La realidad del Grupo Fuertes --El Pozo es su buque insignia-- supera con creces la ficción de los populares anuncios de Navidad de la compañía, pero, seguramente, no les ayude a vender ni un sólo producto.
La macrogranja porcina más contaminante de Estaña, en cuanto a emisiones de amoníaco y metano, sigue siendo la explotación Finca Dehesa del Rey de Castilléjar (Granada), propiedad de Cefusa --Grupo Fuertes/El Pozo--, según los últimos datos del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes (PRTR).
Las emisiones se disparan
Mientras, desde El Pozo aseguran que en España “no existen macrogranjas, sólo granjas grandes”, las emisiones de metano por porcino han crecido un 94 % en los últimos 10 años.
Del mismo modo, según los datos del PRTR publicados el 15 de noviembre, que hacen referencia a 2021, las emisiones de amoniaco han crecido un 33 % --un 95 % están provocadas por la ganadería industrial--. Un aumento de la contaminación que no es de extrañar, pues el número de animales sacrificados bate récords año tras año.
58 millones de cerdos sacrificados
En concreto, en 2021 fueron sacrificados en España más de 58 millones de cerdos, un 64 % más que en el año 2000 y un 2.000 % más que en 1961.
La ingente cantidad de purines generada por el sector porcino también contribuye a la grave contaminación por nitratos que afecta al agua en España, recuerdan desde Greenpeace. Un hecho preocupante en un contexto de sequía como el actual. Por ello, la Comisión Europea decidió hace justo un año llevar a España ante el Tribunal de Justicia de la UE por incumplimiento de la Directiva de Nitratos.
Emergencia climática
“Es indignante que, en una situación de emergencia climática y ambiental, las emisiones de las macrogranjas de cerdos no paren de crecer y que el sector no haga más que campañas de lavado de imagen”, denuncia el responsable de agricultura y ganadería de Greenpeace España, Luís Ferreirim, en referencia a los anuncios y las campañas de grandes corporaciones de la industria alimentaria como El Pozo.
“Sólo hay una forma de poner coto a esto y avanzar hacia un modelo que respete los límites físicos del planeta, las personas y los animales: una moratoria inmediata y una reducción progresiva de la cabaña ganadera en intensivo”, sentencia Ferreirim.