La okupación es uno de los mayores quebraderos de cabeza para el sector inmobiliario. A la pérdida de dinero que tienen que hacer frente los propietarios, hay que sumar el deterioro del inmueble. Además, el proceso para echar a los okupas puede alargarse hasta 23 meses, según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).
Sin embargo, los problemas no son solo para el propietario. Generalmente, la comunidad de vecinos denuncian la inseguridad y el destrozo de la finca. De hecho, uno de los grandes problemas aparece cuando los problemas de la casa okupada se trasladan a la del vecino. Hablamos, por ejemplo, de unas filtraciones o humedades.
Quién debe responder ante los daños
Para resolver los daños de la vivienda ocasionados por los okupas, el primer paso es intentar contactar con el propietario. Sin embargo, no siempre es fácil. El okupa puede colarse en un inmueble del banco o, quizás, el dueño es ilocalizable.
Según el artículo 1.910 del Código Civil, "el cabeza de familia que habita una casa o parte de ella, es responsable de los daños causados por las cosas que se arrojaren o cayeren de la misma". Por tanto, la persona que debe asumir la responsabilidad de los daños es el okupa de la vivienda.
Recurrir al propietario
Ahora bien, conocer la identidad del okupa es complicado. Es por ello que se recomienda hablar con el propietario de la vivienda. En caso de no conocer al dueño del inmueble, la solución es pedir una nota simple al Registro de la Propiedad.
El siguiente paso es presentar una demanda pero se debe acreditar que los daños provienen de la casa okupada. Si hay pruebas contundentes de que el origen de los desperfectos está en el inmueble okupado, el propietario debe actuar con responsabilidad incluyendo la posibilidad de acudir a la vía judicial para resolver la okupación ilegal.