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Ni un día ni cuatro: esta es la frecuencia con la que debes lavarte el pelo, según los expertos
¿Sabes cada cuánto tienes que lavarte el cabello? En Consumidor Global te contamos la guía básica para saber cuando es más idóneo lavarlo
La higiene del cabello es un tema que genera debate entre profesionales y consumidores a partes iguales. Mientras unos defienden el lavado diario, otros alertan sobre los posibles efectos adversos que se pueden derivar de una limpieza muy frecuente. No son pocos los que temen que el hecho de enjabonarse el pelo todos los días acabe por acuciar la caída del cabello o su deterioro.
En Consumidor Global hemos querido abordar las distintas perspectivas y ofrecer una orientación guiada por especialistas.
¿Es bueno lavarse el cabello todos los días?
Para la pediatra Lucía Galán Bertrand, conocida como @lucíamipediatra en redes sociales, la idea de que lavarse el cabello a diario es perjudicial carece de base científica. En un video en su cuenta de Instagram, asegura que "pueden bañar a sus hijos todos los días sin riesgo para el cuero cabelludo o el cabello", comenta.
Y es que, el objetivo real del lavado del pelo es liberar a la piel del cuero cabelludo de impurezas y residuos que no deberían estar ahí. Sin embargo, esta postura contrasta con las recomendaciones de otros colectivos que abogan porque los aceites naturales del cabello son necesarios para su brillo y lozanía. Nada más lejos de la realidad, para que un pelo tenga movimiento y esté sano no puede estar apelmazado por capas de suciedad.
¿Con qué frecuencia se debe lavar el cabello?
La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) evita establecer una frecuencia fija. Según esta institución, la regla de oro es lavar el cabello cuando esté sucio y nosotros lo notemos así. Habrá personas que tarden menos de 24 h en notarlo así y otras que aguanten con el cabello más limpio varios días. La limpieza regular del cuero cabelludo es esencial para mantener la elasticidad, el brillo y el buen crecimiento del cabello.
En cuanto a la frecuencia del lavado, los dermatólogos no establecen un número exacto de veces por semana, ya que depende de las necesidades individuales y de la cantidad de sebo que genera cada persona. Si el cabello se ensucia con frecuencia, es adecuado lavarlo en la misma proporción.
¿Por qué se ensucia el pelo?
La producción de grasa en el cuero cabelludo está regulada por hormonas, no por la frecuencia del lavado. Durante la adolescencia, a partir de los 12 años, las hormonas, especialmente la testosterona, aumentan la actividad de las glándulas sebáceas y sudoríparas apocrinas.
Este proceso genera más grasa y sudor, lo que puede intensificar los olores corporales y la necesidad de un lavado más frecuente. En cambio, hay que entender que el superar esta etapa de la adolescencia no significa que dejemos de necesitar un lavado diario de nuestro pelo según nuestro tipo de cuero cabelludo. Hay personas que siguen segregando grasa de forma más frecuente y debido al funcionamiento de sus glándulas y hormonas.
El debate sobre los champús: ¿qué tipo es mejor?
El uso del champú también genera preguntas. Aunque algunos desaconsejan el uso diario por los químicos que podrían dañar el cabello, la AEDV recomienda lavarlo siempre con champú, preferiblemente uno suave y neutro.
Según los dermatólogos, un lavado excesivo puede incrementar la producción de sebo, pero no lavar el cabello no detendrá este proceso, ya que la cantidad de grasa está influida por factores hormonales.
El método "No Poo" y sus riesgos
En los últimos años, ha ganado popularidad el método No Poo, que evita el uso de champú en favor de alternativas como agua, bicarbonato, vinagre o aceites esenciales. Los seguidores de esta tendencia buscan evitar químicos artificiales que, según ellos, dañan el cabello o irritan el cuero cabelludo. Se sabe qué artistas como Adele y Jessica Simpson han mencionado su preferencia por minimizar el uso de champú para reducir el daño al cabello.
No obstante, desde una perspectiva dermatológica, este método puede tener inconvenientes significativos. El champú no solo limpia el cabello, sino que elimina sebo, células muertas y residuos que, de acumularse, podrían favorecer infecciones. Además, el bicarbonato, una de las opciones más comunes, tiene un pH alcalino que puede irritar la piel y decolorar el cabello con su uso prolongado. Sin embargo, abusar de este producto puede tener efectos similares al uso excesivo de champú.
¿Existen champús milagrosos?
La Dra. Lola Conejo-Mir, dermatóloga en Sevilla y miembro de la AEDV nos advierte de no depositar todas las esperanzas en un champú cosmético:
“No debemos tener expectativas irreales sobre lo que un champú cosmético puede hacer por nuestro cabello. Sus ingredientes no penetran la piel del cuero cabelludo para llegar a la raíz del pelo; su acción se limita al tallo capilar. Por ejemplo, los populares champús con biotina, como los destinados originalmente a caballos, no garantizarán un cabello más sano. Para lograrlo, es fundamental nutrirlo desde el interior a través de una dieta equilibrada.”, zanja.
Es cierto que algunos componentes presentes en ciertos champús pueden causar irritaciones o alergias en el cuero cabelludo. Entre los más problemáticos se encuentran el alcohol, algunas fragancias y conservantes como el kathon, conocido por su potencial irritante. Optar por champús libres de estos ingredientes es una recomendación clave para evitar molestias, pero desde luego que un tipo de champú no va a cambiar la naturaleza de tu pelo.