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La odisea de un cliente al comprar en Leroy Merlin: errores, incumplimientos, retrasos y defectos

La multinacional francesa especializada en bricolaje, construcción, decoración y jardinería ofreció un servicio con una serie de fallos que se fueron acumulando sin control

Ana Carrasco González

Un establecimiento de Leroy Merlin / EP

Rafael Perea nunca imaginó que la simple compra de una barbacoa se convertiría en una odisea cargada de frustración. Todo comenzó a finales del pasado mes de julio, cuando decidió adquirir una barbacoa de material a través de Leroy Merlin, por un importe cercano a los 450 euros. Entusiasmado con la compra, decidió también contratar un servicio externo de montaje, gestionado por la misma tienda, para asegurar que el proceso fuera rápido y sin complicaciones. La entrega estaba prevista para el 2 de agosto. Sin embargo, lo que parecía una transacción rutinaria pronto se convirtió en una pesadilla.

El 2 de agosto llegó y Perea, junto a su familia, se preparaba para recibir el pedido. “Pasé todo el día en casa sin salir, esperando la barbacoa”, relata. Pero lo inesperado ocurrió: nadie se puso en contacto con él para confirmar la entrega, y el producto no llegó. Molesto, el afectado decidió tomar la iniciativa y contactó al montador que debía instalar la barbacoa para cancelarle la cita, dado que la compra nunca apareció. Esta sería solo la primera señal de que las cosas no marchaban bien.

La desaparición de la barbacoa: confusión y excusas

Pasó una semana sin novedades. Sin noticias de la barbacoa, Perea decidió llamar a la tienda de Tomares (Sevilla), donde efectuó su compra, para aclarar la situación. Aquí comenzaría la segunda fase de esta rocambolesca historia. “Me atendió una persona que no pudo localizar el paquete con el número de envío, ni con la factura, ni siquiera con mi teléfono”, comenta con indignación. La frustración fue en aumento cuando, tras insistir, finalmente fue atendido por un superior. Este le informó que había habido un error con la dirección y que el envío llegaría en un plazo de tres a cuatro días.

Una barbacoa de material de Leroy Merlin / LEROY MERLIN

Aunque las palabras del superior parecían tranquilizadoras, el cliente no pudo evitar cierta desconfianza. Sin embargo, con la promesa de una pronta resolución, volvió a contactar al montador para coordinar una nueva cita, esperando que esta vez el proceso se llevara a cabo sin problemas.

Segunda decepción: la barbacoa sigue sin aparecer

El día en que la barbacoa debía llegar nuevamente, el escenario se repitió. El producto nunca llegó a su destino. “Tuvimos que cancelar de nuevo la cita con el montador”, relata agraviado, “y, como es comprensible, el hombre ya estaba muy molesto porque le estábamos desorganizando toda su agenda”.

La frustración se convirtió en enojo. Tras numerosas llamadas y la presentación de una hoja de reclamaciones en la tienda física, Perea y su familia recibieron una nueva respuesta: la barbacoa, en lugar de estar en Matalascañas (donde debía realizarse la entrega), estaba en Huelva, a casi 55 kilómetros de distancia. Sin embargo, desde la tienda se les aseguró que en 48 horas estaría en su domicilio.

La llegada tardía: un verano arruinado

Finalmente, el 15 de agosto, casi dos semanas después de la fecha pactada, la barbacoa llegó a Matalascañas. Pero la amarga espera había terminado con las esperanzas de disfrutar de su nueva compra durante las vacaciones. “Ya no podíamos disfrutarla porque las vacaciones estaban prácticamente terminadas”, señala con evidente decepción.

Y como si esto no fuera suficiente, la barbacoa llegó con defectos. “Una de las planchas que simulan ladrillo visto estaba picada de un golpe, y la parrilla venía con un mango completamente doblado”, describe Perea, quien supuso que los daños eran consecuencia de un mal manejo durante el transporte. “Incumplir una fecha de entrega, dejar tirado al montador en varias ocasiones y enviar la compra defectuosa. Este es el resumen de la última compra nefasta que voy a hacer en Leroy Merlin”, sentencia el afectado, quien no ha recibido ningún tipo de compensación por parte de la multinacional.

Consumidor Global se ha intentado poner en contacto con Leroy Merlin para conocer su postura oficial al respecto, pero al término de este reportaje no se ha obtenido ninguna respuesta.