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Botas UGG: por qué las imitaciones amenazan al icono de moda
La firma de origen australiana es una de las más replicadas en el mercado ‘low-cost’, aunque con diferencias importantes en cuanto a calidad y precio
UGG nació en los años 70 en California de la mano del australiano Brian Smith. El fundador diseñó y confeccionó unas botas cómodas para después de surfear que, años más tarde, terminó convirtiéndose en un icono de moda que conquistó hasta Hollywood.
Confeccionadas con piel de oveja, las UGG son un must de todo zapatero que se preste. Eso sí, su precio las hace poco accesibles puesto que la mayoría de los modelos cuestan unos 200 euros. Este es el pretexto para que las imitaciones hayan proliferado.
Un símbolo de confort
Las botas UGG han logrado un equilibrio perfecto entre comodidad, funcionalidad y diseño atemporal. Así, se convierten en las grandes aliadas de los estilismos más casual.
UGG, no obstante, ha creado un estilo de bota. "Su capacidad de adaptación a las tendencias sin perder su esencia es lo que las hace irresistibles", explica a Consumidor Global Jesús Reyes, periodista experto en moda. "Han logrado posicionarse como un símbolo de confort y estilo casual", añade el CEO de CoolHunting Madrid Comunicación.
Las imitaciones ganan terreno
Pese a los esfuerzos de UGG, las imitaciones ganan terreno. Está claro que el precio es el principal hándicap. En el mercado low-cost existen muchas alternativas con precios que no superan los 40 euros. Además, "estamos ante un producto que es muy fácil que las marcas cambien cualquier detalle y la marca original se pierda", explica a este medio Paco Lorente, experto en marketing.
De hecho, muchas personas conocen el estilo de bota pero no lo identifican con la marca. Ocurre todo lo contrario con otras firmas como Converse, la cual los usuarios sí identifican aunque se trate de una imitación.
Diferencias en la calidad
Existe una delgada línea entre la inspiración y la copia. Pero en el caso de UGG, las imitaciones son evidentes. En plataformas como Asos o Zalando se pueden encontrar multitud de marcas que apuestan por su propio diseño con precios que van desde los 30 a los 40 euros.
Ahora bien, hay una gran diferencia entre estas réplicas y las originales, especialmente por la calidad de los materiales. Las UGG emplean piel de oveja auténtica y cuidan cada aspecto de la construcción de la bota, "lo que se traduce en mayor confort y longevidad. Las imitaciones pueden parecer similares a simple vista, pero a menudo carecen de esa misma atención a los detalles y la calidad", argumenta Reyes.
Una marca que se desdibuja
La fama de las UGG no es, ni mucho menos, reciente. Nunca han pasado de moda pero sí es cierto que esta temporada están experimentando un auge. Vuelven a estar en lo más alto. El éxito esta temporada está asegurado pero sus imitaciones también y, al final, el consumidor no vincula el producto con la firma.
"Lo que le falta a UGG es convertirse en una marca mucho más aspiracional. Crear algo más allá del producto", sostiene Lorente. "Es cierto que muchas veces se asocia el estilo de la bota más que la marca, lo cual puede deberse a la masificación de su diseño. Las imitaciones han saturado el mercado, lo que ha llevado a que el estilo UGG se convierta en un estándar más que en una referencia exclusiva", reconoce Reyes.
El éxito de UGG
Pese a las falsificaciones y las imitaciones más económicas, UGG mantiene unos estándares que marcan el precio y el prestigio de la marca. "Las UGG, aunque caras, ofrecen una durabilidad que no siempre tienen las alternativas más baratas", concluye Reyes.
Es por ello que la marca sigue arrasando con las ventas de sus modelos más icónicos. Un éxito del que se nutren las imitaciones y que plagian las falsificaciones. Así, el estilo de bota es el más demandado esta temporada sin importar la marca que hay detrás.