El animadísimo teatro de la industria de la moda en España tiene como actor protagonista a Inditex, aunque Shein cada vez gana más adeptos y tanto Tendam como Mango tratan aumentar la trascendencia y el valor de sus papeles. No obstante, más allá de estos cuatro nombres aparecen algunos tapados que, poco a poco, se van haciendo un hueco. Es el caso de Mulaya, una enigmática empresa china de moda que no para de crecer en España.
En su web se describe como contemporánea, versátil y para la comunidad. Comercializa prendas actuales a precios asequibles (aunque no llegan a ser gangas: una chaqueta acolchada cuesta 35,99 euros y un pantalón denim unos 40) para un público diverso, no necesariamente joven o al menos no demasiado. El envío es gratuito a partir de 45 euros, y la empresa se compromete a realizar la entrega en un plazo de entre 3 y 5 días laborables.
Mulaya tiene más de 50 tiendas en España
Su expansión se ha acelerado en los últimos años, pero Mulaya aterrizó en España en 2005. Casi dos décadas después, cuenta con más de 50 tiendas (más de una docena de las mismas en Madrid) repartidas por una veintena de ciudades.
En cuanto a los diseños, según algunos, Mulaya imita la estrategia inicial de Zara, que, a su vez, se distinguía por imitar muy hábilmente la ropa que habían confeccionado los diseñadores que más sobresalían (se les ha llegado a acusar de clonar modelos de Dior o Valentino). Con todo, la sensación final con Mulaya, tanto al tocar sus productos como al acudir a sus puntos de venta, es que prima el orden y la eficiencia, pero hay cierto aire desangelado, cierta inconcreción. Cierta falta de alma, quizá: Mulaya es puro perfil bajo y producto resultón, y quizá en eso radique su éxito.
El misterio de Mulaya
La firma está rodeada de incógnitas. Según los datos oficiales, la empresaria que está detrás de la firma asiática se llama Lisa Bao, aunque eso es prácticamente lo único que se sabe de ella: no hay fotos ni un perfil conocido en redes sociales. Según publicó Vanitatis en 2017, el marido de Bao “se dedica a configurar la arquitectura interior de las tiendas y a la venta del mobiliario que se utiliza en ellas”, por lo que el matrimonio ejerce un gran control sobre todos los establecimientos que se abren.
“No somos una multinacional como Inditex respaldada por bancos, aquí vamos a pulmón", dijo un directivo de la compañía al citado medio. Además, Bao aseguró a Moda.es que “Mulaya crece a través de socios (bajo la fórmula de la franquicia) pero por ahora sólo damos entrada en la compañía a familiares”.
Una firma accesible
En InfoJobs se puede comprobar cómo la empresa se percibe a sí misma o cómo quiere ser percibida. "Mulaya se ha distinguido en el sector retail por su capacidad de adaptación al mercado, fusionando a la perfección calidad, diseño y accesibilidad. Desde sus inicios, Mulaya fue concebida como una marca accesible, diseñada para satisfacer las demandas crecientes del mercado, anticipándose rápidamente a tendencias emergentes en la industria", describen.
También hablan de su deseo de "democratizar la moda", un anhelo que bien podrían decir perseguir Lefties o Primark. En sus ofertas de trabajo, Mulaya solicita "dependientas entusiastas y dinámicas", y avisan de que, con ese cargo, las seleccionadas serán "la cara amable y acogedora de nuestra tienda, proporcionando un excelente servicio al cliente y ayudando a nuestros clientes a encontrar los productos que mejor se adapten a sus necesidades".
Ameè, una segunda línea
Con el paso de los años, la firma percibió cierta evolución en los patrones de consumo, "con clientes cada vez más selectivos y conscientes de sus decisiones de compra". Por eso, Mulaya lanzó en 2019 su segunda línea, Ameè, "caracterizada por productos de calidad superior y diseños atemporales que promueven la durabilidad", proclaman.
Se trata de una afirmación que puede sonar exagerada, pero es cierto que los vestidos de Ameè (el nombre, de resonancias claramente europeas, ya da pistas de por dónde quiere tirar) cuestan entre 30 y 80 euros, y los abrigos no se consiguen por menos de 100. Es una firma que tiende más al minimalismo, a los tejidos (algo de piel, por ejemplo) y que transmite un punto más de creatividad.
Mulaya en redes sociales
En Instagram, Mulaya suma 123.000 seguidores, y tiene bastante actividad: publica fotos de las prendas que vende vestidas por modelos con cierta frecuencia, sin muchos detalles y alternativamente en inglés y en español. Utiliza claims sencillos, como ‘MOST WANTED’, o bien llama a las seguidoras a preparar su armario para la nueva temporada.
“TREND ALERT: El granate es el color de la temporada. Elegante, cálido y atemporal. Descubre nuestras prendas clave y añade un toque de color a tu estilo”, dicen en uno de estos posts. No hay demasiadas ofertas ni, al parecer, colaboraciones con influencers. Puede que no las necesiten: según Invertia, cerró el pasado ejercicio con una facturación cercana a los 7 millones de euros.