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MIM Shoes: "El consumidor tiene que empezar a entender el impacto económico de las devoluciones"

La firma de moda española arrasa en ventas con sus zapatos de invitada, que son aclamados por la comodidad que ofrecen a precios muy competitivos

Ana Siles

Carlos Montojo y Sofía Vega-Penichet, fundadores de la marca Mim Shoes / Fotomontaje CG

MIM Shoes es una marca española de calzados. Cuenta con más de 340.000 seguidores en Instagram y es la firma de referencia si hablamos de zapatos de invitadas. Sus sandalias y resto de tacones actualmente son un referente en este sector. Pero no fue siempre así. 

Cuando la marca nació en el año 2015, sus fundadores, Sofía Vega-Penichet y Carlos Montojo, tenían claro que no querían encasillarse en un solo modelo de zapato. Poco a poco el negocio fue creciendo y luego entró Scalpers en la ecuación convirtiendo la marca en la reina de la venta online de calzado. ¿El resto? El resto nos lo cuenta Sofía Vega-Penichet. 

--¿Cómo nace MIM?

--MIM se fundó en 2015. La fundamos Carlos y yo. Él intentó regalarme unos zapatos y se dio cuenta de que no encontraba nada distinto, con marca y a buen precio. Pensó que ahí había un nicho de mercado. En un primer momento, iban a ser zapatos para hombres. Yo le dije: mira, tengo poca idea pero lo que te puedo decir es que creo que las mujeres compramos más. 

--¿Siempre habéis apostado por la venta online?

--Empezamos con una tienda física en la calle Princesa de Madrid. La web era muy rudimentaria. Al año, abrimos otra tienda en la calle Fuencarral pero nos duró poco

Tacón Dalia dorado de MIM / MIM SHOES

--¿Por qué?

--Porque en 2017 queríamos hacer una ampliación de capital para meterle ese boost [impulso] a la tienda online. Se interesó el grupo Scalpers y en 2018 nos capitalizaron y ya se convirtieron en socios. En ese momento nos dijeron que era mejor cerrar las tiendas y que pusiéramos el foco en el canal online. 

--¿Y qué pasó? 

--Hicimos una pequeña inversión [en la venta digital] y vimos que teníamos un retorno buenísimo y decidimos entre todos apostar por el canal online. A partir de 2018 empezamos a crecer bastante año a año. 

Tacón Nats dorado de MIM / MIM SHOES

--¿Tenéis tiendas físicas en la actualidad?

--En febrero de ese año abrimos la tienda de la calle Velázquez (Madrid). Fue como una apuesta mayor y nos ha ayudado a captar un público más adulto. 

--¿Los zapatos de invitada fueron el producto estrella desde el principio?

--Yo creo que ha sido algo a lo que nos hemos ido adaptando. Desde que nació MIM,  no hemos querido establecernos en un modelo de zapato superidentificativo, sino ser capaz de evolucionar con lo que es tendencia y lo que el consumidor quiere. Crear un espacio donde puedes encontrar zapatos a un precio asequible. 

--¿Qué diferencia un zapato MIM frente al resto?

--Te diré que nuestros zapatos cuentan con una plantilla memory foam. La categoría de zapatillas es cómoda en general pero también hacemos los tacones con esta plantilla. Es una característica diferenciadora y muy ventajosa pero también un poco tricky [complicada] porque no es fácil de comunicar. 

--¿Por qué?

--Yo te puedo decir que nuestros tacones son comodísimos pero hasta que tú no los hayas probado y hayas visto lo que es ir a una boda y no tener que quitarte los tacones, no me los vas a comprar. Al final tenemos una base de clientes muy recurrente. Junto con la comodidad, destacaría el precio también. 

--¿Cuál es vuestro precio medio actual?

--Unos 69 o 70 euros. 

--Apto para cualquier bolsillo.

--Efectivamente. No hay que apretarse el bolsillo durante meses para poder tener acceso a la moda y a la calidad. Es el punto al que queremos llegar, estar siempre en línea con lo que se ve en la calle pero a un precio asequible para prácticamente todo el mundo. 

--¿Siempre fue así?

--Nosotros nacimos con unos precios bastante por encima de lo que posteriormente fuimos desarrollando porque no teníamos poder de negociación con los proveedores y comprábamos en cantidades más pequeñas. Las primeras botas que sacamos costaban 95 euros.  

--¿Cómo puede identificar el consumidor un zapato bueno con un precio razonable?

--Para mí, la calidad depende del precio. Si, por ejemplo, en una sandalia de tacón me quiero gastar 30 euros y los zapatos me duran una noche, pues probablemente no me parecerán de mucha calidad pero tampoco la habré pagado. Si me compro unos zapatos de charol, que es un material bueno y es un zapato que me dura dos años, pues pensaré que me ha valido la pena. Claramente la piel resiste más pero en muchas ocasiones se daña con mucha más facilidad a nivel estético. 

--La venta online suele generar muchas críticas sobre las devoluciones o la atención al cliente, ¿cómo gestionáis estos dos departamentos?

--Si tú al cliente solo le estás ofreciendo la posibilidad de probarse los zapatos en su casa, debes ofrecerle una vía de cambio y devolución gratuita. Ahora hemos invertido y apostado por puntos físicos para que la gente pueda probarse el zapato. A nivel online, el primer cambio es gratuito pero cobramos algo simbólico por la devolución.  El consumidor tiene que empezar a entender el impacto que tiene la logística inversa, tanto en el bolsillo del empresario como a nivel logístico general.