En los departamentos de atención al cliente se escucha de todo: quejas más o menos respetuosas, improperios y alguna propuesta absurda. Son, en cierto sentido, un reflejo de la emoción humana: cabe la más vehemente gratitud y la diatriba más grosera. A veces (pocas), las declaraciones del cliente pueden incluso sacarle una sonrisa a la persona que está al otro lado. Eso es lo que les pasó a unos trabajadores de LUFE, una marca de muebles española que puede presumir de hacer un producto "Local, Universal, Funcional y Ecológico".
Recibieron la llamada de una clienta que quería devolver un mueble recién adquirido porque no le gustaba su aspecto. No es que fuera demasiado pesado ni que las medidas no le cuadraran en su salón, ni que tuviera algún rasguño o abolladura. Lo que ocurría era que las vetas de la madera, decía, conformaban una silueta con aspecto de órgano sexual. Incrédulos, desde LUFE accedieron a la devolución, por supuesto. Pero le dieron vueltas al asunto.
Tienda efímera de LUFE
Así, en 2022 LUFE decidió lanzar La Tienda de los Muebles Feos, una campaña de sensibilización que nació tras comprobar que 59 clientes habían devuelto sus muebles recién adquiridos al observar vetas y nudos en la madera de sus camas, cajoneras o armarios. Ahora, y hasta el 4 de octubre, el proyecto va más allá: las personas que vivan en Madrid podrán acercarse a visitar la tienda efímera que LUFE ha instalado en el centro de la capital.
En esta ocasión, la compañía vasca (tiene su sede en Aizarnazabal, un pequeño pueblo de Guipúzcoa) ha montado, con la colaboración de cinco creadores de contenido “comprometidos con la sostenibilidad”, una colección de 35 muebles “deliberadamente feos” para celebrar la belleza de lo natural. Ha sido concienzudo, puesto que han pasado meses seleccionando “las lamas con los nudos más caprichosos y las vetas con más personalidad”.
Muebles por 0,13 euros
Ahora, cualquier persona tiene la oportunidad de llevarse a casa uno de estos muebles pagando un precio ridículo: solo hay que acceder a la web deliberadamentefeos.com, seleccionar el artículo deseado (un burro con perchero, una cómoda, un puff modular, una mesita de noche o un precioso revistero, entre otros) y rellenar los datos solicitados (nombre, apellidos y correo electrónico). Los 35 afortunados sabrán que lo son a partir del 10 de octubre, cuando LUFE realice el sorteo y comunique el resultado.
Se trata de una maniobra promocional divertida e inteligente, pero si una persona se enamora de uno de estos curiosos artefactos y la suerte no está de su lado, tampoco es el fin del mundo: los precios de LUFE son más que razonables. Por ejemplo, una mesa de comedor de 120x88 cm cuesta 120,99 euros. También venden sillas de comedor desde poco más de 30 euros, estanterías por 80 o un mueble para TV (40x158 cm) de madera natural con dos amplios cajones por 153,99 euros.
Empresa de éxito
Con esta apuesta por democratizar el acceso a las cosas sencillas bien hechas (“muebles que cualquiera se pueda permitir, pero que no tengan un diseño cualquiera”), les va bien: en 2023, LUFE facturó 12 millones de euros y espera cerrar el ejercicio actual con un total de 14 millones.
“Vendemos mucho. Estamos sacando unos 1.100 bultos al día, y un bulto puede ser un mueble o puede que un mueble esté repartido en dos bultos”, cuenta a Consumidor Global Enrique Arrillaga, fundador de LUFE. Él creó la empresa con su mujer en 2014 y actualmente son unas 50 personas las que trabajan en plantilla en Aizarnazabal, pero detalla que “una empresa productiva como está al final mueve mucha gente”: barnizadores, las personas que fabrican los colchones, 7 agencias de transporte distintas…
"Vamos a por ello"
“Lo más satisfactorio es ver cómo nos estamos convirtiendo, creo, en una buena empresa: estamos aprendiendo mucho, creciendo mucho y tenemos acceso la metodología Lean Manufacturing [un método que se centra en la optimización del sistema de producción mediante la eliminación de desperdicios]. Somos curiosos, observamos, nos fijamos en de qué formas podemos mejorar y vamos a por ello. Y tenemos medios para poder hacerlo, porque el negocio tira”, agrega Arrillaga, con una mezcla de orgullo y respeto cauteloso.
Hay quien los ha descrito como "el Ikea vasco", pero es una definición demasiado estrecha: LUFE solo trabaja con madera local con certificado PEFC, un sello que garantiza que el consumidor está comprando un producto que se ha sacado de bosques gestionados sosteniblemente. “La madera no es solo bella. Cuando entras en una casa decorada con muebles de madera de verdad, sientes su calidez, su tacto amable… incluso el aroma especial que te transporta directamente a la naturaleza. Utilizar madera para fabricar muebles es un privilegio, y por eso es esencial hacerlo de manera sostenible, cuidando los bosques de hoy y protegiendo los de mañana”, afirma Arrillaga en un statement.
Carácter y singularidad en cada pieza
"Aquí hay un búho", ríe una chica que observa una mueble dentro de la tienda efímera de la marca. "Son patas de dálmata", propone otra. Pero los nudos en la madera, tal y como explican desde LUFE, no son sino el resultado de ramas que crecieron desde el tronco del árbol. “Son marcas naturales que cuentan la historia de su desarrollo. Lejos de ser un defecto, los nudos aportan carácter y singularidad a cada pieza de madera, haciendo que cada mueble sea único”, recuerdan. ¿Hacía falta recordarlo? Parece que sí.
Por su parte, las vetas son los anillos de crecimiento del árbol, líneas que aportan “una textura visual rica y una conexión profunda con la naturaleza”. Lo han comprobado los cinco creadores de contenido que han colaborado con la marca: Alba Parejo, Ana de Santos, Paula Vilaboy, la pareja que conforma Reforma VillaMierda e Ibai Vegan.
Equilibrio y presencia
Este último cuenta a Consumidor Global que acudió a la fábrica de la empresa y allí eligió un sillón que lleva por nombre Oreka, que en vasco significa equilibrio. "El curro lo han hecho ellos, nosotros hemos elegido las tablas", reconoce. Por su parte, Sara y Guille optaron por "un mueble con presencia, que es una cómoda, con muchas lamas y muy grandes. Queríamos que se notaran esos defectos", dicen.
Más allá de la visibilidad que proporcionan estos influencers, la acción de LUFE va en la línea de combatir el desperdicio y recuerda, en cierto sentido, a la reivindicación de las estrías o los cuerpos no normativos que se ha hecho desde la industria de la moda o la de la cosmética. Si Ikea se hizo popular proclamando la "República Independiente de Tu Casa", puede que desde LUFE centren el tiro en las vigas que soportan el techo del reino común, el de todos. Tocamos madera.