Los productos destinados a los niños son los que más se retiran del mercado (juguetes principalmente, pero también artículos infantiles, moda y accesorios). Sólo en 2020, 81.141 artículos de esta categoría fueron apartados por el riesgo de asfixia al ingerir piezas pequeñas; por intoxicación debido a presencia de sustancias químicas; o por posible estrangulamiento y lesiones. La detección de estos casos y su posterior retirada del mercado depende del Ministerio de Consumo.
Un 87 % del género dirigido a los más pequeños supone un riesgo muy grave, es decir, puede ocasionar la muerte. “La vigilancia de estos productos se realiza por las autoridades del mercado interior, así como por las autoridades de control en fronteras de productos procedentes de terceros países y a través de denuncias presentadas y/o accidentes ocurridos”, explica a Consumidor Global Ana Acero, subdirectora general de Coordinación, Calidad y Cooperación en Consumo.
Juguetes “inofensivos”
Abrazar a un simple peluche o jugar con un globo puede ocasionar daños importantes para la salud e incluso la muerte. En febrero de 2021, por ejemplo, se retiró del mercado un surtido de globos por su alto índice de nitrosamina, un compuesto químico que en altas dosis resulta tóxico. Tal es su toxicidad que hasta se encuentra en el humo del tabaco. También, una fiesta de cumpleaños puede acabar en tragedia por culpa de un juguete con forma de flauta que se introduce dentro de las piñatas. En este caso, fue la Junta de Andalucía quien dio la voz de alarma por peligro de asfixia: "se desprenden piezas pequeñas (silbato) y el nivel sonoro es superior al establecido”.
Pero en la lista de productos retirados hay de todo, como un inocente peluche amarillo con carita sonriente que invita a abrazarlo, pero con el peligro de que una de sus pequeñas piezas se pueda desprender y acabe en la boca del pequeño o un disfraz de pino propio Navidad que no cumple los requisitos de inflamabilidad y puede provocar quemaduras. Si ya es difícil de controlar, a veces, a los más pequeños, el peligro podría ser doble si estos productos continuasen en el mercado.
¿Cómo funciona la red de alertas?
Este tipo de alertas de consumo se centra en la coordinación entre las diferentes autoridades competentes, tanto en España como en la Unión Europea. El objetivo, aunque a veces no se consiga, es que puedan actuar con la mayor brevedad sobre aquellos productos que tengan repercusiones para la salud. “Es una vigilancia continua, las 24 horas del día de los siete días de la semana, sobre cualquier riesgo o incidencia que afecte a la salud”, añade Acero.
La web del Ministerio de Consumo ofrece cada año la lista de productos que han sido retirados y los diferentes motivos. El catálogo es interminable. La asfixia y las quemaduras son los motivos más comunes para la retirada de juguetes. El peligro puede estar en los artículos más inverosímiles, como un pack de pistola con dardos con ventosas porque “se desprenden fácilmente y son piezas pequeñas” o cuando, en 2020, se retiró el disfraz de princesa “fantasyland” por “lesiones diversas”. La prenda llevaba unos cordones decorativos con extremos libres en la zona del talle “con una longitud superior a la establecida”.
Artículos de alto riesgo
Los países asiáticos representan el 59 % de todas las importaciones que son retiradas por los organismos de control. En España, durante 2020 se gestionaron 2.944 notificaciones, 668 generadas por las comunidades autónomas y 2.240 recibidas de la Unión Europea. Andalucía y Cataluña fueron las comunidades autónomas que más avisos notificaron el último año.
Asimismo, el 79,81 % de estos avisos fueron considerados de alto riesgo, según datos del ministerio que lidera Alberto Garzón. El problema con la categoría de juguetes es el elevado número de artículos que se importan de algunos países asiáticos, especialmente de China. Es difícil realizar un control exhaustivo antes de que lleguen al mercado. “Los datos referentes al origen de los productos implicados en las alertas están más relacionados con los volúmenes importados por la UE que con las garantías generales de seguridad”, explica Peña-Rey, directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
Productos de todo tipo
Aunque los artículos dirigidos a los niños encabezan el ranking de los productos retirados, no son los únicos. Con la llegada de la pandemia, las mascarillas se han vuelto un complemento indispensable. Sin embargo, no todas cumplen con las condiciones necesarias. Así, en noviembre de 2020 se retiró la mascarilla higiénica reutilizable de la marca K. Mask por suponer un riesgo para la salud, ya que “en el etiquetado figura la inscripción FFP2, lo que puede inducir a error sobre la naturaleza de la mascarilla, dado que dicha inscripción es propia de equipos de protección individual y no de mascarillas higiénicas”. Y hace poco la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) pidió paralizar las ventas de las mascarillas quirúrgicas tipo IIR con grafeno fabricadas por la empresa china Shandong Shenquan New Materials.
Asimismo, en la lista de productos cuya comercialización se ha frenado se puede encontrar desde motocicletas hasta coches de conocidas marcas como Opel. En este caso, la empresa fue quien comunicó el problema, en febrero de 2021, por un fallo en uno de sus vehículos que “podría provocar un despliegue inesperado del airbag”. Finalmente, el resultado no concluyó en la retirada del vehículo: “La empresa contactará con los propietarios de los vehículos afectados”, especifica la alerta.
Venta online y alimentos bajo sospecha
Aunque ya era un sector en auge, debido, primero al confinamiento y, después, a las medidas de restricción impuestas por el Gobierno, la venta online se ha disparado en España. Sin embargo, esto no se ha traducido en un aumento de las alarmas. “La mayoría de las alertas relacionadas con la venta de productos comercializados principalmente por internet se refieren a complementos alimenticios”, asegura Isabel Peña-Rey, directora ejecutiva de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan).
Es decir, ningún producto alimenticio ha sido objeto de retirada por suponer un riesgo en relación con el Covid-19. Sin embargo, “hemos detectado la existencia en el mercado, generalmente por internet, de complementos alimenticios declarando propiedades saludables o una supuesta eficacia contra el coronavirus que, lógicamente, han supuesto un incumplimiento de la normativa alimentaria en vigor”, sostiene Peña-Rey.