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Ni teflón ni cobre: esto es lo que debes tener en cuenta para elegir una buena sartén, según la OCU
Descubre que elementos hay que tener en cuenta como consumidor para comprar una buena sartén entre tanta variedad en el mercado
La sartén es un utensilio clave para elaborar cada receta. De hecho, la calidad de esta herramienta es indispensable en tu cocina, pues tiene el poder de que algo quede mejor o peor solo por la forma en la que dore o cocine los alimentos.
La sartén es un utensilio de vital importancia cuando queremos hacer algo a la plancha o incluso para sellar ciertos productos de gran calidad que solo necesitan darle un toque de calor sin llegar a estropear la pieza. Elegir la adecuada puede marcar la diferencia entre un plato común y una creación culinaria deliciosa según los consejos de la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios).
Tipos de sartenes: ¿Cuál es la ideal para ti?
En el mercado, hay una amplia variedad de materiales y recubrimientos en todas las tiendas. Hasta Belén Esteban tiene su propia línea de utensilios de cocina que ha causado furor por el marketing que desprende su propia persona.
Pero lejos de elegir una sartén u otra por la publicidad que nos venden, lo cierto es que cada sartén es un mundo y hay que atender a varios detalles de suma importancia. A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber para escoger la mejor opción según tus necesidades y estilo de cocina.
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Teflón. Es el líder en antiadherencia, ideal para cocinar con poco o nada de aceite. Sin embargo, su capa puede rayarse con facilidad si no se cuida correctamente, y no tolera bien temperaturas excesivamente altas. Estas sartenes suelen estar hechas de aluminio, que distribuye mejor el calor, o acero inoxidable, que es más robusto.
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Piedra. Aunque su nombre sugiere otra cosa, estas sartenes también son de teflón con partículas minerales añadidas. Ofrecen mayor resistencia al desgaste y son perfectas para un uso cotidiano.
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Cerámica. Una opción ecológica y resistente a altas temperaturas, pero más delicada. Su antiadherencia suele deteriorarse más rápido que la del teflón.
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Hierro fundido. Ideal para retener y distribuir el calor de forma uniforme, este material es perfecto para cocciones largas y recetas que requieren temperaturas constantes. Aunque no es antiadherente de fábrica, se puede curar con aceite para mejorar esta propiedad. Su principal inconveniente: es pesada y tarda más en calentarse.
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Acero inoxidable. Robusto y duradero, este material es favorito en cocinas profesionales. No es antiadherente, pero es resistente a la corrosión, los arañazos y las altas temperaturas. Además, su facilidad de limpieza lo convierte en una opción higiénica y práctica.
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Esmalte vitrificado. Este recubrimiento protege la parte exterior de la sartén, generalmente aplicada en modelos económicos. Aunque son funcionales, su rendimiento térmico suele ser inferior al de otras opciones más avanzadas.
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Cobre. Aunque algunas sartenes se promocionan como "de cobre", generalmente solo contienen partículas de este metal. Su uso en cocina ha disminuido debido a normativas de seguridad alimentaria, pero suelen ser una alternativa llamativa.
¿Qué características debe tener una buena sartén?
La calidad de una sartén no solo depende de su material. Otros elementos pueden marcar la diferencia:
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Peso equilibrado. Una sartén debe ser lo suficientemente ligera para manejarla con facilidad, pero con un peso que garantice estabilidad. Busca que esté entre 0,5 y 1 kg.
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Bordes redondeados. Ayudan a servir los alimentos sin que los líquidos se derramen por los laterales.
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Un buen mango. El agarre debe ser cómodo y seguro. Los mangos de acero inoxidable son duraderos y fáciles de limpiar, pero pueden calentarse durante la cocción. Opta por modelos con un tope que proteja tus dedos y verifica que la unión con la sartén sea robusta.
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Base y paredes resistentes. Evita modelos con materiales finos que puedan deformarse con el calor o el uso prolongado.
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Superficie texturizada. Las sartenes con pequeñas texturas ofrecen una buena antiadherencia y permiten que los alimentos se cocinen de manera uniforme.
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Tamaño adecuado. Escoge un diámetro que se ajuste a tus necesidades reales. Evitarás desperdicio de recursos al desecharla y cocinarás de manera más eficiente.
Diferencias según la forma de la sartén
El diseño de la sartén puede influir directamente en el tipo de platos que prepares:
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Paredes verticales. Perfectas para guisos y preparaciones que necesiten espacio adicional, aunque no son las mejores para saltear o voltear alimentos.
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Perfil redondeado. Ideal para salteados y tortillas, ya que facilita el movimiento de los ingredientes.
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Paredes inclinadas. Versátiles y equilibradas, son ideales para arroces y platos que necesitan reducir líquidos de manera uniforme.
Si planeas usar la sartén en el horno, elige una con mango de acero inoxidable o extraíble. Asegúrate de que soporte la temperatura recomendada y utiliza siempre guantes para manejarla.
Consejos para prolongar la vida útil de tu sartén
Un buen mantenimiento puede hacer que tu sartén dure años en perfectas condiciones:
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Revisa la compatibilidad con tu cocina. Asegúrate de que sea apta para gas, vitrocerámica o inducción.
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Usa una tapa. Esto retiene el calor y ayuda a que los alimentos se cocinen más rápido. Retírala ocasionalmente para dorar o reducir líquidos.
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Posiciona el mango hacia adentro
Así evitarás golpes accidentales que puedan provocar quemaduras o derrames. -
Evita sobrecargarla. Llénala hasta dos tercios de su capacidad para que los alimentos se cocinen uniformemente.
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Cuida la limpieza. Lava la sartén una vez que se haya enfriado. No uses productos abrasivos ni estropajos que puedan dañar su superficie.
Invertir en una sartén de calidad puede transformar tus experiencias culinarias. Desde un salteado rápido hasta recetas más elaboradas, contar con el utensilio adecuado te permitirá cocinar con mayor eficiencia y disfrutar aún más del proceso. ¡Toma nota de estos consejos y elige la sartén que te acompañará en cada plato!