La Agencia Española Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) tiene muy claro cómo se pueden y deben vender melones y sandías cortadas por la mitad en los supermercados y comercios de venta al por menor, sobre todo en verano.
Hay unas condiciones que tienen que cumplir los establecimientos para una conservación adecuada y que el consumidor tiene que conocer.
El melón o la sandía cortada por la mitad: a menos de 25 grados
Tal y como muestra un informe aprobado por el Comité Científico de la Aesan, donde se pueda comprar melón, sandía, papaya y piña cortada por la mitad, se pueden admitir, ya que no suponen un riesgo microbiológico significativo, temperaturas inferiores a 25 grados.
Pero hay algo más. El tiempo no puede superar las 3 horas y las frutas deben estar en un lugar suficientemente ventilado y preservado de luz solar, seguido de un almacenamiento continuo en refrigeración a temperaturas inferiores a 5 grados.