Bajan la persiana. España ha perdido 24.470 bares en la última década, lo que supone una media de 6,7 bares al día, una sangría especialmente de pequeños locales de barrio en ciudades y de zonas rurales, que se ha acelerado tras la pandemia, pues en 2021 desaparecieron más de 7.000 establecimientos de este tipo.
Así se desprende del anuario de la patronal Hostelería de España que se ha presentado en Madrid este lunes con datos cerrados de 2021, un ejercicio en el que aún había restricciones por la pandemia, aunque no el cierre total que se vivió en algunos meses de 2020.
La transformación de la restauración
El presidente de la patronal Hostelería de España, José Luis Yzuel, ha explicado a Efeagro que estos datos responden a la transformación del sector y que, en cualquier caso, hay más superficie de hostelería que hace una década porque "los que abren son más amplios y más polivalentes".
Aun así, según los últimos datos oficiales, la mayoría de los locales de restauración que cierran son bares, con un total de 175.029; le siguen los restaurantes, que suman 80.365 unidades, un número muy similar al de 2019 --último ejercicio prepandemia-- y un 10 % más que hace una década. Completan el cuadro de la estructura del sector en España las empresas de catering, ya en cifras muy parecidas también a las de 2019, con cerca de 20.000 empresas, casi 7.000 más que hace un decenio.
El gasto de las familias
En cuanto a la demanda, en 2021 se recuperó parte del gasto de las familias en los locales de hostelería, con una factura total de 43.168 millones de euros, 37.638 en establecimientos para consumir comida y bebida fuera de casa.
Por persona, cada español gastó 804 euros al año en comer y beber en bares y restaurantes, aún muy por debajo de los 1.041 euros de media del 2019, pero con claros índices de recuperación respecto al 2020 en que la pandemia apuró esta cifra hasta los 626 euros per cápita.
Subida de precios
Los precios en estos lugares de ocio se elevaron un tímido 2,2 % en el 2021, muy lejos de las cifras que se están anotando en 2022, cuando incluso ya se ha superado el dato del IPC general en noviembre empujado por el incremento de sus propios costes.
El informe también fija la confianza de los hosteleros, que en 2021 experimentó una evolución negativa y en 2022 volvió a valores positivos. No obstante, a lo largo del año fue empeorando por el impacto de la guerra de Ucrania y la subida progresiva de los precios. Los últimos datos, del tercer trimestre de 2022, reflejan que los costes de la energía y de los precios son dos de los asuntos que más preocupan a los hosteleros.