"Zumo natural 100% exprimido". Este es el reclamo comercial que con frecuencia (y cada vez más) llama la atención de los consumidores en los lineales de los supermercados.
Primeras marcas y marcas blancas ofrecen a los usuarios una amplia variedad de este tipo de bebidas que venden a precio de oro. Los envases transparentes que dejan a la vista el líquido del interior junto a sabores exóticos han hecho que más personas apuesten por este tipo de productos con una falsa imagen de saludables.
Los precios
Un vistazo por los lineales de las diferentes cadenas de distribución es suficiente para comprobar los precios de los zumos naturales. Ubicados en las neveras de los supermercados, el consumidor paga el litro entre 3 y 5 euros en la mayoría de los casos.
Estas cifras son muy lejanas a las de los zumos que se conservan a temperatura ambiente, que muchas veces no cuestan más de 90 céntimos la botella de litro. ¿El sabor más común? Sin ninguna duda, el de naranja. Pero también hay sitio para la fresa, el mango o la maracuyá. Estas bebidas son tan variadas como demanda tienen.
Cuidado con el etiquetado
Identificar un zumo natural en el supermercado es bastante fácil. Suelen estar envasados en botellas transparentes cuya etiqueta de ingredientes destaca por su simpleza. Pero, que sea sencilla no quiere decir que el producto sea sano.
La doctora en Nutrición de la Universidad Ramón Llull-Blanquerna Marina Diana subraya a este medio que estos productos comerciales no son tan sanos como aparentan. ¿El motivo? Una vez que la fruta se exprime genera unas cantidades de azúcares libres que nada bueno aportan a la salud. "Promueven las caries, la obesidad, la resistencia a la insulina", matiza la experta.
Ni ecológicos ni fruta fresca
Además del "100% natural", otras de las frases más repetidas en estos zumos son "ecológico" o "fruta fresca". "Pueden dar la impresión de que son una opción saludable, pero, a menudo, contienen concentrados de frutas, azúcares añadidos o conservantes para prolongar su vida útil, lo que afecta irremediablemente su valor nutricional y su impacto en la salud", explica Morillo.
Aquellos que no contienen ningún tipo de conservante han sido sometidos a un proceso de pasteurización. Solo con este tratamiento térmico se puede alargar la fecha de caducidad de un producto natural, tal y como sostiene Diana. La experta, además, deja claro que en el caso de los naturales este tratamiento es menos intenso. Conserva mejor sus propiedades que, a cambio, merman el tiempo de conservación en el frigorífico.
¿Un zumo natural es equivalente a una pieza de fruta?
Da igual si el zumo natural es de supermercado o casero, en ningún caso equivale a comer una pieza de fruta entera. Así lo explican tanto Diana como Cristina Morillo, nutricionista de BluaU de Sanitas. "Es menos beneficioso para el control del peso y la salud digestiva", puntualiza Morillo.
Diana sostiene que un zumo de naranja contiene de dos a tres piezas de fruta como mínimo y resulta muy fácil de beber. Ahora bien, las calorías de esa bebida junto a los azúcares que concentra nada tienen que ver con tomar una naranja entera que, además, sacia mucho más.
Un producto poco recomendable
Ambas expertas insisten en que la fruta solo se debe tomar de una forma: en piezas enteras. Solo así los azúcares intrínsecos que contiene aportan beneficios a la salud. Por ello, el consumo de zumos debe ser ocasional.
Para la doctora en Nutrición no compensa pagar más por los zumos naturales. "Es el equivalente a tomar un refresco, una Fanta de naranja o una Coca-Cola a nivel de azúcar", recalca. Para Morillo la decisión recae en las "preferencias dietéticas" de cada uno. Eso sí, a cinco euros el litro, estas bebidas naturales no son la mejor opción ni para la cartera de los consumidores ni para la salud.