La invasión rusa de Ucrania ya causa estragos en la cesta de la compra de los españoles. El efecto directo de la guerra es la falta de suministros de aceite de girasol por parte del ‘granero’ de Europa (Ucrania) y de Rusia. Un desabastecimiento que ha obligado a cadenas como Mercadona, Carrefour, Eroski, Consum y Makro, entre otras, a limitar --racionar-- su consumo. Pero la escasez de grasas vegetales, trigo y maíz procedentes del Este también afectará a numerosos productos de los supermercados que se elaboran con estas materias primas y subirán de precio en las próximas semanas.
Sin ir más lejos, en la campaña 2020-2021 España importó el 62 % del aceite de girasol de Ucrania, un 27 % de maíz y un 17 % de trigo. Por su parte, Rusia es otro de los grandes exportadores de dichas materias primas a nuestro país y al resto del mundo. Ante este déficit de producción propia y con la cadena logística rota, la situación es de “una tensión máxima” y las dificultades “van para largo”, aseguran desde la Asociación de envasadores y distribuidores de aceites comestibles (Anierac). Según fuentes del sector, las reservas de estos bienes de primera necesidad durarán hasta abril, y los precios de miles de productos se encarecerán.
Ucrania, el granero de Europa, “está paralizada”
En Ucrania, las fábricas de procesadoras de semillas de girasol “están totalmente paralizadas”, apunta el director de Mercolleida, Miquel Àngel Bergés. Además, las pocas que todavía funcionan tienen muchos problemas para que les llegue la materia prima, según AKP-Inform, porque el transporte marítimo de la zona está bloqueado y la prioridad de los trenes, como es lógico, es sacar a la gente del país y no las importaciones.
En concreto, el aceite de girasol es uno de los alimentos que más subió de precio en febrero (3,9 %) respecto al mes anterior, según el índice de los precios mundiales de los alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Si a este aumento se le suma la guerra y que la electricidad y el gas están por las nubes, lo más probable es que los precios también se disparen en los lineales de los supermercados, apuntan fuentes del sector.
Otros alimentos que subirán de precio
El aceite de girasol es un ingrediente que “forma parte de la gran mayoría de los productos ultraprocesados”, expone la dietista especializada en educación nutricional, Paloma Quintana, en referencia a galletas, bollería, untables y salsas industriales, y la mayor parte de platos preparados para calentar. Por lo general, se trata de “productos que no son muy saludables, pero sí son económicos y podrían dejar de serlo”, añade Quintana.
La escasez de alimentos “nunca es una buena noticia”, recuerda el doctor en ciencia y tecnología de los alimentos, Miguel Ángel Lurueña, quien añade que los cereales y las semillas son uno de los pilares básicos de nuestra dieta. El desabastecimiento de estas materias primas “lo notaremos en el precio de harinas, pasta, cerveza, carne…”, añade el experto.
Daños colaterales
La escasez de materias primas tendrá una repercusión directa en la alimentación humana, pero también en la fabricación de piensos animales, por lo que los productos cárnicos también se verán gravemente afectados. Desde el inicio de la guerra, los precios del aceite de girasol, del maíz y del trigo “han subido alrededor de un 40 % en origen, y lo mismo sucede con la harina de girasol que se utiliza para los piensos animales”, explica Bergés.
¿Hasta qué punto el consumidor podrá asumir el encarecimiento que afecta a la producción cárnica? “No creo que lleguen a ver el total de las escaladas del coste de producción, pero habrá una relación rápida”, alerta este experto.
El nuevo papel higiénico
Aunque todos los actores del sector preguntados por Consumidor Global aseguran estar “muy preocupados” por el impacto generado por el conflicto bélico en las distintas cadenas de suministro alimentario, también coinciden en hacer un llamamiento a la calma para que no suceda lo mismo que con el papel higiénico durante la cuarentena.
“Apelamos nuevamente a los consumidores españoles a que realicen sus compras de alimentación con calma y sentido común, ya que el acopio de alimentos es totalmente innecesario y desproporcionado, y perjudica en última instancia al propio consumidor”, expone el presidente de la Asociación de cadenas españolas de supermercados (ACES), Aurelio del Pino. Por su parte, desde la asociación de aceites comestibles Anierac alertan de que “han visto a clientes con carritos llenos de aceite de girasol” y esperan que “no nos pase como con el papel higiénico”.
Alternativas al aceite de Ucrania y Rusia
Rusia y Ucrania producen cerca del 80 % del óleo de girasol del mundo, por lo que encontrar orígenes alternativos “es dificilísimo”, apunta Bergés. En el hemisferio sur (Argentina y Sudáfrica) han terminado ahora la campaña del aceite de girasol, y tienen cierta disponibilidad, “pero toda Europa busca aceite en estos momentos”, recuerdan desde Anierac, quienes creen que el siguiente paso es animar a los agricultores a sembrar semillas oleaginosas y fomentar el cultivo de girasol, colza, soja y cualquier variedad.
Además del trabajo de las empresas, “es más necesaria que nunca una actuación coordinada de las autoridades nacionales y comunitarias que trate de paliar los problemas que esta situación genera en las cadenas de abastecimiento”, apuntan desde ACES. Al mismo tiempo, los expertos coinciden a la hora de señalar que España parte con cierta ventaja gracias a la gran producción de aceite de oliva.
El valor del de oliva se dispara
La falta de existencias de aceite de girasol en los supermercados españoles derivada de la guerra de Ucrania ha hecho que las acciones de Deoleo --compañía dueña de Carbonell y Koipe, entre otras marcas-- se disparasen este 7 de marzo más de un 18 %.
Y es que la falta de suministros de grasas vegetales importadas de los países del Este se podría traducir en las próximas semanas en un aumento significativo de la demanda de aceite de oliva.