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A Lidl le sacan los colores por el caos con una devolución de una crema facial
La cadena de supermercados alemana marea a una clienta que compró dos protectores faciales y que, finalmente, no ha podido devolver pese a tener la razón
Recurrir a la expresión popular "hablando se entiende la gente" para poner paz en un conflicto es bastante común. Sin embargo, no siempre sirve y, para muestra, este caso que salpica a Lidl. El gigante alemán ha conseguido consolidarse y hacerse un hueco en el mercado español desde hace años, aunque no está exento de polémicas.
Además de ser un supermercado tradicional, Lidl se caracteriza por su oferta de productos para el hogar, bricolaje, accesorios de cocina, ropa o cosmética. Y el lío, en esta ocasión, tiene que ver con la sección belleza y su caótica política de devolución.
"Un desastre detrás de otro"
Yolanda G. es una usuaria que compró dos protectores faciales en Lidl y resume su experiencia como "un desastre detrás de otro". Después de la adquisición, decidió devolver las cremas y ahí comenzó el calvario.
Al tratarse de una compra física, acudió al mismo establecimiento donde las obtuvo pero el personal le dijo que no podía devolver ambos productos porque no estaban precintados. "Se venden sin precinto", rebatió la afectada. Una respuesta ante la que los trabajadores simplemente se encogieron de hombros subrayando que las quejas se presentan a atención al cliente.
Una reclamación que cae en saco roto
Yolanda G. no dudó en hacer esa reclamación telefónica para aclarar la devolución de las cremas. Desde el departamento de atención al cliente no dijeron nada en relación al embalaje. Le explicaron que "en el ticket pone claramente que sólo se devuelven los artículos de bazar pero no los comestibles y cremas".
"Le he dicho que eso no era cierto y le he leído lo que pone: "Devolución artículos de bazar con ticket de compra y embalaje original". Como ha visto que no llevaba razón entonces me dice que el hecho de que no lo ponga quiere decir claramente que es porque no se devuelven", detalla Yolanda G.
Una cortesía del comercio
Cada comercio es libre de establecer la política de devoluciones que crea conveniente. En el caso de las compras físicas, no existe ninguna obligación por parte del negocio a ofrecer la devolución del producto, siempre y cuando este no venga defectuoso. Lo explica a este medio Laura Sierra, abogada especialista en consumo de Legálitas.
Lidl ofrece a su clientela 30 días naturales desde la fecha de compra para devolver los productos adquiridos en una tienda física. "Solo tienes que acudir a tu tienda Lidl más cercana con el producto en su embalaje original y el ticket de compra y te reembolsaremos el importe del artículo de la misma forma en que realizaste la compra", recalca la multinacional.
¿Se puede devolver o no una crema facial?
Este medio se ha puesto en contacto con Lidl para aclarar cuál es su política de devoluciones y, al término de este reportaje, la compañía alemana sigue guardando silencio.
En cualquier caso, en la política general de devoluciones disponible en la web de Lidl, la empresa deja claro que "por motivos de higiene y salud no se aceptan devoluciones de ropa interior, bañadores y mascarillas". Un matiz donde no se hace referencia a los cosméticos, por lo que, a priori, parece que las cremas faciales sí se pueden devolver.
¿El cliente siempre tiene la razón?
Este medio ha acudido directamente a un establecimiento de la cadena para preguntar si se puede devolver o no una crema facial. El personal de la compañía reconoce que sí se pueden retornar toda clase de cosméticos mientras que conserven su envoltorio. Ahora bien, ¿qué ocurre si, como le ha pasado a Yolanda G., los protectores faciales carecen de embalaje?.
Los trabajadores insisten en que sí se puede efectuar el reembolso siempre que el producto no se haya usado. Tampoco pasa desapercibido la información del ticket, donde indica claramente lo que subrayó la afectada: "Devolución de artículos de bazar con ticket de compra y embalaje original". Este caso demuestra que ni siquiera Lidl tiene clara su propia política de devoluciones. En definitiva, un caos.
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