Nuestra ropa es nuestra carta de presentación ante la vida. De hecho, la elección del color de nuestra vestimenta está íntimamente ligada a nuestra historia de vida. Nuestra cultura, experiencias previas, así como nuestra personalidad determina como percibimos las tonalidades en nuestro cerebro y el por qué nos decantamos por ellas a la hora de comprar ropa. Ya lo han investigado en el estudio de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) titulado Amor y dolor son del mismo color: La psicología de los colores sobre el impacto que tiene la cultura en nuestra psicología a la hora de percibirlos.
Es cuanto menos curiosos como el blanco está muy asociado a la calma y tranquilidad. Una gama que inspira pureza por ser un color incorrupto al que asociaríamos lentamente la cualidad de limpieza y pulcritud. Una camisa blanca enseguida revela la suciedad si se impregna de ella, por ello la elección de esta prenda es más arriesgada de lo que se piensa. La psicología así lo revela. Esto implica que nosotros mismos somos unas personas responsables y capaces de cuidar dicha prenda para que se mantenga impoluta todo el día.
El color blanco y su estrecha relación con la cultura
Lo inmaculado siempre tendrá una connotación de superioridad a ojos de nuestro cerebro, por lo que no es de extrañar que este color conserve una energía relacionada con lo religioso, la vida o incluso la misma luz del día. Esta relación íntima entre la luz está presente hasta en la cultura china, prueba de ello es el hecho de como está ligado a la luz y está a su vez al sol.
La asociación visual que hacemos de un amanecer o del ocaso de esta claridad en el horizonte hace que en culturas orientales se asocie a la extinción de la luz en un atardecer. Por ello, encontramos a toda una cultura dándole a esta tonalidad una simbología muy distinta de occidente, pues en China el blanco es luto, duelo o muerte. De ahí que se vistan de esta forma en los funerales y velatorios, cosa que en Europa hacemos con el negro.
El color blanco, el de las personalidades más perfeccionistas
Es cierto que cuando nos referimos al blanco estamos hablando del más claro. El que llamaríamos nuclear, pero en moda como en el arte, el blanco se ha visto envuelto en multitud de subtonos tales como el beige, cisne, clown, plomo, zinc, diamante, invierno, leche, ópalo, perla, satinado, crema, ultra, entre otros recogidos por los estudios de la científica alemana Eva Heller, especialista en psicología del color.
Según esta autora muchos rechazan que tenga distintas modificaciones de tonalidad, pero si atendemos a la teoría óptica de la luz, sí que existirían multitud de blancos, pues este sería en resultado de la suma de todos los colores en el mismo punto refractados. Algunos lo consideran el color más perfecto y, por lo tanto, la mejor opción para vestir si lo que queremos es causar una sensación de ser la opción más óptima y mejor, por ejemplo en una entrevista de trabajo o primera cita.
Qué denota el color blanco de tu personalidad
El hecho de que este color esté íntimamente ligado con la pureza religiosa lo vemos en su uso en la ropa con la que vestimos a los niños en su primera comunión, el tono de traje de novia al casarse por la Iglesia así como otras representaciones más específicas tales como el simbolismo de este con el espíritu santo o con los ángeles que también aparecen ataviados de blanco.
La pureza a su vez está relacionada con el concepto de lo pulcro e incorrupto, lo que nos lleva a otro concepto, el de lo higiénico. Por ello se usa en los uniformes de personas que trabajan con la limpieza, los alimentos, la higiene o incluso los cuidados de los enfermos.
Según la psicología del color, el uso de este en la ropa es propio de personas algo maniáticas que buscan dar sensación de limpieza a su entorno, ya sea esta de limpieza de espíritu o de exterior con buenos modales. Suelen ser personas muy correctas y serias que se alejan de los valores más corruptos, decantándose por transmitir una esencia de pureza e inocencia al resto.
¿Por qué prefieres elegir el color blanco a la hora de vestir?
Hipócrates de Cos, médico griego encargado de elaborar La teoría de los humores, vinculó el color con las personas de temperamento flemático. Este afirmaba en su tesis que el cuerpo humano estaba compuesto por cuatro fluidos: flema, sangre, bilis amarilla y bilis negra, cuyo desbalance provocaba enfermedades. Este desequilibrio estaba influenciado por multiples factores tales como las épocas estivales del año, el lugar de residencia, el sexo o la de vida en la que se encontrase la persona.
Hipócrates asoció el invierno con la flema -pues este tono es el de la nieve o el hielo- y el blanco con las personas de carácter flemático. Ser flemático es ser una persona calmada y serena, que rara vez se altera. Es alguien confiable, conservador y eficiente, capaz de mantener la compostura. Generalmente, prefiere ser un observador y evita involucrarse demasiado en las actividades de los demás. Suele protegerse a sí mismo, actuando de manera tacaña y egoísta, cuidando cada recurso, excepto cuando se trata de algo que es para él mismo.