Gracias a las actuaciones contra el fraude en la venta de aceite de oliva, se ha destapado la elaboración, el envasado y la distribución clandestina de 10 aceites españoles, etiquetados como “de oliva virgen” y “de oliva virgen extra”, que están hechos, en realidad, de aceites vegetales de semillas.
La Aesan ha tenido conocimiento de esta alerta gracias a las autoridades sanitarias de Murcia, aunque en España aún no hay constancia de ningún caso relacionado con estos aceites asociado con esta alerta.
Unos aceites clandestinos y peligrosos para la salud
En unos análisis de muestras de estos aceites, etiquetados como aceites “de oliva virgen”, se ha descubierto la presencia de una mezcla de aceites vegetales de semillas, distintos del aceite de oliva.
La Aesan considera que la comercialización de estos productos no es segura, ya que proceden de compañías clandestinas y, por lo tanto, los procedimientos y la conservación a los que se someten no son fiables pueden suponer un riesgo para los consumidores.
¿Cuáles son los 10 aceites afectados?
Los aceites de oliva ilegales que se han descubierto son: los de oliva virgen de la marca Wafa –envasados en botellas de dos litros–, los de Riad Al Andalus –en envases de un litro–, los de Virgen de la Salud –en botellas de medio, uno, dos y cinco litros– y otro que no tiene marca comercial y viene envasado en garrafas de cinco litros.
Por otro lado, también se han destapado aceites de oliva virgen extra de La Noria –en envases de cinco litros–, de Zannouti 31 31 –en botellas de un litro–, de Virgen de la Salud –envasados en medio litro– y de Rahouyi –en envases de dos litros—, además de los aceites de oliva de las marcas Maakoul y Maysae.
Las recomendaciones de la Aesan
Las autoridades informan de que estos productos se han distribuido, en su mayoría, en la región de Murcia, aunque también en Cataluña, el País Vasco y la Comunidad Valenciana, y no se descarta su presencia en otras comunidades autónomas.
Asimismo, recomiendan a las personas que dispongan de estos productos que no los consuman y los devuelvan al punto de venta. Además, se ha trasladado la información a las autoridades competentes de las comunidades autónomas y a los Servicios de la Comisión Europea para que se verifique la retirada de los productos afectados de los canales de comercialización.