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“Os estábamos esperando”: un día de trabajo con los peritos que evalúan la catástrofe de la DANA

El Consorcio de Compensación de Seguros despliega 495 profesionales en las zonas afectadas por la gota fría para ayudar a reconstruir la vida de las víctimas

Ana Carrasco González

Amparo y Vicente, vecinos de Paiporta, Valencia, muestran el interior de su vivienda a la espera de la llegada de los peritos / Manuel Bruque - EFE

Tragedia, desastre, drama, incertidumbre, sinrazón. Para intentar describir lo que ha dejado la gota fría más mortífera del país se recurre a todo el campo semántico del horror. Lo que antes era hogar y barrio, ahora es lodo y pérdida; las avenidas del Turia y del Júcar arrasaron con las infraestructuras y las rutinas, dejando desgarradores testimonios sobre vidas truncadas.

Desde la ventanilla, Juan observa a tumultuosos grupos de voluntarios que ofrecen comida y bebida, a personas abrazándose, a vecinos retirando enseres y barro, mucho barro. Nadie está parado y casi nadie habla, pero en el aire hay múltiples sonidos que se entremezclan, como el zumbido constante de las máquinas y camiones, las sirenas, las palas que se arrastran y el sonido hueco de las botas de agua al pasar. Nadie tiene una bota de su talla. 

Emoción

Llega un momento en el que no se puede acceder debido a la cantidad de vehículos que aún siguen apilados. Al bajar del coche, un hedor cargado de luto impregna el lugar, y la devastación se percibe mucho peor que en las noticias. Al contemplar el escenario de “guerra en paz”, a Juan se le hace un nudo en el pecho. 

Voluntarios trabajan en la limpieza de las calles de Alfafar (Valencia) / Chema Moya - EFE

“¿Quiénes sois? ¿Necesitáis algo?”, interrumpe sus pensamientos un señor con acento valenciano. “Somos los peritos”, contesta. Rápidamente la mirada de aquel hombre que frisa en los sesenta años se empaña. “Os estábamos esperando”, susurra emocionado. 

Llegan a los peritos a la zona cero

Juan López  es uno de los 495 peritos desplegados por el Consorcio de Compensación de Seguros para evaluar los daños y gestionar las reparaciones tras el paso de la DANA, que golpeó el levante y el sur de la península el pasado 29 de octubre.

Las imágenes del paisaje desolador han llenado los telediarios y periódicos desde entonces y, según los datos recopilados hasta el día 5 de noviembre, hay una cifra que “parece inabarcable” de 72.125 solicitudes de indemnización. 

Historias personales

A Juan le acompaña el también perito Julio Pérez. Ambos se miran conmovidos tras las palabras del señor, conscientes de que los meses de trabajo que le esperan no serán ni fáciles ni rápidos.

La DANA ha sido una de las mayores catástrofes de la historia de nuestro país en el último siglo/ EP

Como perito tasador del CCS, ha sido entrenado para evaluar de manera meticulosa, pero no se trata únicamente de los daños materiales que debe valorar, sino de las historias y los rostros que los acompañan. “No es solo ladrillo y cemento”, reflexiona Juan, “es la historia de cada familia la que trato de traducir en un número”. 

“El seguro no pagará la angustia de las víctimas”

“Mi labor es justipreciar las pérdidas y, en la medida de lo posible, agilizar el proceso para que el dinero llegue rápido a quienes lo necesitan. Pero mis evaluaciones, por precisas que sean, no borrarán la tristeza ni la incertidumbre de aquellos que lo observan con esperanza. Por mucho que intentemos, el seguro no pagará la angustia de las víctimas”, advierte el perito, que estima que permanecerá hasta el próximo enero en la Comunidad Valenciana, lejos de su familia y su hogar en Sevilla. 

Hasta este momento se están tramitando más de 30.000 solicitudes, más del 40% del total recibidas, según los datos ofrecidos por CCS. Para tramitar la indemnización, las personas deben contar con una póliza de seguro vigente y cumplir con las coberturas específicas para cada tipo de daño. Así, quienes tienen seguros multirriesgo de hogar, de comercio o industria, pueden recibir compensación por daños materiales, mientras que los daños en vehículos requieren cobertura específica de todo riesgo o lunas. La pérdida de ingresos, por ejemplo, sólo es indemnizable si está incluida en la póliza original.

La documentación a aportar 

“¿Qué documentos hace falta?”, “¿Cuándo llegará el dinero?”. Comienzan a preguntar los vecinos ante la llegada de López y Pérez.

El folio con toda la documentación a aportar / CEDIDA

Los profesionales explican y reparten a cada uno un folio con todos los documentos a aportar: la póliza con el condicionado particular completo y general, el recibo y justificante de pago de prima (en caso de ser fraccionado, todas las fracciones correspondientes al año en curso), fotos de los daños, y documentación de soporte para la valoración, incluyendo presupuestos, facturas, valoraciones, proyecto constructivo, certificaciones de obra, planos, informes, actas notariales, certificados sanitarios y cualquier otro documento relevante que permita justificar y cuantificar el valor de los daños. Además, deberá incluirse el recibo actualizado del IBI. 

Dos semanas para evaluar cada caso

En el caso de que el asegurado sea una empresa, se requerirá también el DNI o acta notarial de apoderamiento de su representante, el escrito de cesión de derechos de cobro si existe un beneficiario, y un certificado bancario que acredite los datos de la cuenta para realizar el pago de la indemnización.

“Si no hay mucha complicación, en unos 15 días debe estar todo evaluado y procesado”, comenta López. 

No hay plazo para solicitar la indemnización

A pesar de la magnitud de los daños, el Consorcio de Compensación de Seguros ha decidido flexibilizar el proceso de reclamación. Aunque normalmente el plazo de notificación es de siete días, en este caso la entidad aceptará todas las solicitudes recibidas sin importar si han pasado esos días.

Vista de los daños causados en el interior de una casa por las inundaciones en la localidad de Paipo

Además, han facilitado la posibilidad de tramitar las solicitudes en línea o por teléfono, para evitar desplazamientos a quienes aún no tienen acceso fácil a las oficinas.

Indemnizaciones libres de impuestos

El CCS, financiado mediante un recargo en las primas de los seguros, actúa automáticamente en estos casos de catástrofes naturales. Además, ha confirmado que las indemnizaciones están exentas de impuestos, lo que facilita que los afectados reciban el monto total para reparar sus daños.

“Ante una situación tan trágica como la que estamos viviendo, el CCS reitera su solidaridad y máxima expresión de afecto con todas las víctimas y nuestro compromiso de tramitar todas las solicitudes e indemnizar todos los daños a las personas y los bienes asegurados a la mayor celeridad. Estamos trabajando con toda intensidad para dar la mejor y más rápida respuesta posible”, han expresado desde la entidad. 

Los retos

Cada caso evaluado presenta sus propias particularidades, y tanto López como Pérez coinciden en que los daños estructurales son de los más complejos. Estos requieren una evaluación técnica profunda y detallada, pues en muchos casos es necesario decidir si la reparación es viable o si, en cambio, el daño es irreparable. 

Una casa completamente destrozada por el paso de la dana, este lunes en Utiel (Valencia) / Álvaro del Olmo - EFE

“Aquí lo fundamental es el conocimiento técnico. Hay que evaluar cada pieza de un inmueble, cada pared afectada por humedad, cada electrodoméstico destruido”, comenta Juan mientras explica los criterios de depreciación utilizados para calcular el valor real de los bienes dañados.

Un proceso que no permite apresurarse

Muchos daños, especialmente en estructuras de gran valor o antigüedad, como los mármoles o las maderas nobles, requieren una tasación meticulosa. López recuerda que es común encontrar problemas adicionales al avanzar con las reparaciones, como la humedad acumulada en paredes internas que inicialmente parecían intactas.

“Cada paso debe ser firme; si algo surge en el proceso, se reevalúa y se ajusta. Esto no se trata de apresurarse, sino de hacerlo bien”, asegura.

Un rayo de esperanza

Juan señala que la tragedia no se puede evitar, pero el sistema de indemnización y el trabajo de los peritos como él permite una recuperación estructurada, basada en procedimientos transparentes y reglas claras. La ayuda financiera del CCS es, en muchos casos, la base que permite a las personas comenzar a reconstruir sus vidas.

El impacto de la DANA en Valencia y otras provincias ha sido devastador y se suma a la lista de desastres históricos en la región, recordando otros eventos pasados como la gota fría de 1983 o de 2018. López, Pérez y los cientos de peritos desplegados en las zonas afectadas saben que todavía queda mucho por hacer, pero trabajan con la convicción de que su labor es esencial en la recuperación de quienes, aunque lo han perdido todo, empiezan a levantar la vista –aún empañada– hacia el futuro.