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La blancorexia: ¿sabes a qué te expones con la obsesión de aclarar el color de los dientes en casa?

La moda por tener una sonrisa blanca y perfecta hace saltar las alarmas tras la venta de algunos productos sin registro sanitario

Alejandra Used

Una mujer con dientes completamente blancos / PEXELS

Uno de los imprescindibles de la belleza es una bonita y cuidada sonrisa. Sin embargo, hoy en día, la obsesión por obtener unos dientes blancos y brillantes ha convertido los baños de algunos hogares en laboratorios odontológicos, ya que muchos están llenos de productos caseros para el blanqueamiento de los dientes, como los tratamientos con luz LED o los polvos de carbón activado. De hecho, “en los últimos cinco años, la demanda de los blanqueamientos dentales ha aumentado un 15 % al año”, según señala Sanitas.

No obstante, la comercialización en España de este tipo de productos no está permitida. “Los dentífricos de las farmacias son para quitar manchas”, alerta la dentista Ana Oliver. Por ello, los usuarios los obtienen por internet y redes sociales, sin un adecuado registro sanitario. Y, en consecuencia, las alertas para retirar estos blanqueadores no paran de crecer. 

Una mujer durante un procedimiento en la consulta del dentista / PEXELS

La obsesión por unos dientes súper blancos

El blanqueamiento dental es un tratamiento de odontología estética que tiene por objetivo eliminar las manchas dentales y hacer que la dentición adquiera una tonalidad más blanca y brillante. Estos se llevan a cabo mediante la aplicación de un agente llamado peróxido de hidrógeno. En la actualidad, se ha convertido en el tratamiento de estética más demandado, según un  Estudio de Salud Bucodental de 2019. En concreto, “Un 35% de los pacientes visitan al dentista en busca de una mejora en estética”, subraya Sanitas

Esto se debe a que una sonrisa perfecta implica tener, además de todas las piezas dentales perfectamente alineadas y contorneadas, un tono más claro de esmalte. Esta obsesión, denominada blancorexia, se ha convertido en un problema social. 

Regulación 

La Unión Europea considera seguros todos los productos blanqueadores de concentraciones entre 0,1 y el 6% de peróxido de carbamida, aunque plantea que no existen estudios a largo plazo sobre su seguridad y que su efecto está relacionado con la concentración y el tiempo de uso. De hecho, en España, según la legislación vigente, solo se permite la libre comercialización de los que tienen un 0,1%. “Estos sí son inocuos para la salud, por lo que su distribución no presenta riesgos, si bien su eficacia es prácticamente nula”, explica el Doctor Óscar Castro Reino, presidente del Consejo General de Dentistas

Aquellos con una concentración mayor sólo pueden ser distribuidos por profesionales. Los usuarios con sensibilidad alta, bruxismo o que tengan caries en ese momento no pueden someterse a estos blanqueamientos, puesto que aumentarían dichos problemas. 

Consulta de un dentista / PEXELS

El engaño del carbón activado 

Otra de las malas prácticas para conseguir un tono más claro en la dentadura son los dentífricos de carbón activado. Las redes sociales están plagadas de vídeos de personas que se cepillan con este producto milagro y aseguran que elimina las manchas y blanquea el esmalte de una forma rápida y económica. Pero “dichas afirmaciones son falsas y su uso puede suponer graves problemas para la salud bucodental, pues se trata de un material obtenido a partir de un proceso químico con cáscara de coco que resulta ser muy abrasivo para el esmalte de los dientes”, advierte Castro. El tono negro de estos productos provoca la sensación de tenerlos más blancos tras el enjuague. Pero la realidad es que esta sustancia tiene una gran capacidad abrasiva y las encías también pueden quedar dañadas. 

Por otro lado, “algunas compañías han incorporado ingredientes activos como la Clorhexidina --desinfectante utilizado frecuentemente en el ámbito hospitalario-- y el Triclosán --presente en desodorantes, juguetes y numerosos utensilios de cocina--”, alertan desde la empresa de productos dentales Yotuel. Esto se debe a que los primeros fabricantes de productos de higiene oral eran también de productos de limpieza del hogar, como Procter & Gamble, Unilever, etc. Por ello, “aplicaron el mismo concepto a la higiene oral, pero con pocos conocimientos de odontología”, añade la compañía.

Un cepillo con pasta de dientes / PEXELS

Riesgos 

“La población debe concebir este tratamiento como un proceso médico que ha de ser realizado bajo la supervisión de un dentista y únicamente realizado en la clínica dental”, alertan desde el Consejo General de Dentistas de España. Realizar un blanqueamiento dental sin supervisión conlleva graves riesgos para la salud, como las reabsorciones cervicales, la sensibilidad gingival y la sensibilidad dentaria posoperatoria.

Además, las sonrisas falsas sufren rechazo. Los dientes tienden a oscurecerse con la edad, por su deterioro, y las causas de un cambio de coloración pueden ser tanto intrínsecas como extrínsecas. De hecho, el grado de blanco que se puede alcanzar --tres o cuatro tonos-- está condicionado por cada usuario. Conseguir ese blanco nuclear solo se puede a través de prácticas abrasivas.