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Que no te engañen: este es el auténtico origen de los productos 'made in Spain'
Muchas marcas utilizan este símbolo de calidad para vender sus artículos como si hubiesen sido elaborados íntegramente en nuestro país, pero la normativa es muy laxa al respecto y las empresas se aprovechan de ello
"Fabricado en España", "hecho en España" o "made in Spain". Cualquiera de estas tres expresiones se encuentra con frecuencia en las etiquetas de los productos que compramos cada día. Ropa, alimentación, calzado o similares.
Este sello incita a muchos consumidores a pagar un poco más por los artículos e, incluso, a descartar opciones provenientes de otros países como China. Sin embargo, el sello made in Spain no siempre asegura que el artículo haya sido elaborado íntegramente dentro de nuestras fronteras. En muchos casos, España es solo el último eslabón del proceso.
Tres requisitos básicos
En la Unión Europea no es obligatorio indicar la procedencia de un producto en la etiqueta, salvo en tres sectores: alimentación, textil y productos sujetos a acuerdos comerciales de la UE con terceros países.
Claudia Orri, experta en propiedad intelectual del equipo de AMG Legal, detalla a Consumidor Global los tres requisitos mínimos para poder incluir el sello made in Spain:
- Debe haber un proceso de transformación significativo. "Si las piezas provienen del extranjero, pero el montaje final se realiza en España, esto implica un cambio relevante en la naturaleza del producto, lo que permite usar el sello made in Spain. Así, si un zapato se fabrica en China pero se cose en nuestro país, podría ser etiquetado como "fabricado en España".
- El segundo requisito establece que al menos el 50% del valor añadido del producto debe generarse en el país. Por ejemplo, el proceso de montaje.
- El tercer y último requisito es cumplir con la normativa española y europea en materia de producción, calidad, etiquetado, seguridad y medio ambiente.
'Diseñado en España' vs. 'Fabricado en España'
Cuando las empresas no cumplen los requisitos para utilizar el sello made in Spain, es frecuente que utilicen el término "diseñado en España". Sin embargo, no es más que una jugarreta del marketing para atraer la atención del consumidor. Además, puede generar confusión.
El objetivo es transmitir esa imagen de calidad del producto nacional, tal y como subraya el profesor de OBS Business School Claudio Arós. Pero, en realidad, no se ha fabricado ni producido nada en España.
Rozando la legalidad
Son muchas las empresas que venden sus productos como españoles cuando, en realidad, gran parte del proceso de fabricación ocurre en el extranjero. Una práctica común en el sector automotriz.
"Puede ser que la marca sea española pero, en sí, el interior del coche se hace con materiales extranjeros. Por ejemplo, los neumáticos no se suelen hacer en España o el motor incluirá piezas de Alemania. Es decir, los componentes del vehículos están hechos fuera y el ensamblaje final en España", comenta a este medio el abogado de Legálitas Juan Ruben de la Cruz.
Una estrategia de marketing
Las marcas que sí apuestan por el producto 100% español son minoría. Pequeños comercios que no tienen posibilidad de competir en el mercado. "Es muy difícil producir todo en España", explica Arós. Así, muchos gigantes de la industria de la alimentación y textil optan por emplear el made in Spain como un reclamo comercial para vender más y más caro.
Estas empresas se limitan a cumplir los requisitos mínimos y el grosso del proceso de fabricación se realiza en China o Vietnam, donde la mano de obra es más barata y los estándares de calidad más bajos respecto a los europeos. Posteriormente, se ultiman los detalles en España y el consumidor acaba pagando por un producto como si fuese completamente nacional. En la mayoría de los casos, el verdadero origen del made in Spain no es, ni mucho menos, nuestro país. Más bien se sitúa a miles de kilómetros.
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