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Los ginecólogos censuran los cinturones de calor eléctricos para el dolor de regla

Los expertos advierten de que el uso de estos dispositivos durante la menstruación debe controlarse y usar una intensidad mínima para evitar problemas

Lidia Vega

Una mujer con dolores por culpa de la hinchazón provocada por la menstruación / PEXELS

La regla no tiene que doler. Esta información es algo que la sociedad ha interiorizado desde que la salud íntima ya no es un tabú. Sin embargo, sí es normal que las personas menstruantes tengan molestias antes o durante el periodo. Para estos casos hay mil y un remedios que prometen poner fin al dolor de regla. Algunos son naturales, algo que no pone en peligro nuestra salud. Pero, hay otros, como los cinturones de calor eléctricos para calmar los dolores de la menstruación, que se promocionan en redes sociales e internet, que sí pueden ser perjudiciales, tal y como alertan los ginecólogos.

Según la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO), más del 10 % de las personas menstruantes sufren dismenorrea, es decir, dolor intenso, pélvico y abdominal, que aparece antes o durante la regla. Para prevenir este malestar sin recurrir a químicos, un remedio natural muy extendido que ayuda es la aplicación de calor sobre la zona. Pero, ¿cómo se debe utilizar?

Las precauciones que se deben tomar, según los ginecólogos

El calor es un analgésico natural que alivia el dolor de forma respetuosa y bloquea la sensación del mismo. Además, aumenta el flujo sanguíneo, aportando más cantidad de oxígeno, lo cual ayuda a reducir la sensación de molestia. Sin embargo, no todas las vías para aplicarlo son igual de recomendables.

Una chica aplicándose calor en la tripa por el dolor menstrual /PEXELS

Los cinturones o sacos de semillas es la opción que eligen los ginecólogos si se quiere utilizar el calor como alivio del dolor. Por contraposición, ante los dispositivos electrónicos, ya sea la manta eléctrica o los nuevos cinturones térmicos, los expertos censuran o limitan más su uso. Piden usarlos a una temperatura mínima y no más de 10 minutos. Además, la ginecóloga Nadia Magallanes matiza que “los cinturones de calor no están científicamente demostrados”. Por eso, “no los podemos recomendar como tratamiento único para casos como los de dismenorrea”, matiza. 

Cinturones de semillas vs. eléctricos

Los dos métodos que existen para aplicar calor localizado son o bien sacos de semillas o cinturones eléctricos. “El cinturón de semillas es una modernización del remedio más clásico que existe. Gracias a su diseño, permite tener dos puntos de calor: uno en la zona suprapúbica y otro en la espalda. De esta manera, no sólo alivias el dolor en la barriga, sino también en la zona posterior, donde muchas mujeres suelen sentirlo", explica a este medio Meritxell Vinyas, fundadora de Kusiwawa. Su cinturón tiene un precio de 60,98 euros.

Dos mujeres embarazadas con un cinturón de semillas apto para la menstruación /KUSIWAWA

Por su parte, los cinturones térmicos que se enchufan a una corriente de luz generan más dudas entre los profesionales de la salud. “Yo no recomiendo el uso de corrientes para aliviar los dolores”, afirma a Consumidor Global la ginecóloga Laia Sánchez. Estos dispositivos son más económicos, aunque contraen más riesgos debido al paso de la electricidad. Se pueden encontrar en Amazon desde los 21,90 euros hasta los 39,91 euros. Mientras, en AliExpress, su precio arranca en los 17,53 euros y en otras plataformas de ecommerce más desconocidas como Grandado están por 21,59 euros o en Shopee algunos incluso se pueden comprar por apenas 8,70 euros.

Hay que tener cuidado con la temperatura

Algo que hay que tener en cuenta en ambos productos es el grado de temperatura que se aplica. “Lo que hacen ese tipo de mecanismos es aplicar calor sobre el dolor. No tiene ninguna contraindicación, salvo que te pases de temperatura”, explica a Consumidor Global el director del Instituto Sexológico Murciano, Jesús Rodríguez. En el caso de los cojines de las semillas, los expertos destacan que, al aplicarse muy superficialmente y a muy baja temperatura, ya que se calienta de forma externa, el tiempo de exposición puede ser más prolongado. Sin embargo, en el caso de los cinturones eléctricos, aconsejan que esta exposición ronde entre los cinco y 10 minutos y cada dos o tres horas.

Uno de los cinturones térmicos que se venden en Amazon /AMAZON

Además, en ambos casos, Pablo Grases, ginecólogo del Hospital El Pilar – Grupo Quirónsalud, pide aplicar el sentido común. “Cuando son tratamientos caseros, el sentido común marca que no lo vas a calentar tanto porque te puedes hacer daño en la piel. Tampoco se recomienda un aparato chino que vete tú a saber de dónde viene. Y siempre es preferible que se adquiera en una farmacia. De ser así, estos remedios no deberían de tener ningún problema con la temperatura”. Sin embargo, para este especialista, este tipo de dispositivos no pueden tratarse como si fueran medicamentos

Cómo afecta el calor al deseo sexual

Todo lo que se aplica a una zona íntima repercute, de una forma u otra, en el sexo. Y, en este caso, el calor puede modificar y mucho el deseo y la salud sexual. “Las investigaciones que se han realizado hasta ahora demuestran que las temperaturas extremas no favorecen las funciones sexuales en general. En contra, las temperaturas templadas, sí”, explica Rodríguez.

Esta es la explicación para que, en primavera, cuando hay más horas de luz y una temperatura más suave, haya más estimulación. Además, el director del Instituto Sexológico Murciano destaca que “el calor extremo no favorece en nada: ni en el deseo, ni en la lubricación”. Es por eso que alerta de utilizar con mucha precaución estos dispositivos térmicos.