Las serpientes son reptiles muy hábiles para deslizarse por el suelo. Suelen infundir temor, porque, aunque muchas se alimentan de presas como roedores y no atacan a los humanos, también hay especies venenosas. Entre las más temidas está la cobra real (que vive en países del sudeste asiático, como Indonesia y Filipinas), la mamba negra (que vive en África) o la de cascabel (América). En ciertas zonas, no es raro que las serpientes se cuelen casa, especialmente en verano, así que conviene saber cómo identificarlas.
En primer lugar, es recomendable prestar atención a las huellas que dejan las serpientes, como por ejemplo sus mudas de piel. Si aparece este resto biológico el patio o en otra zona de casa, es un signo claro de que allí ha habido una serpiente rondando. También puede resultar indicativo el sonido de un cascabel (que alerta de la presencia de una víbora), la aparición de excrementos o de una línea en forma de S sobre la arena o la tierra.
Qué hacer si encuentras una serpiente
Si una persona encuentra una serpiente en su casa, debe extremar la precaución, no tocarla bajo ningún concepto y llamar a la Policía o al Servicio de Emergencias 112. Los agentes encargados de Medio Ambiente acudirán y la recogerán.
En España, la mayoría de las serpientes no son venenosas, como la culebra de escalera (que vive en toda la Península), la culebra de agua o la culebra lisa. En cambio, sí hay que tener más cuidado con la víbora común, que es una especie venenosa que habita en ciertas regiones montañosas.
Dónde se ocultan las serpientes
Lo más habitual es que las serpientes se introduzcan cerca de las cañerías de agua, siempre en áreas húmedas y con poca luz. También hay algunas que se cuelan por las repisas y permanecen detrás de muebles.
En cualquier caso, para minimizar las posibilidades de que una serpiente acceda al hogar, lo recomendable es mantener la casa limpia, sin escombros u otros restos en el patio donde los reptiles puedan ocultarse.