El mercado online ha favorecido el aumento de las estafas y falsificaciones relacionadas con las compras. De hecho, uno de cada 10 europeos ha sido engañado en algún momento al adquirir un producto nuevo, según un estudio realizado por la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea (Euipo) sobre imitaciones de todo tipo de artículos.
Los países con un mayor porcentaje de consumidores engañados son Bulgaria (19 %), Rumanía (16 %) y Hungría (15 %). Por el contrario, Suecia (2 %) y Dinamarca (3 %) registran las cifras más bajas de la UE. España está por encima de la media y un 12 % de los españoles que afirma haber sido engañado al comprar productos falsificados sin saberlo.
Falsos medicamentos
Las falsificaciones suponen el 6,8 % de todas las importaciones del continente, con un valor neto de 121.000 millones de euros. Existen productos falsos para casi todas las categorías de venta, ya sean bebidas, juguetes o componentes electrónicos.
Pero uno de los grupos más afectados es el de los medicamentos, antibióticos y analgésicos, con lo que eso supone para la salud, así como otros elementos médicos --mascarillas o prendas de protección personal-- a raíz de la pandemia del Covid-19.
El problema de las pymes
Además de los consumidores también hay otro colectivo que sufre los efectos de las falsificaciones a gran escala: las pequeñas empresas. Según el barómetro de la Euipo, una de cada cuatro pymes ha sufrido vulneraciones relacionadas con los derechos de propiedad intelectual.
Estos ataques se han manifestado en pérdidas del volumen de ventas, daños a la reputación de la marca o carencias en la capacidad competitiva. Esto se traduce en que tan sólo un 9 % de las pequeñas y medianas empresas europeas registran sus derechos de propiedad intelectual, a pesar de que se ha comprobado como las compañías que cuentan con ellos obtienen más ingresos por empleados y éstos reciben salarios más altos.