El temor a una recesión es cada vez mayor en Estados Unidos. Y es que la primera economía del mundo experimenta un aumento de la brecha en el consumo de sus ciudadanos. Así lo reflejan los últimos beneficios de las empresas, que muestran un mayor recorte de gastos por parte de los compradores con menos ingresos, mientras que los más ricos derrochan en vacaciones y artículos de lujo.
Tal y como recoge Business Insider, algunas marcas conocidas como Simon Property señalan que algunos de sus compradores frenan sus gastos, mientras otros aumentan el consumo en tiendas de alta gama como Brooks Brothers. En el caso de Molson Coors, más bebedores de cerveza acuden a marcas más baratas, a la vez que sube la demanda en otras bebidas más caras como Blue Moon y Peroni.
Recorte de gastos frente al aumento del lujo
Otro ejemplo es el de McDonald’s. Su director financiero aseguró que sus clientes de bajos ingresos han cambiado a consumir ofertas más baratas y menos comidas combinadas. Empresas de lujo como Delta, ven una mayor demanda de billetes de alta gama por parte de los pasajeros más ricos.
"Creo que lo que estamos viendo es un poco de bifurcación", dijo la directora general de Kohl's, Michelle Gass, el pasado mayo. "Vemos a algunos clientes que se decantan por las marcas más exclusivas y por muchas de las novedades que hemos introducido, como Calvin y Tommy, marcas como Hurley, etc., Levi's. Y también vemos que muchos clientes se pasan a la marca privada".
Una economía en forma de K
Aunque la brecha de la riqueza no ha hecho más que aumentar en los últimos años, las primeras políticas de la era de la pandemia proporcionaron un breve respiro. Sin embargo, eso ha terminado. Según un informe de LendingClub y recogido por Business Insider, en junio, el 61% de los estadounidenses vivía al día, según un informe de LendingClub, una cifra que ha aumentado en los últimos meses, ya que el ahorro medio ha disminuido.
A los estadounidenses más ricos parece irles bien. Aunque la inflación es una molestia, muchos tienen suficientes ahorros acumulados para seguir su gastp y, dado que la tasa de desempleo se mantiene baja, la mayoría puede contar con una fuente de ingresos estable. Todo apunta a una economía en forma de K, en la que se desarrollan dos narrativas separadas entre los consumidores de bajos ingresos y los ricos.