Tener una mascota no es algo baladí. Tal es la responsabilidad que supone que muchos animales acaban abandonados. Para poner fin a esto y conseguir que los consumidores sean conscientes de lo que implica tener un animal de compañía a su cargo, el anteproyecto de la Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales aprobado por el Gobierno incluye la obligación de hacer un curso antes de tener una mascota, aunque las condiciones no son muy exigentes.
Esta formación será obligatoria, gratuita y online. También corta. Al acudir a un refugio o tienda de animales, el usuario sólo tendrá que emplear unos 10 o 15 minutos de su tiempo en contestar una serie de cuestiones. Estas rápidas nociones tendrán que ver con el cuidado correcto de la mascota, además de conocer las normas cívicas básicas para la convivencia, según señalan desde el Ejecutivo.
Un curso para tener una mascota
“Se pretende que haya un filtro mínimo en el acto de la compra o la adopción para que la persona se lo piense dos veces”, explica Alberto Díez, portavoz de la Asociación Nacional para la Defensa de los Animales. Según Díez, esta propuesta no es nada nuevo, ya que antes la pestaña de Tenencia Responsable permitía al usuario realizar un cuestionario para comprobar si podía tener ese animal. Lo positivo, en su opinión, es que este curso adoptaría ahora –de aprobarse el anteproyecto de ley— un formato unitario y obligatorio.
Desde la Asociación Nacional de Protección y Rehabilitación Anima también consideran que lo ideal es que todo el que tenga una mascota posea una mínima información. “Se necesita un cierto conocimiento de cómo manejar a estos animales desde pequeños, para saber educarles desde el principio y que no haya problemas de comportamiento o relación”, explica el presidente de la asociación, Javier Rodellar.
Conocimientos de los animales y cuidados especiales
Entre los conocimientos que se imparten en estos cursos destacan aspectos como la alimentación de la mascota, los cuidados corporales y de la piel, el correcto desarrollo del animal o normas básicas para que conviva no sólo en el hogar, sino también en sociedad (en el caso de los perros, por ejemplo, es necesario recoger sus excrementos de las vías públicas).
También se especifican los artículos que debe tener el usuario en casa para el cuidado animal. Estos incluyen piensos y comidas específicas, además de cuencos; cepillos para el pelo; collares, arneses y correas para paseos, y transportines, camas y colchonetas para los viajes. También se concretan aquellos objetos de los que la mascota debe permanecer alejada, cuidados que se deben tener con cosas del hogar (cables, telas) y temas propios de la identificación y salud del animal, como las vacunas que debe tener.
“El desconocimiento es una de las principales causas del abandono”
Aunque Rodellar aclara que todavía se desconoce cómo van a ser los cursos en su totalidad, las perspectivas son positivas. A pesar de ello, reconoce que dependerá del usuario interesado el sacar rendimiento a la formación o no.
Desde las asociaciones de animales recuerdan que tener una mascota es una decisión que debe meditarse. De lo contrario, el destino del animal puede ser trágico. “El desconocimiento es una de las principales causas del abandono”, expone Pedro Andrés Ruf Jiménez, vicepresidente de la Asociación Madrileña de Veterinarios de Animales de Compañía, quien considera fundamental “conocer las necesidades” de los mismos.
Garantizar la protección con mayores sanciones
El Gobierno ha aprobado ya una ley que reconoce la naturaleza de los animales como “seres vivos dotados de sensibilidad” y miembros de la familia. Con este anteproyecto de ley, que podría entrar en vigor en 2023, el objetivo es aunar todas las responsabilidades relativas a la posesión y convivencia con animales y fomentar su bienestar, lo que también pasa por luchar contra su abandono y maltrato.
En este sentido, la nueva normativa propone la prohibición de sacrificar a los animales de compañía, con la única excepción de darles muerte por motivos sanitarios o para evitar el dolor de la mascota. Y, para garantizar una mayor protección, se han ampliado las penas por maltrato, ahora castigado con hasta 24 meses de prisión si el animal acaba muerto y 18 años si por los daños el animal requiere de atención sanitaria.