Confiscados más de 600 jamones y 4.000 kilos de carne en España. En concreto, en un secadero clandestino en Huelva. Estos productos, que se vendían en el mercado nacional, no son aptas para el consumo, ya que incluyen una etiqueta falsa y su origen y trazabilidad no están garantizados.
Por ello, la Guardia Civil ha incautado todas estas piezas cárnicas e investiga por lo sucedido a cuatro personas y tres empresas a las que se les atribuyen delitos contra la salud pública, relativo a los consumidores, así como falsedad documental y estafa.
Incautados varios jamones dentro de la Operación Ibericor
Bautizada como Operación Ibericor, esta investigación comenzó en febrero de 2022 cuando se tuvo conocimiento de la utilización de un etiquetado fraudulento en jamones y paletas de un establecimiento de alimentación al por menor de la localidad de Jabugo (Huelva).
Tras el desarrollo de las investigaciones, los agentes realizaron diversas inspecciones en el establecimiento e inmovilizaron 151 jamones y 16 paletas, de los cuales fueron destruidos 124 jamones y 16 paletas, que arrojaron un peso de 1.020 kilos, con una valoración en el mercado de 19.640 euros.
Un riesgo para la salud de los consumidores
La mercancía destruida suponía un riesgo para la salud de los consumidores, ya que se producía un reetiquetado ilegal de las piezas expuestas al público para su venta. Esta organización se encontraba activa desde hace unos años en la sierra de Huelva. Asimismo, en otra finca de la localidad de Santa Olalla del Cala (Huelva), los agentes inmovilizaron 500 jamones en un secadero clandestino ubicado dentro de una nave, careciendo éste de registro sanitario.
También se ha inspeccionado una finca situada en el Real de la Jara (Sevilla), siendo aprehendidas cuatro toneladas de carne de caza mayor y 200 kilos de carne de cerdo, todo ello congelado y caducado, no aptos para consumo humano. Los productos intervenidos han sido destruidos en una planta de incineración de Sevilla.