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Estar todo el día como zombi: engancharte a la Dormidina no te hará descansar

Este medicamento sin receta ha aumentado su uso como somnífero por el estrés de la pandemia pese a no estar indicado para ello

Ricard Peña

Una mujer sufre insomnio y no puede dormir / PIXABAY

Existen muchos motivos para sufrir insomnio. Ansiedad, malas rutinas de descanso, exceso de cafeína o un entorno poco apropiado para el sueño son algunas de las causas que han llevado a más de cuatro  millones de españoles, casi un 10 % de la población, a padecer trastornos del sueño crónicos. El desconocimiento o la prisa por encontrar una solución lleva a mucha gente a optar por la vía rápida: sedantes de venta sin receta que facilitan el sueño, entre los que destaca la Dormidina

La Dormidina se compone de doxilamina, un antihistamínico. Se trata de un inhibidor del neurotransmisor de la histamina, encargado de mantener al cerebro alerta y sustentar el estado de vigilia. Si bien existen otros compuestos de libre receta accesibles en las farmacias, como los extractos de valeriana o pastillas de melatonina, estos sólo ayudan al cuerpo a relajarse para facilitar el sueño. La doxilamina provoca un adormecimiento casi instantáneo, a la media hora de ser ingerida, por lo que ha tenido gran éxito entre aquellas personas con dificultades para dormir, aunque éste no sea el objetivo del medicamento. 

Uso inapropiado y desmedido

La Dormidina está indicada para un uso momentáneo y puntual, como un viaje largo o una noche tras un vuelo, en el que el cuerpo puede estar confundido al cambiar la rutina de sueño. El problema es que, gracias a su efecto inmediato, mucha gente se ha acostumbrado a consumir estas pastillas de forma recurrente. “Este último año ha generado un consumo exagerado de medicamentos sedantes con receta, incluso por parte de quienes no los necesitan. Cuando tienes insomnio existen dos opciones: productos naturales, que no muestran efectos a corto plazo, o bien, recurrir a la doxilamina”, señala a Consumidor Global Matilde Yáñez, farmacéutica y profesora de Farmacoterapia en Atención Primaria en la Universidad de Santiago de Compostela. 

Según esta experta, este medicamento es fácil de usar, ya que es eficaz y no genera dependencia psicológica, aunque sí produce una enorme tolerancia a medida que se emplea, por lo que cada vez se necesita una dosis mayor. También advierte de que es un arma de doble filo, porque una vez ha sido ingerida, el efecto de la doxilamina no desaparece por completo y permanece en el cuerpo entre 10 y 12 horas. Esto supone que, si no se duerme durante este tiempo, el cansancio y la fatiga al despertar puede ser mucho mayor que si se hubiera sufrido el insomnio como tal. 

Dormir no es sinónimo de descansar

La Dormidina, señalan los expertos, no es una solución para el déficit de sueño crónico, sino un parche a corto plazo. Pero consigue hacer dormir a las personas que lo necesitan después de varias noches sin poder pegar ojo, al menos en la teoría. “No existe evidencia de que la doxilamina sea efectiva contra el insomnio; es más, es contraproducente. Si el consumidor siente que por fin ha conseguido dormir, lo hace de forma superficial, sin alcanzar las fases profundas del sueño que se necesitan para conseguir un verdadero descanso”, explica la doctora Rybel Wix Ramos, neurofisióloga clínica y especialista en medicina del sueño en el Hospital HM Sanchinarro de Madrid.

La facultativa alerta de que, aunque no hay riesgo de que se genere adicción, sí que puede producirse un fuerte efecto rebote si después de tomar Dormidina de forma habitual se elimina su ingesta de golpe, por lo que es conveniente reducir poco a poco su consumo. “La única forma de curar el insomnio es a través de la supresión de hábitos nocivos para el sueño, como las pantallas, el ruido o la iluminación perjudicial, así como introducir una rutina de ejercicio físico. Ninguna pastilla sedante puede solucionar el problema de raíz”, subraya la doctora. 

La ansiedad es uno de los principales síntomas del insomnio / PIXABAY

Efectos secundarios 

Otro factor a tener en cuenta son los posibles efectos que pueden derivarse del consumo prolongado de Dormidina. Aunque no tenga efectos negativos como tal, sí que existen una serie de riesgos asociados a circunstancias como la edad o algunas dolencias. Así, las personas mayores pueden ser más propensas a sufrir problemas de hígado o riñones al tomar doxilamina de forma continuada. 

Al acercarse el verano también se deben tener en cuenta otros efectos. La histamina reduce la sudoración y además puede causar fotosensibilidad, por lo que un paseo a altas temperaturas puede acabar en un golpe de calor severo. “Dada la duración del químico en el cuerpo, no es buena idea tomar el sol tras recurrir una noche a la con Dormidina” advierte la doctora Yáñez.  

La importancia de regular su consumo

“La tendencia de consumo de este tipo de medicamentos sin receta es compleja de seguir, ya que no puede trazarse un control en su prescripción o dispensación”, explica Carlos Fernández Moriano, miembro del Consejo General de Farmacéuticos. Desde este organismo, se apunta la necesidad de los usuarios regulen su uso, tanto en el tiempo como en la cantidad de la dosis, ya que es importante adaptar los horarios del día a la ingesta del medicamento. “No se puede tomar así como así, hay que controlar los efectos y adaptarse a ellos. Si se siente somnolencia diurna implica que la cantidad asimilada es mayor de la necesaria”, explica el farmacéutico. 

La facilidad de su compra y el efecto que produce no debe confundirse con un mecanismo de sueño al que acostumbrarse. Los expertos avisan de que la sensación de fatiga después de ingerir doxilamina dificulta la atención y la reacción motora, por lo que se desaconsejan actividades tan habituales como conducir.