Los vecinos de Madrid están en pie de guerra contra la proliferación de las llamadas dark kitchen, locales donde se prepara comida rápida para vender a domicilio por medio de plataformas como Uber, Deliveroo o Just Eat y que se encuentran, en ocasiones, en edificios residenciales.
Más de 16.500 personas han firmado ya la iniciativa de Stop a las cocinas fantasma recogida en change.org a través de la cual se le exige al Ayuntamiento de Madrid que paralice la apertura de otro establecimiento en Arganzuela para evitar que el barrio se convierta en un “entorno industrial”.
Que se ubiquen en polígonos
La iniciativa ha tenido tanto éxito que, Ricardo Rodríguez, impulsor de la propuesta, asegura que se han conseguido miles de firmas en poco tiempo. "Este tipo de negocio industrial no debe estar en una zona residencial, sino en un polígono. El Ayuntamiento nos da buenas palabras, pero no se compromete a nada porque los locales cumplen la normativa y no se pueden negar a las licencias", lamenta.
Los firmantes de la propuesta explican que este tipo de negocios carece de una normativa actualizada que los regule y consideran que la norma debe evolucionar “de acuerdo a la realidad”. Por eso, la plataforma de vecinos afectados en la calle José Calvo se sienten indefensos ante “un enemigo muy grande” y piden que paralicen “este tema porque no se puede convivir con 130 puntos de gas, 2.000 de electricidad, 40 de carbón y los ruidos y olores".