El baño de casa es una de las zonas que más se usan. Mantenerlo en buen estado es fundamental para garantizar un ambiente saludable y libre de gérmenes. A fin de cuentas, es un área propensa a la acumulación de bacterias, moho y otros patógenos debido a la humedad constante.
Es por ello que realizar una limpieza regular previene infecciones y enfermedades y mejora la calidad del aire al eliminar olores desagradables y sustancias potencialmente dañinas. Sin embargo, existen algunas cosas que son más difíciles de lavar, entre ellas la esponja del baño.
De las esponjas al vaso de cepillo de dientes
Todos los baños cuentan con ocho elementos que son las más difíciles de limpiar. Estamos hablando de las esponjas para el cuerpo, el vaso del cepillo de dientes, la alfombrilla, los grifos, las duchas, las bañeras, el váter y el lavabo.
Pues bien existen diferentes trucos para dejar todos estos utensilios como nuevo consiguiendo una higiene eficaz y profunda. No obstante, en casos como el de las esponjas lo recomendable es tirarla y comprar una nueva. Según los expertos, esto debe hacerse cada 15 días o una vez al mes.
Cómo limpiar el baño
En el caso de la bañera, la ducha y el váter hay que tener en cuenta que se acumulan multitud de bacterias. Es por ello que es imprescindible limpiar ambas zonas con un potente agente limpiador capaz de acabar con todo tipo de gérmenes. Sin embargo, el vinagre mezclado con agua es un buen aliado para desinfectar diferentes superficies.
En el caso de los grifos y lavabos, cabe destacar que no solo basta con rociar un poco de producto. Por un lado, hay que usar un buen desinfectante y, además, hay que frotar con algún cepillo que nadie use.
El caso de la alfombrilla y el vaso del cepillo de dientes
Colgar la alfombrilla del baño una vez acabada la ducha es fundamental para evitar la aparición de moho. En el caso de que sea de tela, lo ideal es lavarla una vez a la semana en la lavadora. En cambio, si es de goma, lo mejor será introducirla en una mezcla de vinagre y agua para acabar con los patógenos correctamente.
Tampoco hay que olvidar del vaso del cepillo de dientes. Suele ser un nido de bacterias y, por tanto, es crucial limpiarlo correctamente. Lo mejor es limpiarlo en el lavavajillas una vez a la semana. También existe la posibilidad de fregarlo con agua caliente y jabón.