No es un secreto, los animales de compañía son la debilidad de muchas personas. Pequeños amigos que comparten la vida con sus dueños y dejan una impronta difícil de borrar en la memoria. Este es el sentimiento del que se aprovechan algunas organizaciones criminales o particulares sin escrúpulos para desvalijar a personas confiadas que sólo buscan una nueva mascota. Los delincuentes, adaptados a los recursos que ofrece el mundo digital, no suelen dejar más rastro que identidades falsas.
Foros y páginas web de ventas entre particulares, como milanuncios.com, se utilizan como carnaza para tentar a los interesados con fotos de perros y gatos de raza, muy difíciles de encontrar en el mercado habitual. Además, el cebo se engorda ofreciendo precios ridículos en comparación con su valor real. Sin ir más lejos, una de las razas de perros más cotizadas en este momento, el bichón maltés, se puede encontrar en estos anuncios falsos por 200 o 300 euros, cuando su precio real se mueve entre los 1.000 y 1.500.
Modus operandi
Hace dos meses, Ana Marzo quería conseguir un bretón tricolor francés, una raza de perro con la que su padre había convivido durante años hasta que el can falleció. Pensó que sería una buena idea proporcionarle otro compañero de la misma raza y tras no encontrar ninguno en las protectoras, localizó una oferta de adopción por las redes. “El presunto donante me comentó que los gastos veterinarios eran 280 euros, que al final quedaron en 230, pero me exigió utilizar Bizum o Waylet. De hecho me pasó una lista de aplicaciones de bancos con las que le podía pagar”, explica Marzo desde L’Alcudia (Valencia). Estas plataformas facilitan el intercambio inmediato de dinero de una cuenta a otra sin necesidad de confirmación.
“Me prometió que pasaría cerca de mi pueblo al día siguiente, pero por la mañana me aseguró que por un problema de transporte tenía que abonar un extra de 60 euros”, señala la afectada. Tras negarse a efectuar el nuevo pago, el estafador la amenazó con marcharse junto con el animal, que ella aún no había visto. Pero no accedió a su petición y se quedó sin el --inexistente-- perro y sin el dinero. Días después Marzo colgó otro anuncio en el que buscaba, de nuevo, un bretón tricolor. A las horas fue contactada, otra vez, por el mismo individuo con una oferta idéntica a la anterior.
Víctimas en toda España
La Guardia Civil ha perseguido este tipo de delitos. Una de las operaciones más destacadas fue la bautizada como Bichón Maltés. Una denuncia en Cáceres derivó en la detención de cinco personas en la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha y Andalucía a las que se les ha imputado 33 delitos. Otra fue la operación Kitty-kat, en la que se detuvo a 3 individuos por 34 delitos. Todos ellos fueron acusados de suplantación de identidad, estafa a través de internet y amenazas.
La Guardia Civil ha detectado innumerables casos de engaño con este método en todo el paísno de los miembros de la banda es el gancho que contacta con la víctima a través de las webs y el resto del grupo busca la información de personas ya estafadas para utilizar sus datos, suplantar su identidad y ganarse la confianza de sus nuevos objetivos. Además, crean y mantienen varias cuentas bancarias que se utilizarán como destino de las transacciones fraudulentas, de forma que no se asocien fácilmente con la persona que se encarga del contacto directo.
Suplantación de las protectoras
Además de la inventiva para buscar víctimas, algunos estafadores han dado un paso más y ya no sólo utilizan identificaciones falsas, sino que suplantan a protectoras para maquillar los envíos de dinero como donaciones y tratamientos médicos. Una de las afectadas es la asociación Arca de Noé de Córdoba. “La gente debe tener claro que una protectora nunca pedirá dinero a nadie por los animales de esta manera”. explican desde la ONG andaluza. Tras denunciar lo ocurrido, las ofertas a nombre de Arca de Noé desaparecieron de las redes, pero el daño a su reputación ya estaba hecho. Y algunos incautos mordieron el anzuelo.
Algo similar le pasó a la protectora No Me Abandones, de Jerez de la Frontera (Cádiz). “Un día nos escribieron por Whatsapp acusándonos de haber estafado a varias personas. Resulta que los delincuentes se habían hecho pasar por nosotros para generar confianza en la gente, enviando fotos y todo”, cuentan desde esta protectora de animales. A pesar de que la noticia tuvo relevancia en los medios y de que el ayuntamiento emitió un comunicado sobre el asunto, los estafadores todavía siguen utilizando a la asociación como gancho para sus engaños.