Aparte del acné, hay otros problemas que afectan a la salud y a la estética de la piel, como son las manchas y las rojeces. En la actualidad, son muchas las mujeres que las padecen y, como no podía ser de otra manera, hay toda una industria cosmética volcada en crear productos para sanar estas dos dolencias.
Pero, ¿sirven de algo estas cremas? ¿Son los bálsamos antimanchas y antirrojeces la mejor estrategia para combatirlas?
Manchas solares y hormonales
Las manchas son uno de los problemas estéticos que más afectan a los usuarios. De hecho, un 62 % de la población española afirma estar preocupada por ellas. Y, aunque el envejecimiento o el embarazo, son algunas de las causas más comunes que fomentan su aparición, también hay otras como una mala alimentación, no desmaquillarse y exponerse demasiado al sol.
No obstante, como recuerda Montse Salleras, dermatóloga en el Hospital Sagrat Cor de Quirónsalud, “hay que saber diferenciar entre manchas hormonales y manchas solares”. Según esta experta, las solares se quitan de manera lenta, pero si se toman las precauciones adecuadas “ya no vuelven a salir”. En cambio, las hormonales, “desaparecen de manera rápida, pero con los años, reaparecen en el mismo lugar”, explica.
Tratamientos para combatir las manchas
Berta García Estrada, farmacéutica, experta en cosmética y divulgadora en Befarma considera que para tratar las manchas de la cara “es necesario conocer a qué nos enfrentamos para poder elegir los activos cosméticos ideales”. Además, Estrada recuerda que es necesario un abordaje multidisciplinario y “ser muy constante con la rutina cosmética”.
La dermatóloga Salleras coincide con ella, pero es más realista y sostiene que “sólo a través de medicamentos o con tratamientos láser es posible una eliminación total, ya que la cosmética tiene el papel de prevenir y el maquillaje de disimular”.
Sufrir rosácea
La rosácea es una patología crónica y según Estrada “se desconoce qué la causa, pero la predisposición genética, el clima y el sistema inmune son algunos de los efectos desencadenantes”, añade.
Asimismo, la rosácea puede afectar a cualquier persona, pero es más común en mujeres de mediana edad con la piel clara. Los síntomas visibles son el rubor en las mejillas o la aparición de venitas en la cara. “Esto pasa por culpa de la vasodilatación de los pequeños capilares, es decir, por el estrechamiento de los vasos sanguíneos que provoca que la circulación se torne lenta y se bloqueé”, explica la dermatóloga.
Alimentos prohibidos
Las rojeces no se pueden curar por completo y de manera definitiva, pero Estrada da esperanzas. “La constancia y la paciencia son ingredientes imprescindibles en toda rutina cosmética, sobre todo en las rutinas despigmentantes”, explica. Además, ante todo, esta experta incide en la importancia de la protección solar diaria, una de las mejores defensas para prevenir la rosácea.
Por otra parte, que hay que evitar el café o el té y las bebidas alcohólicas, comidas picantes o muy especiadas, como la pimienta negra, el curri, el clavo, el comino y las frutas cítricas o verduras ácidas como los tomates, pimientos rojos, berenjenas, remolacha y rábano, que son alimentos que fomentan y empeoran la rosácea. Salleras señala que un medicamento muy efectivo para combatir esta enfermedad es la Brimonidina, aunque “su compra está sujeta a la prescripción médica”, explica. No obstante, esta experta sostiene que “suelen ser permanentes y complicadas de sacar aún con tratamientos láser”, concluye