En España hay 28 millones de mascotas, es decir, en más del 40 % de los hogares hay un animal doméstico, según el último censo de la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos para Animales de Compañía (Anfaac). Qué hacer con ellas durante las vacaciones es, para algunos, un quebradero de cabeza, ya que no siempre se dispone de alguien que pueda cuidarlas.
Existen diferentes alternativas, como Gudog o Familiafeliz.com, dos plataformas parecidas a Airbnb que actúan de intermediarios entre los dueños y los cuidadores, o las webs de contacto como Milanuncios. Otra opción son las residencias para mascotas. Algunas, como Oasis, en Sevilla, prometen, por más de dinero, una experiencia con habitaciones propias y patio e incluso piscina abierta todo el año. Allí se alojan todo tipo de mascotas, desde perros y gatos hasta gansos, cerdos vietnamitas e incluso conejos y chimpancés. Además, “antes de devolverlo al dueño lo lavamos y lo peinamos”, asegura Alicia Portela, veterinaria en la residencia. Si el cliente lo desea, por un poco más, desde 12 euros, añaden el servicio de transporte para no tener que desplazarse.
Así funciona el Airbnb para perros
Airbnb es uno de los servicios más conocidos de búsqueda de pisos turísticos. Su éxito consiste en una metodología sencilla. La web hace de intermediario entre los huéspedes y los propietarios. Después, entre ellos arreglan el precio y la fecha de llegada y salida. Gudog es una plataforma que funciona de forma similar. Los dueños de las mascotas contratan los servicios de los cuidadores por un precio ya fijado y pueden realizar una búsqueda por zonas. Marina Salmerón, directiva de la compañía, explica que “no tenemos un perfil claro de cuidadores, hay gente que se dedica a esto para ganarse un extra aparte de su trabajo y otros que dedican todo su tiempo”. El precio lo fija cada cuidador, pero la plataforma obliga a establecer un mínimo. El hospedaje tiene un precio mínimo de 10 euros. El servicio de guardería --quedarse con el animal durante el día-- cuesta 8 euros, mientras que sacar a pasear a la mascota se negocia a partir de los 6 euros.
Una alternativa parecida a Gudog es la página Familiafeliz.com. Esta empresa pone en contacto a profesionales de distintas categorías --profesores, enfermeros, cuidadores de mascotas-- con particulares. Lourdes Castro, directora comercial de la web, asegura que “antes de media se daban de alta unas 5.000 personas al mes, y ahora se han disparado los ingresos a 17.000 nuevos usuarios de todos los grupos”. El motivo es que “muchas personas que se han quedado sin trabajo buscan prestar este tipo de servicios a familias que lo necesitan”. Al igual que Gudog, el usuario puede publicar una reseña para valorar el servicio, y aquí se tiene en cuenta no sólo la calidad, sino también el precio. Mientras más económico sea, mejor. La competencia es muy grande y, cada vez más, los beneficios son más pequeños.
Residencias frente a particulares
Pero, ¿cualquier persona puede cuidar de un animal doméstico? Fausto Ruíz, veterinario en el Centro Veterinario de Madrid explica que “lo único que hace falta es tener empatía con los animales. No es más difícil que cuidar de un niño”. No obstante, no todos los especialistas están de acuerdo. La especialista veterinaria en la residencia de animales Oasis, asegura que no acogen a todos los animales. “Lo primero que hacemos es una toma de contacto. Si vemos que el perro es agresivo rechazamos su ingreso porque puede ser peligroso tanto para los trabajadores como para los demás inquilinos”, asegura. Para ello, un requisito indispensable es tener una licencia PPP --Perros Potencialmente Peligrosos-- que habilita al cuidador a tratar con razas consideradas más agresivas como Pit Bull Terrier, Staffordshire Bull Terrier o American Staffordshire Terrier. Este requisito lo solicitan las páginas especializadas como Gudog o Familiafeliz.com para tratar con este tipo de razas, sin embargo, en otras como Milanuncios.com no es obligatorio.
Llevar a la mascota a una residencia es más seguro que optar por un particular cualquiera. En Oasis cuentan con un equipo veterinario que vela por la salud de los animales las 24 horas. Las estancias son el equivalente a estar en el Hilton y, por un precio de 14 euros la noche, “cada uno tiene su habitación, que es de 4 por 5 metros. Cada día la desinfectamos y tienen su propio patio para jugar y relacionarse”, explica Portela. Además, cada semana de hospedaje, los cuidadores envían un vídeo a los dueños para que puedan comprobar que su mascota está en buenas condiciones. La sanitaria asegura que hasta el momento no han tenido ningún problema, pero si alguno de los animales tuviera una urgencia médica allí mismo disponen de equipo para tratar a los animales. “Recomendamos que estén vacunados, pero hay algunos que no están inmunizados”, afirma. Los clientes son de todo tipo, desde familias que van a pasar las vacaciones, hasta trabajadores que pasan fuera largas temporadas. “Tenemos a un hombre que tiene dos perros y se ha ido a Dubai un año. Cada semana le enviamos imágenes para que se sienta seguro y tranquilo”, explica la veterinaria.
Ganar 600 euros por cuidar una mascota
El perfil del asistente de animales de compañía siempre se ha relacionado con personas jóvenes que quieren ganarse un sobresueldo. Ahora, con la pandemia, son muchos los que se han quedado sin trabajo o están en un expediente de regulación de empleo temporal (ERTE) y encuentran en el cuidado de mascotas una manera de subsistir. En España hay más de tres millones y medio de parados. La tasa de desempleo se situó en el 15,98 % en el primer trimestre de 2021, casi un 2 % más que en el primer trimestre del año pasado, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Por eso, mientras muchos españoles ya están de vacaciones, para los cuidadores el trabajo empieza ahora.
María Acosta tiene 28 años y acaba de finalizar sus estudios de diseño y edición de vídeo. Ella prefiere publicitarse en plataformas como Milanuncios.com. Desde hace tres años se gana un sobresueldo cuidando perros y gatos. “Durante el año tengo muchos clientes que me dejan a sus mascotas por el día mientras están en el trabajo y en verano con el hospedaje es cuando más dinero se hace. Gano una media de 600 euros al mes”, asegura. La experiencia de Noelia García es diferente. Vive en Málaga, tiene 49 años y lleva más de un año en paro. Se publicita en la misma web de contactos y cobra, al igual que Acosta, diez euros, pero sólo por el hospedaje. “Por el momento no he pensado en otros precios. Soy nueva en esto”, afirma. Lo suyo no es vocacional, sino motivado por la necesidad. “Somos tantos en paro que cada uno se busca la vida como puede”, reconoce.