El precio de la gasolina y el diésel está en máximos históricos debido a la inestabilidad generada por la guerra de Ucrania. Por este motivo, muchos clientes optan por utilizar las tarjetas ofrecidas por gasolineras como Repsol, Cepsa o BP para hacer frente al pago. Lo que los usuarios desconocen es que, en muchos casos, estas tarjetas llamadas tarjetas revolving esconden intereses abusivos que las empresas de carburantes no comunican con transparencia.
Sobre esta realidad alerta la plataforma especializada en la defensa del consumidor Reclama Por Mí, quien expone que los consumidores podrían llegar a pagar miles de euros en intereses con este método de pago y contraer así deudas que pueden ser difíciles de devolver.
Unos intereses abusivos
Financiar la gasolina con las tarjetas que comercializan Repsol, Cepsa o BP junto a entidades bancarias como Wizink, Bankinter, Caixabank, BBVA o Santander esconde algunos riesgos.
Con ellas, las gasolineras prometen premiar la fidelidad de los clientes con descuentos. Sin embargo, no son una simple opción con la que pagar y obtener descuentos en cada repostaje, sino que, en muchas ocasiones, cuando se realiza un pago sin tener fondos disponibles, este se aplaza de manera automática con sus correspondientes intereses, que son de más del 20 % TAE.
Cómo reclamar
Reclama Por Mí ha gestionado diversas reclamaciones de usuarios a los que se les habían cobrado un TAE de hasta el 27 %. El propio Tribunal Supremo se pronunció sobre este tipo de financiación en marzo del 2020 y consideró el caso juzgado como usura, en virtud de la Ley de Represión de Usura de 23 de julio de 1908. El resultado es la devolución de todos los intereses cobrados de más que excedan el capital prestado y, por supuesto, la cancelación del contrato, lo que desencadenó una ola de reclamaciones de miles de ciudadanos afectados.
Un ejemplo de tarjeta revolving de crédito ofrecida por las propias gasolineras y reclamada con éxito por los expertos de Reclama por Mí fue la de una familia de Oviedo, que contrató una tarjeta revolving Visa Cepsa Wizink con la promesa de que le permitiría conseguir descuentos a la hora de repostar. Además, esta tarjeta les permitía realizar pagos y compras y devolverlos “cómodamente” cada mes. Sin embargo, se les aplicaba un interés abusivo del 26,82 % TAE que impidió a los afectados hacer frente a los pagos. Tras reclamar ante la justicia, el Juzgado de 1ª Instancia nº 1 de Madrid declaró nulo el contrato y condenó a Wizink Bank a devolver casi 12.000 euros a los afectados por usura y falta de transparencia.