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Los batidos de Foodspring: 30 euros por unos polvos del todo “innecesarios”
Médicos y nutricionistas desaconsejan la ingesta de los brebajes de la empresa alemana y advierten de los posibles riesgos de seguir una dieta hiperproteica
“Nunca. Jamás recomendaría los batidos de Foodspring a nadie. Sólo si estás en una isla desierta y te quedas sin alimentos…” Así de tajante se muestra el profesor de nutrición de la Universidad San Jorge de Zaragoza, Juan Revenga, al ser preguntado por Shape Shake 2.0, uno de los suplementos alimenticios más vendidos de la empresa alemana Foodspring, que comercializa estos polvos por 30 euros, además de barritas proteicas y bebidas energéticas, a través de Amazon, Decathlon y su propia web.
Este batido se anuncia como “sustituto de una comida para pérdida de peso”, pero ¿puede un suplemento alimenticio ser el sustituto de una o dos comidas diarias? “El problema es la propuesta”, resume Revenga. “Yo tampoco lo aconsejo. Es un sucedáneo de Herbalife”, expone a este medio el cardiólogo y miembro de Doctoralia, Juan Carlos Portugal. Entonces, si tanto médicos como nutricionistas echan pestes sobre sus productos, ¿cómo puede ser que Foodspring arrase en España entre el público joven que quiere ganar músculo o perder peso?
Foodspring y sus productos “del todo innecesarios”
“¿Quieres bajar de peso? Shape Shake 2.0 es para ti”, se puede leer en la página de Foodspring sobre este batido que contiene un 42 % de proteínas, entre las que destacan la de suero de leche, que proviene de vacas de Nueva Zelanda. Es bajo en carbohidratos (19 %) y azúcares (2,7 %), presumen desde la empresa alemana. También contiene 18 aminoácidos diferentes, un extenso listado de vitaminas y minerales, y otros ingredientes, de nombre impronunciable, desconocidos por el común de los mortales.
Lo primero, “está prohibido que un complemento alimenticio se anuncie para la pérdida de peso, y Foodspring lo es”, apunta Revenga, quien explica que la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) así lo establece en un Real Decreto. En lo referente a las decenas de aminoácidos, vitaminas y minerales, el experto explica que todos ellos están en los alimentos, por lo que estos batidos “son absolutamente innecesarios”. Además, “se venden como si nos faltase proteína”, añade Revenga en referencia a los estudios científicos que determinan que el consumo de estas macromoléculas en la población española corresponde a un 16,8 % de la ingesta total, un porcentaje superior al límite aconsejado por la EFSA (15 %). Y en este punto cabe recordar que seguir una dieta hiperproteica conlleva ciertos riesgos para la salud.
Una etiqueta “peligrosa”
Otro de sus productos ‘estrella’, las Tortitas proteicas, se vende con el reclamo “cero azúcares añadidos en cada deliciosa porción”. Dicen que no tienen azúcares añadidos, “pero sí llevan harinas refinadas y azúcares simples, por lo que es una etiqueta peligrosa”, apunta Portugal, quien explica que, al final, las tortitas de Foodspring son un “procesado” que es “perjudicial”. En la misma línea, Revenga apunta que la estrategia de marqueting de la empresa alemana “utiliza el viejo reclamo de decir aquello que le gustaría que fuese cierto al consumidor”.
“El mejor desayuno para adelgazar o ganar músculo” o “Deliciosas, naturales y nutritivas” es lo primero que leerá el consumidor que quiera comprar estas tortitas que tienen un 60 % de proteínas y que algunos clientes critican al decir que “es como comer cartón”. Dime de qué presumes y te diré de qué careces es la frase hecha a la que recurre Revenga para valorar este desayuno de Foodspring que califica de “la antítesis de la naturalidad” y que contiene, además de emulgente, acidulante, gasificante y almidón modificado, “una cantidad desorbitada de sal (2,3 %)”, alerta el experto.
A precio de chuletón de buey
Tanto el batido Shape Shake 2.0 como las Tortitas proteicas se venden a más de 30 euros el kilogramo, pero ¿está justificado un precio tan elevado? “Está a precio de chuletón de buey, pero los mismos ingredientes están en los productos frescos del mercado a un coste inferior”, recuerda Revenga.
“Saben que la proteína vende y hacen una etiqueta muy marquetiniana, pero siempre es mucho más saludable una alimentación basada en productos naturales”, coincide Portugal, quien asegura haber visto con sus pacientes que este tipo de suplementos alimenticios son un problema.
Los riesgos de este tipo de dietas
Seguir una dieta hiperproteica y consumir proteínas en cantidades más elevadas de lo normal y sin estar bajo control médico, “recargas la función renal, el riñón puede no llegar a procesar estas macromoléculas, y entonces empiezan los problemas de salud”, expone a este medio profesora de farmacia de la Universidad Complutense de Madrid, Viviana Loria. También es importante tener en cuenta que la capacidad de los riñones de procesar las proteínas desciende con los años, por lo que a partir de los 30 años estos suplementos siempre deben tomarse bajo tratamiento médico.
Este tipo de dietas “sólo pueden ser recomendables en transiciones esporádicas y bajo supervisión médica, por ejemplo, si alguien ha perdido mucho músculo”, aconseja Portugal, quien explica que para tratar a pacientes con obesidad que necesitan perder peso prefiere el ayuno intermitente --entre otras estrategias que hay que individualizar--. Tomarte unos polvos de Foodspring en lugar de un entrecot o un buen plato de verdura “es una barbaridad porque no somos astronautas”, sentencia el experto antes de recordar que el peso no es una dieta, sino un estilo de vida.
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