamericanos, la práctica totalidad de las investigaciones llevadas a cabo hasta la fecha son “observacionales”, una limitación que hace que sean incapaces de desentrañar la causalidad de manera convincente. Por ejemplo, “¿quizás los carnívoros simplemente comen menos vegetales, o tienden a fumar más, o hacen menos ejercicio?”, prosigue el nuevo estudio. Además, la mayoría se basan en el consumo autoinformado, cuando es sabido que muchas personas no recuerdan lo que comen con precisión.
Comer carne roja sin procesar no conlleva riesgos para la salud
Los científicos del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington consideran que los cientos de estudios que intentan encontrar un vínculo entre comer un alimento y un resultado de salud, como la muerte o una enfermedad, utilizan métodos “descuidados”, poblaciones de sujetos “variables" y medidas estadísticas “inconsistentes”, por lo que “son francamente vagos” y sus hallazgos disipan cualquier preocupación sobre el consumo de carne roja.
En esta misma línea, el director del Instituto de Medicina Funcional y autor de varios best-sellers sobre nutrición, el doctor Carlos Jaramillo, expone a Consumidor Global que “las carnes animales no tienen ninguna relación con el cáncer y otras enfermedades”. Según este especialista, el problema real con la carne está en las carnes procesadas, que están llenas de nitritos y colorantes, quemadas y ahumadas por procesos industriales, y repletas de harinas.
Un nuevo sistema para establecer el riesgo
Ante la poca fiabilidad de los estudios realizados hasta la fecha, los investigadores de la UW han propuesto un nuevo sistema para establecer el riesgo asociado a la salud que puede conllevar un comportamiento o condición. Una calificación de una estrella determinaría que es posible que no haya una asociación real; dos estrellas indicarían que el comportamiento o condición está asociado al menos con un riesgo que oscila entre un 0 y un 15 %; mientras que tres estrellas indican una posibilidad de entre un 15 y un 50 %; cuatro estrellas de entre un 50 y un 85 %; y cinco estrellas indican un riesgo de más de un 85 %.
Cuando el IHME utilizó este sistema para el consumo de carne roja y sus posibles vínculos con varios resultados adversos para la salud, descubrió que ninguno merecía una calificación superior a dos estrellas.
¿Mucha carne o pocas verduras?
La evidencia de un riesgo vascular o de salud directo por comer carne regularmente “es muy baja, hasta el punto de que probablemente no haya riesgo”, concluye el neurólogo de Yale y presidente de la New England Skeptical Society, el doctor Steven Novella. Sin embargo, “hay más evidencia de un riesgo para la salud por comer muy pocas verduras”.
El único problema de la carne roja “es que esas calorías pueden desplazar a las calorías vegetales y a otros alimentos interesantes”, coincide la nutricionista y tecnóloga de los alimentos Paloma Quintana. En realidad, detrás de los intentos de los últimos años por demonizar a la carne está “una gran propaganda para mover e instaurar las alternativas a la carne de proteína vegetal, que están bien, pero como complemento”, sentencia Jaramillo.
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